Sacale punta

• Majo Gil
• 05/11/2014
• (13 comentarios )

¿Cuánto hay de mérito en el ganador y desmérito en el derrotado en un partido donde se juegan la punta y la diferencia es grande?. Y lo digo afirmando sin pregunta: la diferencia fue más grande en el juego que en el tanteador.

Quilmes hizo todo para ganar. Obras no. El local sacó a su rival del juego de equipo y lo redujo en gran parte del partido a una expresión de recursos individuales. Tuvo que ver la marca de Cequeira sobre Fittipaldo que lo borró de la cancha, tuvo que ver la asfixiante marca del local (los 40 minutos) y tuvo que ver la idea de negarle el juego interior, todo eso es cierto, pero hay que entender que Obras lanzó 4/20 en triples, que no tiene su tirador y que con todo en contra, a falta de 4 minutos estaba en juego. Hermoso este deporte.

Primero el contexto. Quilmes llenó Once Unidos como en un partido de Play off. La gente sabía la clase de exigencia que tenía enfrente y quería medirse con el puntero. Esto juega en el ánimo de los jugadores que tenían frente a si, posiblemente el mayor desafío desde los Play Offs con Peñarol del año pasado.

Y desde el comienzo el local se hizo dueño del tanteador y no del juego. Trabado en ataque, sin pases, mirando más que corriendo, Cequeira y Baxley a pura individualidad lastimaron al rival. El primer segmento fue un duelo de defensas en donde a los dos les costó meterse en el juego. La estrategia de Ramella dejando entrar el balón al poste bajo y atrapando y dificultando el juego de Delía fue bien ejecutada. Con un punto interesante a tener en cuenta: no siempre Quilmes atrapó en 2x 1 al juego interior, sino que pudo contenerlo 1 vs 1. Una mirada de futuro interesante se abre allí.

El “modelo Lamas”, que se aplica desde hace más de 8 años (con cada conversión el equipo retrocede en zona) esta vez fue empleado a rajatabla. El entrenador sabía que su carencia ante Quilmes era el juego interior por cantidad de personal: cinco internos contra tres. Entonces Obras buscó en su zona algo que en los papeles era lógico: Quilmes traía un 31% en triples jugando como local. Y en un estadio a pleno, con toda la presión ¿Qué pasaba si erraba los primeros 4 triples, como suele ocurrir?. Pero la idea dependía de la puntería del cervecero que esta vez fue efectivo y metió los primeros tres triples seguidos.

Por obra y gracia del Mauricio Aguiar que aportó 9 puntos ganándole el duelo a Marín Obras no terminó tan abajo el primer cuarto (20-16) pero sin dudas que Lamas sabía que su problema era de juego. Por eso su primer cambio fue Barral (base) por Zanzottera (escolta).

Ya en el final del primer cuarto entró Maxi Maciel pero en la posición del alero. La presencia de Maxi siempre dice mucho. Inteligente para ubicarse, abrir la cancha, pelear en defensa, fue el factor fundamental de emparejar la lucha con Aguiar, primero, y luego anotarse en ataque con su tiro abierto. La formación Maciel-Clark-pivote (Galizzi-Wolkowyski-Romero) el entrenador Leandro Ramella la usa por segunda vez consecutiva. Y le da muchos dividendos.

El otro que saltó a la cancha con los resultados de siempre es Luca Vildoza. Con él todo puede pasar. Va a otra velocidad y saca conejos de la galera. En un juego peleado y muy frccionado, hubo tiempo para sus destellos.

Obras contestó por la misma vía, marcando una vez más la importancia de tener un plantel parejo en respuestas. El ingreso de Diego Guaita (7 pts) y el zurdo Tabarez (7 pts) le dieron a la visita todo el gol que no tenía en equipo. Apagado su generador de juego, las resoluciones terminaron siendo gestos individuales. Quilmes erró cuatro libres seguidos y la ventaja del primer tiempo se cerró 39-32 cuando en la cancha, por el juego, la diferencia era un poco mayor.

Para el segundo tiempo Obras salió a cumplir tareas pendientes. No había tirado un solo tiro libre en el segundo cuarto, fruto de su inexistente ataque en el poste bajo. Lo corrigió con notable capacidad de reacción. Otra vez el empuje de Aguiar fue importante y Ramón Clemente incanzable para atacar el poste bajo ante un contenido Delia.

La primera mitad del cuarto le favoreció a la visita (46-43) que logró desde su defensa cerrarse bien en el rebote y obligar a las pérdidas a Quilmes mientras que los últimos cinco minutos del tercer cuarto fueron de Quilmes. El responsable fue Federico Marín quien aprovechó muy bien los ángulos de la zona defensiva y lastimó con dos triples seguidos. Además aportó dos libres acompañando el renacer de todo Quilmes en el tramo final del segmento.

El local pudo sortear la primera embestida lógica de Obras, que con lógica iba a corregir errores y apurar al rival. Quilmes entró al último cuarto ganando 58-51 en un juego de tono más parejo que el primer tiempo.

Para el cuarto final Ramella toma la decisión ganadora de apostar a su tridente volador: Cequeira – Baxley – Vildoza y buenas noches. Puede perder en altura y peso pero es mucho más lo que gana en velocidad, fantasía y gol. Sobre todo cuando las piernas ya pesan 10 kilos más por el desgaste del partido.

La apuesta de “partido largo” que tiene Quilmes es razonable: su personal se lo permite. Cequeira luce impecable físicamente y está teniendo una temporada brillante. A su lado uno de los extranjeros más determinantes de la Liga. Baxley fabricó no menos de 6 de las 8 conversiones que tuvo al canasto. Nunca recibe un “toma y hacelo” sino un “toma y arreglate”. Y Vildoza parece levantar la intensidad a medida que llega el final. El pequeño gran héroe sube su adrenalina sobre los cierres.

El contraste con el apagado Bruno Fittipaldo fue evidente. El base uruguayo no pudo mostrar nada de lo bueno que venía ofreciendo en todos los partidos y fue una de las grandes claves de la noche. Quilmes lo llevaba bien pero el empuje de “Pepo” Barral y Patricio Tabarez luchando y jugando (importante la energía de Zanzottera y Clemente) permitieron que Obras aprovechara tiros errados de Quilmes y se pusiera a 6 (70-64) a falta de 4 minutos.

Pero entre Vildoza y Baxley descocieron la red de Obras, para terminar floreándose de contraataque y tomar una máxima de 84-67 a falta de 30 segundos. El partido se cierra con una ventaja de 12 (84-72) que sirve para el partido de revancha en Capital pero Quilmes metió un mensaje indisimulable: cuando hay ganas y sacrificio, con el talento de estos jugadores al servicio del equipo, todo es posible. Quilmes sueña y hace bien… tiene con qué.

Síntesis
Quilmes (84): Luis Cequeira 13, Walter Baxley 22, Federico Marín 9, Ivory Clark 7 y Diego Romero 13 (FI) Luca Vildoza 13, Maximiliano Maciel 3, Tayavek Galizzi 2, Rubén Wolkowyski 2. DT Leandro Ramella

Obras Basket (72): Bruno Fitipaldo 0, Tomás Zanzottera 5, Mauricio Aguiar 17, Ramón Clemente 19 y Marcos Delía 9 (FI); Diego Guaita 7, Pedro Barral 4 y Patricio Tabárez 11. DT: Julio Lamas

Parciales: 20-16, 39-32-58-51
Árbitros: Alejandro Ramallo – Jorge Chávez
Estadio: Once Unidos – Mar del Plata

Foto: Majo Gil (@MajoPick)
crónica: Pablo Tosal (@pablotosal)
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