El comienzo del juego fue para Peñarol. Efectivo y paciente en ataque, sumándole practicidad a la defensa, el visitante se disparó 5-0 en el primer minuto. El local no estuvo mucho tiempo más desorientado, y buscando poner el balón en la pintura equiparó las acciones (4-5).
Con la misma rapidez que el marplatense picó en punta, el bahiense se acomodó en defensa, y dándole intensidad a su primera línea volcó el juego su favor, corriendo en más de una oportunidad (aunque sin convertir en todas) y pasando a comandar las acciones (6-5, 6:30).
El minuto solicitado por Rivero le sirvió al huésped, en primera medida, para tomar aire, y luego, para reorganizar el ataque retornando a las fuentes.
Con la conexión Gutiérrez-Leiva restablecida “Peña” se sintió más cómodo, e incluso sacó cuatro de luz en los instantes finales (13-17), y si bien el anfitrión arrimó a uno (16-17), un triple sobre la chicharra de Leonardo Gutiérrez le devolvió los cuatro al visitante de cara al segundo capítulo (16-20).
El segmento siguiente fue desprolijo en gran parte de su tramo. Bahía Basket intensificó su “operación desgaste”, y poniendo en cancha al tridente Redivo-Amigo-Martínez lo pudo llevar adelante.
Si bien Fernando Rivero buscó darle descanso a su quinteto inicial, estos lo tuvieron por un corto lapso, ya que la intensidad en ambos costados del campo que propuso el local (muchas veces no bien resuelta) terminó por marear a sus dirigidos, dejándolos cuatro tantos abajo (28-24), al entrar a los tres minutos finales.
Fue así que de un solo movimiento hizo reingresar a Gutiérrez, Leiva, Campazzo y Johnson, manteniendo únicamente a Boccia (salieron Fernández, Ibarra, Weigand y Sosa); consiguiendo con ello el golpe de timón buscado.
En dos minutos y medio Peñarol estampó un parcial de 11-0, para catapultarse 35-28 arriba, distancia que quedaría en cinco (30-35) al momento de encarar el descanso largo, con la particularidad de no haber obtenido en esos 20 minutos puntos desde el banco.
Con el retorno de zona de vestuarios el huésped trajo a cuestas todo su oficio. Con simpleza y experiencia se floreó en el tercer cuarto, ante un dueño de casa que tuvo pérdidas no forzadas, que le permitieron a su rival sacar 11 de luz en los primeros dos minutos (33-44).
Ante esto la defensa marplatense ganó en confianza, entregó nuevas variantes como las ayudas a las penetraciones, y en un trampolín imaginario elevó su ofensiva hasta la brecha de las 17 unidades (33-50) al llegar a los cuatro minutos del cuarto.
Un par de posesiones más tarde Blakeney rompió el hechizo para el local, que pasó tres minutos sin convertir y lo pagó caro. Ginóbili buscó variantes con los reingresos de Whelan y Martínez, pero no podrían ayudar para torcer la historia.
Un nuevo triple de Gutiérrez, a falta de tres minutos, estampó la máxima diferencia hasta allí (37-59), y recién a segundos para acabar el periodo el cuadro bahiense lograría bajar los 20 de diferencia.
En esos últimos minutos Bahía Basket optó por poner el balón en la pintura, y a través de Blakeney generar recursos, buscando una base sólida por donde comenzar a construir una hipotética remontada. Finalmente se meterían al cuarto capítulo separados por 17 tantos (45-63).
El dueño de casa propuso en el inicio del periodo, y con la diferencia a su favor, el visitante dispuso. De movida fue Nocedal quien tomó la manija por los suyos, empujándolos a descontar seis tantos en dos minutos y medio (54-66), obligando al técnico rival a solicitar un tiempo muerto.
Primero reingresó Campazzo y luego volvió al ruedo Ibarra para plantar una doble base y brindarle recursos a una ofensiva que había ingresado en una meseta. El elenco bahiense, que era más ganas que básquet, no pudo marcar la diferencia, y el cotejo vio dos minutos de tanteador inamovible.
Con libres de Gutiérrez, Peñarol retomó los 14 de luz (54-68), y entre esos márgenes navegó el juego en los siguientes cuatro minutos, en una distancia cómoda para el huésped, e inquebrantable para el dueño de casa pese a las variantes implementadas.
Un triple de Clark achico el margen a ocho (66-74) con 57.5 por delante, y acto seguido el anfitrión buscó con la presión seguir recortando la brecha, pero Campazzo simplificó la salida y echó por tierra las ilusiones de sus adversarios.
El match no tuvo vuelco en ese cierre, ni vaivenes inesperados. Con oficio, practicidad y selección de tiro, Peñarol lo cerró, mayormente gracias a su quinteto inicial, aunque la labor en conjunto, principalmente en el tercer capítulo, fue la clave para este triunfo.
Síntesis
Bahía Basket (66): Diego Gerbaudo 15, Matías Nocedal 9, Mateo Gaynor 6, Ivory Clark 6 y George Blakeney 14 (inicial); Franco Amigo 2, Lisandro Rasio 6, Gonzalo Martínez 2, Gastón Whelan 2 y Lucio Redivo 4. DT: Sebastián Ginóbili.
Peñarol (77): Matías Ibarra 9, Kejuan Johnson 7, Adrián Boccia 14, Leonardo Gutiérrez 27 y Martin Leiva 13 (inicial); Axel Weigand 1, Facundo Campazzo 4, Isaac Sosa 2 y Gabriel Fernández 0. DT: Fernando Rivero.
Parciales: 16-20 / 30-35 / 45-63.
Árbitros: Dinamarca – Vito.
Estadio: Dr. Osvaldo Casanova.
Emanuel Niel
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diego 18/11/2013
Habria que preguntar porque los baños del Casanova estan como estan,son una letrina,todo roto y sucios por donde se lo mire,no podes tocar ni sentarte en ningun lado,verdaderamente un asco. No creo que el Pepe,el Sepo o el Puma vayan a esos baños cuando necesiten,una verdadera verguenza
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