El contrato que la Asociación de Clubes tiene con la empresa Tele red Imagen (TRISA) que transmite a través de Torneos y Competencias, sufrió su primera gran extensión en 1994.
En dicha oportunidad, el contrato que terminaba en el 2003 se amplió hasta el año 2008. Luego, antes del comienzo de la temporada 98/99 se volvió a firmar una ampliación hasta el año 2013.
La Asociación recibió entonces por parte de la televisión, la suma de un millón setecientos mil pesos, en efectivo que fue repartido entre los 16 clubes de la máxima categoría. Los clubes, sedientos de dinero, en su enorme mayoría no invirtieron el dinero en el futuro sino que pagaron sueldos atrasados, en vez de, por ejemplo, generar estructuras para sus inferiores.
El contrato prevé una escala de aumento anual, del orden del 5%. La temporada anterior dejaba la suma de 290 mil pesos para cada club y este año percibirán 305 mil, es decir un aumento del 4,9 por ciento. En tanto que los sueldos de algunos jugadores quieren ser incrementados en más de un 40%.
El contrato televisivo, entre otras cosas, cede los derechos de imagen de los clubes, por lo que cada uno recibe un poco menos de 10 mil pesos anuales, pero no tienen la posibilidad de vender ni una lapicera con el logo del club. En Europa los ingresos por merchandising son gran parte del presupuesto anual.
En la Argentina, ese privilegio se lo quedó la empresa de televisión, que además de pagar un valor simbólico (No le da libertad a los clubes de poder vender su imagen) y no darle pantalla al básquetbol, lastimó a la liga con los irrisorios horarios de emisión de los juegos.
Por un lado, la Asociación de Clubes da la sensación que hace todo lo posible para que la Liga se estanque, firmando contratos contraproducente con la televisión y luego permitiendo que la TV juegue en contra de los intereses de expansión del deporte.
Por el otro, en la oferta y demanda del libre mercado, los clubes se llevan un revolver a la sien y juegan a la ruleta rusa, firmando contratos con un solo jugador por el 30% del total del presupuesto.
Hace años se barajó la idea de fijar un tope salarial, pero como este país se llama Argentina, y se escriben libros para descifrar nuestra conflictiva identidad, privó la lógica y se dejó libre el tope de los contratos. Era evidente que por debajo de la mesa estaría el verdadero precio de contratación. En la Argentina el tope salarial es la negación misma de la verdad.
Hoy con presupuestos que van desde los 300 mil pesos (utilizan únicamente los dineros aportados por la TV) a 600 mil (quienes logran vender buena publicidad) los jugadores se llevan contratos por arriba del precio posible. Como los jugadores buenos son poco, el precio lo fijan ellos (o sus agentes), y los dirigentes toman como bueno que la liga es exitosa si pierden poco dinero.
Suena gracioso pensar que cada uno en su actividad particular, llegue a un empresa diciendo cuanto quiere ganar, y fije uno mismo el precio que considera que vale. En todo caso es la empresa la que le dice a uno el sueldo que cobrará.
Pues bien, en el básquetbol y en particular en nuestra liga no es así. Y los clubes siguen pagando precios que no pueden sostener, apostando a realizar una temporada extraordinaria, solo para salir hechos.
Quilmes sacó los pies del plato
La necesidad tiene cara de hereje, reza uno de los más antiguos dichos. Uno de los clubes que empezó a pensar en sí mismo antes de destruirse es el Club Quilmes de Mar del Plata.
En los contratos de los jugadores existe una figura por la cual un jugador entre los 23 y 26 años, tiene sus derechos federativos comprometidos con el club.
Hoy el club Quilmes quiere hacer uso, por primera vez en la historia de la Liga Nacional, de dicha opción por Diego Cavaco (24 años) quien es pretendido por Libertad de Sunchales.
La temporada anterior, (como tantas otras) se fueron jugadores por debajo de esa edad sin que el club recibiese una remuneración a cambio (Pablo Gil y Matías Ibarra por citar algún ejemplo)
Este es el comienzo de un largo debate en donde los representante de jugadores, Jugadores y dirigentes de clubes sostendrán sus posiciones en busca de beneficios. Es bueno observar cuál es el beneficio mayor para la subsistencia y crecimiento de la liga.
Sólo así se saldrá de este pozo, sin tener que caer en el barato recurso de echarle la culpa a la situación de crisis que el país atraviesa.
