Un día inolvidable para Gualeguaychú

• Juan Manuel Rodríguez (jmrodriguez@pickandroll.com.ar)
• 19/05/2003
• (88 comentarios )

Ni bien Pick And Roll hizo pie en suelo entrerriano un automóvil con dos altoparlantes, que circulaba por la estación terminal, realizaba la propaganda del trascendental choque de Central y Conarpesa. “Todos al Bértora a apoyar a Central que busca el ascenso...” Era el mediodía de un sábado fresco pero que a la noche iba a tener su pico máximo de temperatura con las pulsaciones de más de 1500 personas siguiendo el ritmo de una pelota.

La web estableció sus bases en los talleres del Diario El Argentino y sus directores anunciaban un cierre a largas horas de la madrugada esperando por el desenlace del equipo de su ciudad.

Al caminar por el centro se notaba que el clima no era el mismo al de un día normal. Los que trabajaban andaban a las apuradas para ver si podían finalizar unos minutos antes para llegar temprano al gimnasio. Otros estaban organizando la movida para llegar al Bértora y confesaron que Central pudo con ellos. “Anoche (por el viernes) no salimos y eso es grave. Nos acostamos temprano pero los nervios nos hicieron madrugar”, relató un grupo de fanáticos que esperaban a un amigo para poner rumbo al estadio a las 17 horas.

Los barrios de la periferia del estadio habían cambiado su fisionomía. Las casas de dos pisos exhibían las banderas rojas y negras en los balcones, mientras los domicilios de una planta se las ingeniaron para colocar sus trapos entre las rejas o ventanas. La zona estaba convulsionada y los nervios iban en aumento con el correr de los minutos.

Cerca de las 19.30 Pick And Roll puso como destino el “José María Bértora”. A esa misma hora Fabio Demti dejó su casa para caminar las tres cuadras que lo separan del club. Al ser reconocido fue saludado y palmeado por los hinchas que le agradecieron al técnico su trabajo por depositar a Central en una instancia crucial.

Se respiraba clima de final porque a falta de dos horas para el comienzo de las acciones algunos ya se habían reservado su lugar en las populares. Otros, y quizás más nerviosos, optaron por calmar su ansiedad en la cantina. El dueño, de apodo Caverna, se cansó de vender bebidas. Las mesas del buffet estaban repletas y cada dos minutos todos se unían para gritar por Central. “Si uno hoy pasa lista se va a dar cuenta que estamos todos. No falta ninguno”, le comentó un hincha a Pick And Roll. Y era verdad. No faltaba nadie. A lo lejos se veía al “Chilo”, al “Pupa” y al “Rata” y hasta apareció “Cristóbal de San José” con su característica remera amarilla de Azuaga.

Los minutos se hacían interminables. Cada jugador que pisaba el parquet de juego para lanzar al aro era recibido con un fuerte aplauso. El clima entró en calor cuando Conarpesa realizó sus primeros movimientos. El estadio se fue colmando y a las 21 horas ya no quedaba espacio ni para una hormiga.

El encuentro fue muy vibrante durante sus cuarenta minutos. Nadie logró sacar una ventaja tranquilizadora. El gimnasio se silenció cuando Marani, sobre la chicharra final, estrelló un triple en el soporte del aro que le hubiese dado la victoria a los langostinos. Los cinco minutos de suplementario fueron un ir y venir de cambiar jugadores por cinco personales. Central sacó su amor y garra y se quedó con un juego que será inolvidable para todo Gualeguaychú.

Cuando Ibáñez pitó el final, a falta de 29 segundos, la invasión al parquet fue terrible. Todos a abrazarse con sus ídolos y nadie se quedó sin saludar. Al grito de campeón fueron llevados en andas y nadie se olvidó de saludar a La Unión. Los jugadores dejaron sus vestimentas de deportistas y se colocaron una remera que decía “Central es de primera”.

Los festejos continuaron en el gimnasio, en la cantina y los autos invadieron el centro al ruido de las bocinas. Transitar las principales avenidas en auto fue cosa de locos debido que para realizar cien metros se tardaba más de cinco minutos.

Hasta las 7 nadie se despegó de las instalaciones del club. Todos, con cerveza en mano, cantaron canciones representativas y no pararon de reir, llorar y abrazarse. El presidente de la institución tuvo su espacio y subido a una mesa dio un discurso donde remarcó que la plaza de “A” no se vende de ninguna manera. Al escuchar éstas palabras todos volvieron a celebrar.

Más adelante será tiempo de pensar donde jugar. Algunos quieren seguir en el Bértora pero para ello habrá que realizar algunos cambios en su estructura. Otros piensan en reacondicionar el estadio de Juventud Unida, mientras que también se lanzó la idea de construir uno nuevo que esté acorde a las exigencias de la Liga Nacional.

El sábado 17 de mayo será imborrable para la historia de Central Entrerriano. Ese día obtuvo el ascenso a la máxima categoría. Entre Ríos vuelve a la elite del básquetbol, donde ya habían dicho presente Echagüe y Estudiantes de Concordia. Ahora la Liga Nacional estará en Gualeguaychú y todos quieren que se quede para siempre.

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