El clásico, como siempre, representa un estado de ánimo. Para los que lo juegan como para los hinchas, por eso el que gana se potencia y el que pierde se llena de dudas y de bronca. Hace apenas 7 días (nada en el tiempo) eran los hinchas de Peñarol quienes sentían que este martes 19 sería un verdadero parto. Eran los hinchas de Quilmes quienes sostenían que estaban ante su verdadera posibilidad (ahora o nunca). Pero en el deporte lo primero que cambia es el ánimo. Después del muy buen regreso de Facundo Campazzo en Bahía Blanca y la lesión de Lucas Ortíz en Quilmes el medidor de emociones dio vuelta todos las mediciones previas.
Es que hasta el más neófito se da cuenta que Facundo Campazzo ya juega en otra liga, en la liga de los distintos, su presencia (o su ausencia) es decisiva para la vida de su equipo. En Quilmes, por el contrario, un equipo que se defiende por su tarea en conjunto sin individualidades rutilantes, la salida de Lucas Ortíz ha sido un golpe al lugar que más sensible le ha quedado: la base. Sin Luca Vildoza, con solo Fabián Shadi tirando del carro, la creación de juego está muy condicionada.
El regreso de Campazzo o la posible ausencia de Ortíz (no está confirmado que no juegue) se dan en el marco de conocer que siempre el clásico depara sorpresas, no obstante, se sabe, la presencia de jugadores claves fortalecen y estimulan las expectativas previas.
Para Quilmes (hoy local) el juego es clave. Con su única derrota de local (ante Bahía Basket) y las dos victorias de visitante (Bahía Basket y Boca) su eficacia es de +1, guarismo que por ahora lo deja dentro del Super 8. Pero si pierde de local vuelve a quedar en cero teniendo que jugarse el pasaporte al torneo de Mendoza de visitante el próximo fin de semana ante Lanús y Gimnasia Indalo. En cambio si gana mantiene el +1 y aún perdiendo los dos de visitante podría clasificar igual si Boca no gana los dos de visitante el fin de semana.
Además para Quilmes el deseo de ganar un clásico por la Liga en el Polideportivo es muy grande. El último recuerdo de victoria es por la Copa Argentina cuando el cervecero militaba en el TNA (17/09/2010) mientras que el último clásico por LNB que ganó Quilmes fue el 7/11/2008 (102-95) cuando se jugó en Olavarría y aunque fue un partidazo es más tristemente recordado por los incidentes finales . El último clásico por Liga Nacional que ganó Quilmes en el Polideportivo data del 14/11/2007, es decir hace seis años.
En el plano deportivo el conjunto de Leandro Ramella ha tenido una producción de mayor a menor. Luego de perder el clásico y ante Argentino en las primeras dos fechas, el equipo siguió evolucionando con una gran ofensiva que se ubicaba entre las primeras de las competencias por promedio de puntos. Pero se fue apagando lentamente y pasó de 83.6 pts en los primeros cinco juegos a escasos 71.5 en los últimos seis partidos.
Parte de la explicación radica que Quilmes es el 4to peor equipo en porcentaje de tiro de tres puntos anotando 5.7 de 18.8 triples lanzados (30.4%). Su contra cara es precisamente Peñarol que mete 10.5 de 27.0 triples por juego (39.1%). En los tres ítems del tiro de tres puntos (convertidos, lanzados y porcentaje) Peñarol es el 1º de la Liga.
En el aspecto ofensivo además del tiro de tres puntos Quilmes ha tenido serios problemas en las últimas fechas para llevar gol en el poste bajo con sus internos. Hoy el regreso de Diego Romero aparece como la mejor noticia para un equipo que necesita un jugador de experiencia en el poste bajo. En su ausencia Ramella lo disfrazó a Maciel de ala pivote y el entrerriano rindió en muy buen nivel, bancando incluso a jugadores más altos y atléticos a puro oficio y sumando 30 minutos de promedio (contra Boca jugó los 45 con el suplementario y ante Bahía basket los 40 minutos).
Entre tantos guarismos que le pueden preocupar a Ramella sin dudas uno es el de la pelotas perdidas. Quilmes es el equipo que más balones pierde en la competencia con 14.9 por juego. Sin dudas que un número que crece por el estilo agresivo de transición defensa-ataque que busca obsesivamente sacar el contraataque en un pase. Ese riesgo parece ser el estilo definitivo de esta versión del cervecero.
Finalmente la situación en esta previa para Quilmes se completa con la idea de superación que busca tener el equipo, que se armó con bajo presupuesto, sin estrellas, un sólo extranjero (que rinde con intermitencias) y que no obstante ha logrado mostrar una solidaridad grupal y espíritu de lucha que lo hace creer en una temporada con muchas más alegrías que tristezas. El gran golpe lo tiene que dar ante su eterno rival y la posibilidad existe.
Del otra lado Peñarol se encuentra en un momento especial. Siempre el mundo "Peñarol" es especial porque cualquier festejo es desmedido y los problema se toman de igual manera, en los vaivenes pasionales (que sufren sus hinchas y dirigentes) aparece un momento que no es complicado en resultados pero si en expectativas.
La salida de Campazzo por lesión se dio justo en el mes que Peñarol se jugaba todo: Sudamericana, pase a la Liga de las Américas e ingreso al Super 8. Y hay que mencionarlo primero porque Facundo Campazzo tiene sus días contados en la Liga Nacional. Por suerte para esta página y este periodista no es una sorpresa sino una hermosa ratificación de saber que quién más apuntaba de juvenil es hoy la mejor realidad del básquetbol argentino. Diferente y decisivo no hay otro como él en la Liga Nacional.