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Ing. Luis Alvarez 29/06/2003
Pablo: este es el tipo de notas que vez pasada les reclamé, periodismo investigativo para dar en el clavo y comenzar de una buena vez a frenar el declive en lo deportivo, en lo económico, en la imágen, etc de nuestra querida liga nacional independientemente de los vaivenes económicos del país y de las tentadoras ofertas del exterior en verde moneda.<BR/><BR/>Es hora de sacarle la careta a unos cuantos personajes (y son varios eh!) y decir con nombre y apellido quienes son y que hicieron puntualmente a favor y en contra de nuestra competencia predilecta.<BR/><BR/>En el tema de esta nota, les recuerdo que tiempo atrás mientras la empresa televisiva pintada como una verdadera benefactora por el pope de la ADC por un lado efectuaba recortes en lo que pagaba por que decía que no le cerraban los números, por el otro se apuraba a cerrar extensiones de períodos de contrato que agregaban lustros. Será porqué era tan mal negocio?. Quién o quienes aceptaron tan leoninas condiciones?. Quien tiene la varita mágica para determinar cual va a ser el crecimiento de la liga o el interés de los aficionados y sponsors por la televisión en materia de basquetbol de aquí a cuatro u ocho años para dibujar los números a futuro tan irresponsablemente?,<BR/><BR/>quisiera que nos muestren cientificamente la fórmula que utilizaron para aceptar y firmar las regalías. No sería más sensato y equitativo que quien quiera hacerse con los derechos de televisación de la competencia con o sin incluir el merchandising, acepte una repartición proporcional de las utilidades o pérdidas? Si el caso fuera la segunda opción les aseguro que hace rato no veríamos basquetbol por la pantalla chica.<BR/><BR/>En la NBA se hace y les va muy bien a todos. Quisiera que se materializara lo antedicho aunque más no sea un año para poder disculparme si es el caso, o confirmar cuanto dinero ingresa en concepto de publicidad y ventas de los partidos, los porcentajes que les quedan a los clubes que son los que asumen los gastos de éste negocio (muy irresponsablemente en muchos casos, pero ésto será tema de otro momento) y cuanto levanta la televisión, de quien sospecho se lleva la parte del león con una inversión mínima en relación a la de los clubes.<BR/><BR/>Sería muy bueno conocer los entretelones de este negocio, como se inició todo, quienes apoyaron consuetudinariamente el proceso de las extensiones y quienes no, como administraron y les fue a sus clubes a los apoyadores de prorroga de contrato, si estaban en falta en algo con la ADC (Libre deudas de jugadores, estadios calamitosos que no pasaban una inspección rigurosa entre otras cosas), y les hicieron la vista gorda a cambio de la contraprestación del voto favorable.<BR/><BR/>Muy interesante sería que los responsables de los clubes se ocuparan de modificar el estatuto que corresponda y establecer que ningún presidente de la ADC pueda firmar a fututo contratos de exclusividad que superen el tiempo de sus mandatos, limitando el accionar de sus sucesores en el cargo. Que los contratos sean licitados de la manera más transparente posible y no contrataciones direccionadas entre gallos y medianoche con quien a posterior se quiere maquillar infantilmente como la única opción. Se debería legislar mejor también en materia de los derechos federativos de los jugadores (Esto ya posiblemente exceda a la ADC), protegiendo los derechos de los clubes. Uds se imaginan en el fútbol que cualquier jugador decida irse al exterior luego de un contrato de dos años tal como lo hacen tipicamente en el basquetbol nuestros jugadores, y que a los clubes (Fundamentalmente el que lo formó y el que lo llevó al conocimiento público permitiendo desarrollar sus cualidades profesionales), no le quede una moneda en compensación? De que manera se quiere incentivar a los clubes a invertir en divisiones formativas si en la actualidad instituciones extranjeras pueden llevarse hasta los cadetes si lo desean y la recompensa depende tan solo de su buena voluntad ya que una legislación incipiente se lo permite?<BR/><BR/>Está bien, reconozco que en este tema debe tallar la Confederación Argentina de Basquetbol pero el caso del juvenil Fabricio Vay de la Asociación Deportiva Atenas, y que se lo llevó el Pamesa Valencia es un caso testigo de lo que digo. Si la información que relevé es cierta, bastaba con que la dirigencia del Pamesa le consiguiera un empleo u ocupación a su progenitor en España para que legalmente el club europeo no tuviera obligación alguna con su club de origen en razón de su corta edad ; aunque es bueno dejar en claro que Atenas recibió un resarcimiento económico posiblemente de buena voluntad.<BR/><BR/>Sinceramente siento que los clubes están muy desprotegidos y que sus Federeraciones y Asociaciones poco y nada hacen y de esta forma con tanto drenaje y desaliento de inversión se está matando a la gallina de los huevos de Oro.<BR/><BR/>Además amigo Pablo, este tipo de notas permiten también conocer quién hace periodismo independiente (Tan difícil de encontrar en el mundo en éstos tiempos) y quienes tienen al menos un poquito de compromiso con el establishment de la ADC o con los clubes. Hasta siempre y sigan adelante a pesar de las críticas y mareas.
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