Sebastián Uranga es palabra autorizada para dar su punto de vista sobre la Selección Argentina. Lo avalan do años en la Juvenil y 11 en la mayor, hasta que fue reemplazado para los Juegos Panamericanos: “por un tal Fabricio Oberto, así que tan mal pensado no estuvo”. Su bautismo fue en el Sudamericano Juvenil 1982, con derrota en la definición ante Uruguay. Por eso en los Juegos Sudamericanos Rosario 1982 se dio su primer título con la celeste y blanca. A partir de allí, llegaron mundiales juveniles, mundiales como mayor e innumerables momentos como el histórico duelo contra el Dream Team en Portland 1992. “La Selección es tan particular que si no la vivís no es fácil entenderlo. Si me decís que tengo que pagar para jugar en la Selección yo pago. Es muy particular y la viví siempre en forma muy intensa. Por ejemplo, nos enteramos 48 horas antes del Mundial 1990 que había quebrado la CABB. No importaban los problemas y le dábamos para adelante”, cuenta hoy el entrenador de Echagüe, en el TNA, y padre de Sebastián, hoy en Obras Sanitarias
Enriquece charlar con el paranaense. En su repaso de su carrera con Argentina siempre lo hace en perspectiva, contextualizando cada momento, incluso en los peores momentos. Como en la previa para los Juegos Panamericanos 1987 cuando, en solidaridad con sus compañeros, renunció al torneo, o en el Sudamericano 1991 cuando, por el contrario, convenció a varios jugadores para que el equipo esté completo.
¿Cómo viviste esas situaciones?
Era solidario en la situación. Gracias a eso se generó un reglamento especial para la Selección que mejoró mucho en cuanto a lo organizativo y aun sigue vigente. La forma de tratar a los jugadores, la hotelería, la manera de viajar. Empezó un trato a la Selección que en ese momento no estaba teniendo. No fue de un día para el otro. La Generación Dorada hizo el resto. Uno es capitán por la forma en la que actúa. En 1991 ya estábamos en Liga Nacional y se trataba mejor a los jugadores en la Liga que en la selección. Eso generaba animosidad.
¿Cuanto mejoró la Selección a partir de la creación de la Liga Nacional?
La Liga Nacional fue muy importante. Sin dudas. Somos de una generación que tuvimos un pie sin Liga y otro pie con Liga. Por consiguiente, no era uniforme la mentalidad profesional, la forma de vivir cuestiones tangibles o implícitas de la actividad. La Generación Dorada y, también, los que hoy tienen 12 años ya tienen un objetivo: jugar en un equipo de Liga Nacional. Eso es algo que tiene un valor enorme. Tiene una cultura. A nosotros a los 27, 28 años nos caía la ficha que teníamos que trabajar y al Chapu Nocioni le cayó a los 17 años. La estructura de la Liga Nacional tiene un valor enorme. A la formación inicial de cada club se le sumó ese escalón muy importante. Ojalá de la mano de Pepe Sánchez se siga mejorando porque hay mucho por mejorar.
¿Cuánto influyó la experiencia de tu generación? Por ejemplo, el hecho de enfrentar a los NBA en Portland y sacarse fotos con ellos hizo que la siguiente camada lo tome más natural.
No nos puede enojar lo que es una realidad. Un grupo tan mítico como el del Dream Team y en la primera apertura de la NBA… Eran extraterrestres y además eran los mejores. Algo inigualable desde el punto de vista mítico. Ahora qué significó para ellos esa experiencia previa, lo deberían responder ellos mismos. Soy bastante pudoroso sobre eso y no daría comentarios. Sí tiene que ver lo organizacional. Nosotros ayudamos a desmalezar un poco. Igualmente todos siempre somos algo producto de algo anterior. Además la Generación Dorada se nutrió de entrenadores jóvenes con mucha formación, sumado a anteriores entrenadores, tecnología. Esa información era mucha más cotidiana que nosotros. Fue un combo. También aprovecharon otros factores: madres parieron una cantidad de enorme de jugadores con ocho años de diferencia. Además la Ley Bosman llegó en el momento en el que la Liga ya tenía un techo pero se dio la posibilidad de ir a Europa y a equipos importantes. Este grupo, que hizo todo perfecto, fue a clubes claves y después se dio al salto a la NBA. Los escalones iniciales están, las ganas de jugar en Liga también. Quizás ahora suframos la falta de cupos de extranjeros en Europa.
Habiendo jugado tres Mundiales de mayores, ¿Cuál fue tu mejor recuerdo?
Me es difícil puntualizar. Aunque todos los jugadores del equipo de Estados Unidos que vencimos en España 1986 terminaron siendo NBA. Logramos el octavo puesto en la Argentina 1990 y 12º en España pero con picos de rendimiento muy alto. Ya en Canadá después de una fase mala terminamos novenos. A nivel resultados no estuvo tan mal. Pero comparado a lo que hicieron los muchachos después, fue pésimo (risas). Esta generación vio como algo lógico jugar en todos los torneos, después estar entre los 8 y después estar entre los 4, entre los finalistas y quedaron “1”. Ni el más optimista lo imaginaba antes, cuando siempre hubo ausencias de Argentina en los grandes torneos. Se cambió todos los objetivos gracias a esta generación. Es muy difícil de repetir en cualquier parte del mundo. Ojalá se reformulen los objetivos, de lo contrario vamos a cometer muchas injusticias con lo que se viene y sería un grave error. Argentina siempre tuvo grandes jugadores.
Autor: Alejandro Francisco (especial para www.pickandroll.com.ar)
Sergio de Atenas 24/11/2013
un grande Sebastian. con 2.00 se debatio en inferioridad contra internos mas grandes a base de fortaleza, fue uno de los ejemplos para la GD como Marcelo, Pichi, Espil, Nicola y demas
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