Su regreso el domingo fue una sorpresa en términos de tiempos de recuperación. El base se lesionó la noche del 23 de octubre ante Lanús y regresó el domingo 17 de noviembre, exactamente 25 días después de su distensión en el ligamento colateral medial de la rodilla. De acuerdo a los especialistas que manejaron su lesión el tiempo de recuperación establecido era de 40-45 días. Pero como la ciencia de la salud no es matemática y todos los cuerpos reaccionan diferente, en menos de 4 semanas Campazzo volvió a jugar. Su trabajo fue intenso tanto como su deseo de volver.
Y se sabe que con Campazzo en la cancha Peñarol no es el mismo (ningún equipo lo sería). Su ausencia erosionó el armado de juego que tenía el equipo llevando a Matías Ibarra (que arrastra molestia en los aductores) a tener que asumir más minutos de lo que el propio "Lata" quisiera. En consecuencia llegó Kejuan Johnson al equipo para oficiar de base/escolta cuando el momento lo requiera. Hoy la rotación gana cuatro jugadores en la posición del 1-2 mientras Quilmes debe resolver esas mismas plazas con solo Sahdi y Baxley, llevando a Marin a compartir el puesto.
El equipo de Fernando Rivero tuvo más problemas en el juego que la sola ausencia de de Campazzo pero la línea divisoria es muy fina para saber donde empiezan los problemas de equipo en general y donde están los problemas por jugar sin Campazzo. Solo el correr de los partidos dirá el diagnóstico definitivo.
Lo cierto es que tiene un gran dependencia en ataque de Leo Gutiérrez que en procesos anteriores supo evitar. Hoy Leo marca el ritmo con 18.5 puntos por juego con 2.1/4.5 tiros en dobles (46%) y 4.2/10.1 en triples (41.4%) sumando además 33 minutos por partido. Un desgaste para el Olímpico que sin dudas es más de lo esperado, aunque absolutamente indispensable para su equipo hoy.
En términos generales, al igual que años pasados, Peñarol se mantiene entre los tres equipos más goleadores del torneo con 77.1 puntos en ataque a pesar de no ser justamente el pasaje más feliz de la competencia con 6 victorias y 5 derrotas. En lo que refiere la importancia del partido (más allá del deseo de ganar el clásico) el equipo de Rivero necesita ganar para sumar un triunfo de visitante que lo ponga +2 esperando mantener la localía el próximo fin de semana ante Boca y Obras y llevarse así la clasificación al Súper 8.
En cambio si pierde hoy aún ganando los dos juegos del fin de semana que viene de local no asegura su ingreso al Súper 8 si Obras gana en Bahía.
El clásico vivirá su edición 102 de la historia y sigue más vivo que nunca con la fiesta de la gente y una ciudad que divide amores y pasiones. Con el agregado de la importancia del resultado como condimento especial.
Estadísticas Especiales
Claro choque de estilos en el clásico marplatense. Por un lado, Peñarol tiene una amplia ventaja en los tiros de tres puntos, promediando 16 puntos más que Quilmes por esa vía. ¿Dónde empareja Quilmes? Además de contar con la tercer mejor defensa de la Liga (96 puntos por 100 posesiones), en el tiro libre: mientras que Quilmes es el equipo que más suma por juego desde allí, Peñarol aparece como el peor en ese sentido, con una diferencia mayor a los 9 tantos por juego. Veremos qué características se imponen este martes.
El cuadro comparativo refleja la actualidad individual y colectiva de los conjuntos. El diagrama superior marca la anotación de cada equipo en las respectivas áreas. Por su parte, debajo encontramos estadísticas ofensivas (cuadro superior) y defensivas (Inferior).
Momentos Claves abarca todo lo que suceda con menos de cinco minutos por jugar y el partido a una distancia de cinco puntos o menos.
FG% Real es un dato similar a % de campo, solo que en la ecuación, le da un valor mayor a cada triple anotado por sobre los dobles, debido a la mayor dificultad y “recompensa” que estos tienen. El número superior indica el % Real anotado, y el inferior el permitido al rival.
% Perdida marca la cantidad de balones perdidos (en el caso de la defensa, generados al rival) por cada 100 posesiones.
% Rebote tanto para ofensivos, como defensivos, representa el porcentaje de rebotes tomados por sobre los totales disponibles. Si el rival falla 10 tiros y nuestro equipo toma 5 rebotes, tendrá un % Rebote Defensivo del 50%.
Rating de Tiro Libre representa la capacidad de un equipo para sumar desde la línea. El número se obtiene dividiendo los goles de campo intentados, por los tiros libres anotados.
Rating Ofensivo y Defensivo es por lejos la estadística más importante para un equipo. El Ofensivo refleja los puntos anotados por cada 100 posesiones, mientras que el defensivo, los permitidos, también por cada 100 posesiones.
Posibles Formaciones
Quilmes: Fabián Sahdi, Walter Baxley, Federico Marín, Maximiliano Maciel y Diego Romero. DT Leandro Ramella
Peñarol: Facundo Campazzo, Kejuan Johnson, Adrián Boccia, Leo Gutiérrez y Martín Leiva. DT Fernando Rivero.
Hora: 21.30
Árbitros: Alejandro Chiti - Alejandro Ramallo
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas - Mar del Plata
Pablo Tosal (@pablotosal) - Juan Estevez (@JuanEstevez90)
www.pickandroll.com.ar
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