Desde la destitución (más bien, reubicación en otro cargo) de Juan Antonio Orenga tras el fracaso en el pasado Mundial con eliminación inesperada ante Francia en el peor partido del torneo, el banquillo de la Selección española estaba vacante pese a que el presidente José Luis Sáez dijo que se tomarían medidas tras el verano.
Ocho meses y muchas especulaciones después, Sáez tiró de un viejo conocido tanto suyo como de los jugadores para dirigir la última gran cita de la "Generación Dorada" española (si se me permite coger prestado el nombre). La polémica normativa que impide que un entrenador de la Liga Endesa compatibilice su cargo con el del DT de la Selección española tampoco dejaba mucho margen a otra posible elección. Entrenadores en gran momento como Sito Alonso (Bilbao Basket) o Joan Plaza (Unicaja) sonaban en las quinielas y en las preferencias de muchos, pero con contrato en curso y con una generación que está viviendo sus últimos coletazos internacionales defendiendo la roja y gualda no parecía la decisión más lógica.
La polémica norma puede parecer un extraño en la realidad y, de hecho, yo lo pensaba hasta unas semanas atrás. Una conversación con el experimentado DT español Alfred Julbe me hizo cambiar idea. El entrenador catalán afirmaba que esa norma era muy lógica y necesario, siempre y cuando se diera la entidad que merece el cargo de seleccionador y fuera una persona que trabaja el día a día con la Federación, realiza el seguimiento de los seleccionables y atiende la evolución de las selecciones inferiores. Bien cierto es, que el momento actual de esta Selección no permite ese tipo de rol para el DT de España, ya que se necesitaba realizar una elección acertada de un entrenador que lidere a una generación veterana en el próximo Eurobasket y que consiga una plaza para los Juegos Olímpicos de Río 2016... y es una misión donde no hay margen de error.
Quizás, por todas estas razones y volviendo al nombramiento de Sergio Scariolo, el titular más acertado fue el del periodista Fernán Ruiz, que lo definió como el del "seleccionador por descarte"... y razón no le falta. No por ello, hay que quitarle mérito a Scariolo, cuyos dos Eurobasket y una plata olímpica atestiguan su buen hacer con la Selección española. El entrenador italiano estaba de año sabático en su casa de Marbella tras terminar la pasada temporada en Baskonia. Ha sido habitual verlo como espectador por el pabellón de los Guindos, casa de la cantera de Unicaja, el equipo con el que consiguiese los títulos de Liga y Copa, y lugar donde actualmente juega su hijo Alessandro en el equipo infantil del equipo malagueño.
El reto que tiene por delante Scariolo es más que importante, con una selección muy veterana, con varios jugadores NBA que deberán decidir entre descansar o aceptar el desafío veraniega de la Selección y con una imagen que mejorar después del fracaso del último Mundial. Sin embargo, la simple presencia del DT "bresciani" puede convencer a esos NBA para dar su OK sin dudarlo y vestirse la roja del combinado nacional.
"Es un día muy feliz para mí, por poder volver a una familia con la que he trabajado muy a gusto", explicó el coach italiano en su presentación. "El recuerdo de esos años está ahí, que nadie los puede borrar, pero en los que también hubo que superar momentos complicados. Pero ahora es un tiempo diferente y los retos son distintos, posiblemente más complicados, pero a la vez es ilusionante. El objetivo es estar en los Juegos y si no se consigue, no se nos caerán los anillos para hacerlo después"
"La clave siempre son los jugadores", siguió explicando Scariolo ante los medios. "Colocar el éxito colectivo muy por encima del éxito de individual, esa capacidad va a ser clave. La capacidad de sacrificarse, de compartir la pelota, de estar con la cabeza metida en la tarea… Conseguirlo es la clave del éxito. He tenido claro cuándo lo he conseguido y cuándo no lo estaba consiguiendo. Lo que consigamos como equipo es lo único que va a contar. Habrá días mejores y peores. Si tenemos claro que lo que nos interesa es que el equipo consiga sus objetivos, estaremos en el buen camino"
Serbia, Turquía, Italia, Islandia y Alemania serán los rivales del grupo B en el próximo Eurobasket, un complicado fixture al que llegaremos después de una díficil convocatoria de jugadores que seguirá levantando polémica y polvareda, pero que tendrá el objetivo firme de poner la guinda a la mejor generación de nuestra historia el próximo año en Río de Janeiro.
Por Daniel Mérida (@baloncestero)
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