“Fue un partido durísimo. Estamos con bronca porque se nos fue un juego muy importante y en casa. De local hay que dejar todo para ganar y se nos escapó. Estoy dolido por la derrota pero hay que seguir trabajando. Ahora tenemos dos partidos muy duros afuera y vamos a tratar de ganar ambos”, dijo Zanzottera, quien aportó 10 puntos, un rebote y una asistencia en la caída ante Quilmes.
La derrota puede que duela más porque, a priori, Quilmes es un equipo con objetivos similares a los de Obras Basket, teniendo en cuenta la paridad de ambos conjuntos. Por eso, más adelante puede llegar a pesar. “Quilmes es un rival bastante parejo a nosotros. Los partidos son palo a palo y se definen en las últimas bolas. Pero bueno, quizás ellos vienen entrenando desde hace mucho tiempo con una base de jugadores y a nosotros todavía nos falta un pasito en ese sentido. Cedric (McGowan) se incorporó hace tres días, a Lorenzo (Gordon) le falta un poco para ponerse bien… Yo creo que cuando estemos todos bien vamos a dar más pelea”, destacó.
Zanzottera marcó las virtudes y los defectos que tuvo el equipo y apeló a mantener el foco para lo que viene: “Defendimos fuerte pero en ataque tuvimos un par de ejecuciones con mala suerte. A veces vos dejás todo y la bola no entra. Perder así, en un final cerrado, te duele. Cualquiera de los dos podría haber ganado. Pero hay que mantener la cabeza arriba y fuerte”.
Ahora, Obras Basket tendrá que visitar a Peñarol en el Polideportivo de Mar del Plata, donde perdió en la primera fase. “Es complicado pero no imposible. Si hacemos un buen partido le podemos ganar. Ellos son un buen equipo, pero si nosotros nos ponemos positivos podemos lograr el objetivo”, aseguró.
Y en el cierre, reflejó su felicidad por el buen momento que está transitando: “Me estoy sintiendo bien, cada vez más cómodo. Mis compañeros y el entrenador me dan una confianza importante. Trato siempre de hacer lo posible para que el equipo gane”.
Fuente: Prensa Obras
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