"Este es el famoso Tato, el Tato de Peñarol, que por Peña dejó la vida, la vida y el corazón" le cantaba la hinchada milrayitas el 21 de septiembre del 2011, en el partido inaugural en el Polideportivo de la nueva temporada donde el milrayitas estrenaba título justo en el clásico frente a Quilmes, y donde Sebastián "Tato" Rodríguez volvía a mostrarse ante su gente luego del impacto de su afección cardíaca que lo dejaba afuera del deporte profesional. Fue un momento a pura intensidad emocional, porque después de 16 años de carrera su vida debería continuar en otro formato.
Hoy, dos años y meses después de aquella noticia que cambió su vida las modificaciones son visibles en su discurso, aunque su aspecto es todavía la del pibe joven que jugaba en Peñarol siendo hincha de su equipo y donde creció (desde mini) picando una pelota.
No obstante es lógico que el retiro abrupto lo haya alejado primero del básquet, para reacomodar su vida "Al principio, los primeros meses no me di cuenta lo que estaba pasando, después fue un golpe duro, costó muchísimo, pero hubo mucha gente que estuvo siempre conmigo, mi familia, la gente de Mar del Plata, la gente de Peñarol, que siempre estuvo atrás mío con cariño, gente que se ha acercado a mí para hacer proyectos. Yo terminé mi último partido saliendo campeón y al otro día me dicen “flaco, no jugás más”, es muy duro, algo increíble, ningún síntoma, nada, la verdad que es muy fuerte. No tenía planificado retirarme entonces costó muchísimo pero bueno se acercó gente muy importante para mí en lo que es mi nueva etapa".
La salida del básquetbol profesional en muchos casos de jugadores NBA está acompañado de tratamiento psicológico, por lo difícil que resulta la adaptación a una vida muy diferente. En nuestro país no hay nada ahora al respecto. La Asociación de Jugadores tiene un proyecto (similar al TAP) de apoyo para los que se retiran que esperan empezar a desarrollar este año. Y como se ve es muy necesario.
Así lo cuenta Tato: "Cuando te tenés que rearmar, porque sos un jugador de básquet y vivís en una burbuja, lamentablemente no sabés ni cuánto está un kilo de tomate. Cuando salís de ahí te empezás a encontrar con otra realidad y por suerte hubo gente que me ha ayudado muchísimo y eso lo hace a uno estar más tranquilo, estar disfrutando desde otro lado".
Aunque como bien dice Tato, le va encontrando el lado bueno a un hecho inesperado como fue su afección cardíaca: "Siempre fui muy positivo, porque hoy estoy acá y puedo disfrutar de mis hijos, de esta ciudad que si no tal vez hubiera sido otra la realidad y no podría disfrutar de todo esto, de Mar del Plata, del básquet, y charlar de todo esto que es lo que nos apasiona".
El día después de mañana
Aunque no se piense en el retiro, ya sea inesperado o progresivo, lo cierto es que llega. Y desde allí, gente joven que no cumple todavía siquiera los 40 años, como son los jugadores de básquetbol, saltan a una vida diferente. Podrían apostar a multiplicar el dinero ganado bajo los típicos sistemas comerciales y eso ya sería todo un reto y una dificultad.
Pero Tato Rodríguez encontró una salida poco menos convencional, más humanitaria y definitivamente más compleja como es interactuar con las carencias sociales. "Apenas terminé intenté seguir ligado al básquet, tuve una charla con Sergio Hernández para seguir dentro del cuerpo técnico pero por diferentes circunstancias no se pudo y ahí me sentí un poco alejado, sentía que ya no era lo mismo. Me alejé un tiempo, incluso dejé de ir a la cancha, porque no era fácil ir y no poder estar con mis compañeros y ponerme la camiseta de Peñarol. Hasta que fui madurando y entendiendo más las cosas, el dolor se hizo diferente, allí regresé y empecé a comentar los partidos (FM Residencias 96.5)".
Y agrega: "No sólo volví a ver básquet profesional si no que me prendí con la escuelita de Básquet de la Fundación Ciudad Inclusiva, que eso me pone muy bien, poder estar con chicos y darle la experiencia que yo he tenido, ver chicos que tienen la posibilidad de hacer básquet porque acá en Mar del Plata no todos tienen la posibilidad de pagar una cuota social. Acá los chicos vienen y te encontrás con otras cosas de la vida que uno no conocía, hablas con los padres, esas cosas a uno le hacen bien y me han hecho madurar muchísimo y ver la vida desde otro punto".
