Se van notando las características propias de un equipo que ya superó el temporal. Peñarol renovó el DNI y le está costando identificarse pero se ve un equipo diferente, a pesar que haya figuras que se repiten no caben dudas que es un equipo nuevo.
Con Facundo Campazzo en el equipo Peñarol solo perdió un partido en Ambato, Ecuador, por Liga Sudamericana. Luego ganó todos los que jugó, y es lógico que eso pase cuando se trata de un jugador tan determinante en un equipo en formación. El equipo de Rivero ha logrado ahora no depender obsesivamente de su base y eso lo obtuvo con las victorias que siempre brindan tranquilidad.
El partido: En el comienzo Peñarol sacó ventajas del mismo modo que lo hizo con Boca 48 horas atrás. Puso el balón generosamente en diferentes manos atacando interno con Boccia, Leiva y Campazzo y Perimetral con Johnson y Leo Gutiérrez.
En pocos minutos pudo destrabar la zona 2-3 que Obras le presentó cuando estaban 9-7 para evitar que Peñarol tenga el control absoluto del rebote y sobrecargar la pintura ante los rompimientos de Campazzo.
El conjunto de Santander después de perder 22-12 en 7 minutos y medio tuvo un mejor cierre de cuarto con el ingreso de Maxi Stanic por “Pepo” Barral. Así achicó la diferencia a 24-19 al cierre del primer segmento.
En el segundo parcial el técnico de Peñarol, Fernando Rivero, terminó la rotación completa que había comenzado en el primer cuarto y su equipo perdió brillo. Fue prolijo en ofensiva pero no tuvo gol. Más allá de la explosión inicial de Sosa (un triple y un doble) que le devolvió la diferencia de 10 (29-19) Peñarol se quedó sin juego ofensivo.
Entró Campazzo y el equipo volvió lentamente a retomar el ritmo. Compartió la base con Matías Ibarra mientras crecía la figura de Axel Weigand en defensa siendo acaso el trabajador más sacrificado (Y silencioso) del equipo. Obras había achicado el resultado a solo cinco puntos (31-26).
La visita ensayando zona presión y diferentes alternativas en defensa logró contener por momentos a Peñarol pero le faltó la puntada final en ataque donde primero Stanic y luego Van Lacke erraron sus lanzamientos con ventaja.
Un triple de Ibarra y cuatro libres y un doble de Facundo lograron abrir el marcador que con el reingreso de Boccia y Leo Gutiérrez terminó inclinando la balanza para Peñarol al primer tiempo 44-28.
En el tercer cuarto se vio lo peor del local. Obras salió del entretiempo concentrado y a pura actitud pero con una diferencia desde lo estratégico. Después del frenético ritmo de cambios que instrumentó Silvio Santander en el primer tiempo en el 3er parcial no movió el banco en los primeros 7 minutos y recién sobre el final del segmento entró el pibe Scaramuzzino. A pesar de las fallas y los errores que podían cometer Santander bancó el equipo en cancha.
Peñarol lo tuvo a Leo Gutiérrez que metió un triple pero luego erró los siguientes tres. El equipo hizo agua en ataque (apenas 13 puntos en el segmento) y especialmente tuvo 5 pérdidas en 5 minutos. Desdibujado sin goles de tiros cortos de Leiva y Boccia como suele ocurrir la diferencia de 16 puntos se fue diluyendo.
Sucede que tampoco Obras es un equipo a todo gol. Le costó horrores defender y confundir a su rival pero a la hora de sumar puntos dio muestras de extrañar a sus extranjeros. Hubo un recital de Fede Van Lacke con 11 puntos en el parcial pero muy poco del resto.
Para el último cuarto la distancia era de 8 (57-49) pero Peñarol no tardó nada en ampliarla a 62-49 en menos de un minuto con triple de Weigand y doble de Boccia. Esa distancia le permitió al local manejar los tiempos del juego, sentirse seguro, sabiendo también que toda la generosidad en la entrega que tiene Obras no le asegura tener gol. No pudo dañar en el juego interior y redujo casi toda posibilidad ofensiva a lo que hizo corriendo o con penetraciones.
En dicho sentido vuelve a ser gigante Martín Leiva. Aunque es imposible distinguir a una figura el trabajo de Leiva se destaca otra vez por su dominio en el juego aéreo (14 rebotes) y aportó además 10 puntos lastimando a su rival en donde sabía que no quería problemas. Luego Axel Weigand por su sacrificio defensivo y constancia (7 pts y 6 reb), Boccia (lo secó a Van Lacke en el último cuarto) Campazzo desde la conducción (hizo cosas que pagaron la entrada).
Obras no tuvo mucho para dar sobre el cierre, porque además de tener un 37% de campo (erró mucho incluso tiros no defendidos) perdió en los rebotes y se pasó poco el balón. Peñarol se deja ver como un nuevo equipo y con variantes. No usa tanto el tiro de tres como sistema, no al menos en el “modo abuso” que por largo tiempo se le vio. Es el segundo partido que todos sus jugadores convierten puntos antes que termine el primer tiempo. Distribuye el gol en cada mano y defiende con mucha intensidad. Así va construyendo su presente mientras cambia la cara.
Síntesis
Peñarol (79): Facundo Campazzo 10, Adrián Boccia 12, Kejuan Johnson 8, Leonardo Gutiérrez 10 y Martín Leiva 11 (FI) Matías Ibarra 8, Axel Weigand 7, Isaac Sosa 8, Gabriel Fernández 4 y Santiago Giorgetti 0. DT: Fernando Rivero
Obras Basket (65): Pedro Barral 3, Federico Van Lacke 24, Juan Ignacio Jasen 10, Tyler Field 3 y Cristian Scaramuzzino 8 (FI) Maximiliano Stanic 7, Iván Basualdo 4, Tomás Zanzotera 6, Alejandro Konsztadt 0 y Federico García 0,. DT: Silvio Santander
Parciales: 24-19, 44-28 y 57-49
Árbitros: Roberto Smith y Mario Aluz
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”
Fotos: Carlos DeVita - ligateunafoto.com
Crónica: Pablo Tosal (@pablotosal)
www.pickandroll.com.ar
DEJA UN COMENTARIO