Siempre hay una primera vez. El Pamesa se ha metido por primera vez en la final de la Liga ACB, la misma final que el Barcelona quiere ganar para conseguir su primera triple corona, el año en que, por primera vez, dos equipos españoles han copado los títulos en las máximas competiciones continentales de club: Euroliga (campeón, Barcelona ¡por primera vez!) y Copa ULEB (campeón, Pamesa, ¡su primer título internacional!). Comienza a las 16 horas de Argentina (21 de España).
Se trata, en definitiva, de una batalla que amenaza con ser apasionante: el oficial de la Liga española y el simbólico de supercopa europea.
Si el Barcelona ratifica el instinto depredador de su último partido semifinal, contra Estudiantes, será el favorito en la serie. Tiene a su favor el factor campo en caso de quinto partido, y la experiencia de mil finales.
Pero no olvidemos que el Pamesa es el único equipo que le ha ganado esta temporada al Barça en las dos confrontaciones mantenidas. Por un solo punto en el Palau (67-68), pero por amplio margen de 13 en La Fonteta (87-74).
En el plano colectivo la final promete ser apasionante. Se enfrentan dos plantillas con calidad y profundidad notabilísimas. Paco Olmos, técnico del equipo valenciano, ha dado a su equipo una agresividad y un dinamismo que hacen su juego a la vez eficaz y brillante.
El juego barcelonista ha sido más opaco, más especulativo. Pero ya tiene dos títulos, Copa y Euroliga (el gran sueño del club en las últimas décadas). Con solidez defensiva y el sable final de Bodiroga le bastaba. Pesic redondearía faena si completase la progresión, sacando más genios de la chistera. Dueñas y Fucka ya lo han logrado.
En lo individual, gran duelo Dejan (Bodiroga) contra Dejan (Tomasevic), nombres que nunca faltan a la hora de decidir títulos.
Argentina con gran participación
La final de la ACB tendrá mucha actividad argentina. Fabricio Oberto intentrará conseguir el segundo título de campeón consecutivo debido a que el año pasado se coronó con el TAU. El cordobés será acompañado en esta misión por Alejandro Montecchia y Federico Kammerichs.
Fuente: Diario As
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