En el comienzo hubo paridad con Peñarol lastimando desde la conexión Campazzo – Leiva y Sionista ubicando a Zilli como definidor en el poste bajo de la gestión de rompimientos de Josh Pittman.
Ese juego de sociedades fue el equilibrio inicial del partido, hasta que lo rompió Leo Gutiérrez con su arma predilecta. Dio un paso atrás en ofensiva y empezó a bombardear la defensa paranaense con triples. Fueron cuatro seguidos para sumar 14 puntos en su casillero individual y potenciar la ofensiva milrayitas.
A pesar que Enzo Ruíz contestó con dos triples y Hure uno más la ofensiva de Peñarol tuvo un cuarto tan aceitado que logró 29 puntos y lastimó desde todas las posiciones. Fue 29-23 en un guarismo que claramente no le convenía a la visita.
Por eso para el segundo cuarto el técnico visitante mandó a su dotación suplente solo con Pittman quedándose de los titulares. La misión era tener una defensa más estable que permita entrar en un juego parejo. Y lo logró.
Con Goldemberg de alero subió los centímetros de la media cancha y con Nicolás Aguirre encontró un hacedor de juego inteligente que encontró los caminos, vía Míkulas en el poste bajo y Enzo Ruíz en el perímetro Sionista fue descontando la diferencia pero principalmente fue llevando el juego al lugar que más le convenía.
También mucho tuvo que ver que Fernando Rivero aprovechó el segundo cuarto para darle descanso a su tridente más importante: Campazzo – Gutiérrez – Leiva y encima se lastimó Kejuan Johnson quien por discutir un balón en el piso terminó con un molestia en su hombro. Cuando volvieron a reingresar en el partido, Sionista ya estaba muy metido en la dinámica que le dio provecho y la paridad fue absoluta.
En el segundo tiempo, Svetliza mantuvo de movida a Aguirre en el equipo, el “Penca” sumó dos faltas seguidas, llegando a tres, pero el entrenador no quiso sacarlo. El juego del base visitante era la clave por contención de Campazzo y distribución de balón.
Peñarol empezó a pelear con más energía los rebotes ofensivos, que fueron su alimento para corregir en las segundas instancias todos los problemas de un ataque que lucía muy trabado.
No obstante la solución del local llegó mediante su gestión defensiva, porque Leiva pudo dominar a Míkulas y Kejuan Johnson en su reingreso se encargó de Enzo Ruíz. Ajustando la marca y solidificando su rebote Peñarol tuvo aire para ir abriendo lentamente el marcador a 8 puntos (59-51) a falta de 4 minutos.
Esa gestión defensiva le permitió a Peñarol hacer uso de su contraataque con pase largo y usar a Boccia como punta de lanza para una faceta del juego que maneja de modo extraordinario. Así sacó 10 puntos (63-53) pero un mal cierre de cuarto con Johnson cometiendo una antideportiva en una pérdida le brindó a Sionista la chance de descontar para cerrar 64-59 el tercer cuarto.
En el tramo final Sionista siguió evidenciando la recuperación de la parte final del tercer cuarto y llegó a pasar al frente 64-68, aprovechando con Míkulas y Zilli la ausencia de Leiva. Sobretodo Míkulas que era el receptor de todos los pases iniciales de la ofensivas y jugaban a partir de la injerencia del ala pivote que anotaba y daba juego con suma inteligencia.
Sonaron las alarmas en el banco local y saltó Leo Gutiérrez a la cancha para contener a Míkulas, la clave del momento, no obstante el problema de Peñarol también era ofensivo, trabado ante una defensa zonal de la visita. Después de anotar 29 puntos en 10 minutos, Peñarol anotó 35 puntos en los siguientes 23 minutos de partido.
Con Sionista ganando 64-68 la dupla Leo y Leiva volvieron a tener injerencia en el juego ofensivo y un parcial 6-0 le devolvió a Peñarol el liderazgo en su peor momento (70-68) para que Svetliza pare el juego con un minuto.
Al regreso Campazzo puso una asistencia de faja a Boccia que fue una delicia (72-68) para extender el parcial a 8-0. Pero ese lujo significó algo más que eso, fue un volver a entrar en su propio mundo a un Peñarol que hasta allí sufría más el juego de lo que lo jugaba.
Siendo Míkulas el goleador de su equipo y el hacedor de todo el juego ofensivo, el DT Svetliza determinó a falta de 3:29 cerrar el juego sin él. No se entendió el cambio salvo sumo cansancio del ala pivote. Lo cierto es que fue clave la salida de Míkulas porque Sionista se desorientó en ataque, perdió su brújula y después de haber llevado 37 minutos impecables cerró el juego con un cúmulo de desaciertos que Peñarol aprovechó con su instinto ganador.
Quedó tiempo para un situación extraña. Con Peñarol ganando 82-76 a falta de 1:17 el árbitro Guzmán cobró una falta inverosímil de Pittman en ataque sobre Giorgetti que dio toda la sensación que fue al revés. Cerró así Guzmán un partido donde no arbitró bien.
Para sentenciar el juego, Martín Leiva metió dos libres y Leo Gutiérrez otros tantos para darle a Peñarol el decorado final de una victoria construida con mucho amor propio y deseo de mejorar un juego donde fue dominado en largos pasajes. Sionista hizo casi todo para ganar, pero equivocarse ante Peñarol en el cierre es poco menos que entregar el partido.
Síntesis
Peñarol (86): Facundo Campazzo 12, Kejuan Johnson 9, Adrián Boccia 13, Leonardo Gutiérrez 26, Martín Leiva 16 (FI); Franco Giorgetti 0, Axel Weigand 0, Isaac Sosa 10, Gabriel Fernández 0, Santiago Giorgetti 0. DT: Fernando Rivero.
Sionista (80): Jeremías Sandrini 3, Enzo Ruiz 17, Josh Pittman 6, Daniel Hure 9 (x), Alejandro Zilli 15 (FI); Nicolás Aguirre 8, Gabriel Mikulas 16, Mariano Byró 2, Lucas Goldemberg 2, Pablo Pérez 2. DT: Sebastián Svetliza.
Parciales: 29-23, 43-42 (14-19), 64-59 (21-17) y 86-80 (24-21).
Árbitros: Fernando Sampietro y Silvio Guzmán.
Estadio: Polideportivo "Islas Malvinas".
Crónica: Pablo Tosal (@pablotosal)
Foto: Majo Gil (@MajoPick)
www.pickandroll.com.ar
DEJA UN COMENTARIO