Tato cambia el tono de voz en esta parte de la charla, y usa más las manos para interpretar las cosas nuevas que está viviendo. Por ejemplo contó que "Hubo un abuelo que tuvo que sacar a sus nietos de los brazos de sus padres porque le pegaban, ahora el señor trae a sus nietos a las escuelita, se toma dos colectivos para llegar, para que puedan hacer deportes. Las historias que vivimos allí con Fernando (su hermano) son conmovedoras".
La nueva vida que hoy disfruta Tato Rodríguez esta ligada al trabajo social con el deporte mediante la Fundación Ciudad Inclusiva, que genera espacios para chicos carenciados sin cobrar la actividad. Y la narra así: "Primero empecé siendo el coordinador de la escuelita, me fui armando, hice el duelo, después me fui sintiendo bien estando al lado de los chicos, y ahora ya estoy en la nueva etapa de ser el Director Deportivo de la Fundación, que la apadrina el embajador argentino en Venezuela, Carlos Cheppi, justamente Carlos fue quien más me apoyó desde que comencé con todo este tema de mi etapa post-jugador. Y no sólo tiene que ver con el básquet, también coordino otras disciplinas que tiene la Fundación, estoy muy metido y me gusta el tema".
La visión de la Liga desde afuera
"Creo que la liga se ha emparejado para abajo" - analiza Tato - "un poco por los no descensos de dos años, de los cuales hay cosas positivas, hay algunos estadios que están mejorados, no todos. Pero sigo viendo cosas que no se han mejorado. Hay tres equipos o cuatro que van a jugar por el título, y los demás juegan con otra presión, juegan diferente y la gente lo ha visto y por eso está acompañando cada vez menos en todos los estadios del país, no en uno solo. Van a esperar al Play Off, van a esperar el momento que tenga un poco más de adrenalina, porque mientras tanto saben que no hay más descensos".
Como ex base, Sebastián "Tato" Rodríguez entiende muy bien la posición y su visión al respecto de los bases de la Liga Nacional es muy completa. Afirma que "La verdad que en un momento se decía “no hay bases” cuando se fueron dos o tres bases importantes y enseguida apareció Campazzo, Laprovíttola que están en un nivel extraordinario".
La visión que tiene por quien fuera su base suplente es de admiración: "Campazzo está ya para jugar otra Liga, lo estamos disfrutando estos partidos que quedan, ojalá que vaya derecho a NBA porque creo que el juego de él es mas para NBA que para juego europeo".
Sobre los bases del futuro Tato cree que con Campazzo y Laprovíttola hay "futuro para rato" pero además agrega: "Vienen chicos como Whelan que me gustó muchísimo, me parece un base super interesante, y ni hablar de Lucas Vildoza que lo veo más por el hecho de que juega en Quilmes, creo que va a ser uno de los bases de la selección a futuro, y no a futuro muy lejano si no dentro de muy poco, seguramente ya lo empezaran a llamar para estar entrenando en la selección"
La charla se alarga, mientras se apasiona, opina, comparte, pregunta... es lógico, el básquet formó parte de toda su vida y ahora lo va llevando desde afuera, en pura observación y cuenta que "Lo más difícil es el tema altura, sabemos que no somos una raza de jugadores de 2,20 como pueden tener en otros lugares, pero hay que intentar buscar la mayor cantidad de jugadores altos y aprovecharlos. Han pasado jugadores altos que no se los ha entrenado. Tiene que haber dentro de la selección argentina un proyecto de tener todos los jugadores altos y hacerlos entrenar, más allá de que entrenen con sus clubes y estar siguiéndolos. Han pasado jugadores pivote como Juan Manuel Torres que no se lo ha pulido de la manera adecuada. Son jugadores muy altos, no los tenemos y cada vez que aparece uno habría que ayudarlos mucho más y estarle más encima. Después lo que es el puesto de alero, ayuda y base estamos bien".
Más allá del tema de organización y gestión que lleva dentro de la Fundación "Tato" deja en el cierre de la charla la idea que seguirá ligado al básquetbol profesional en un futuro: "Quiero ser técnico más adelante, por su puesto que no de un día para el otro, pero quiero aprovechar todo lo que el básquet me dio como jugador, ya tengo el título y espero completar mis pasos para dirigir algún día."
Fotos: Gentileza Ciudad Inclusiva y Majo Gil (@MajoPick / mjgil@pickandroll.net)
Pablo Tosal
@pablotosal
www.pickandroll.com.ar
genio 07/03/2014
Tato ídolo por siempre!
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