Hace un poco más de un año Walter Herrmann lanzaba una granada al aire que no tenía un destino específico, pero dejaba en evidencia un lugar donde varios podrían hacerse cargo. Dijo Herrmann "No puedo creer lo que hacen los chicos hoy . No puede ser que llegue yo antes a las prácticas".
Hace rato que el tema de cómo movilizar a los jóvenes hoy hacia el futuro profesional es toda una epopeya. Profundizamos sobre éste y otros temas con un experto en formación de jugadores que buscan el profesionalismo, como Osvaldo Echevarría, quien acompaña y mejora no sólo sus virtudes técnicas sino humanas desde hace muchos años.
Con la creación de la Liga de Desarrollo, que pone a jóvenes compartiendo con profesionales, se buscan ejemplos a imitar y crecimiento para los chicos, pero ¿es posible?.
El inicio de la charla tiene que ver con su visión sobre cuándo un jugador esta preparado para incorporar las conductas y los hábitos de un adulto. "En Peñarol, un cadete ya tiene que empezar a tener conducta deportiva, a los 15-16 años" comienza diciendo Echevarría. "Ellos, o los juveniles, deben entender la buena conducta, no es venir por obligación, venir a pasar al rato o jugar lo que a vos te gusta. En principio, tengo que tratar de que entiendan que si se están preparando para ser un médico, sean el mejor. Tengo que ayudar al crecimiento, con lo mucho o poco que puedo saber, pero tiene que poner su cumplimiento y su atención, y debe entender que el respeto hacia su trabajo es una conexión y yo tengo que mostrarle que tengo que llegar media hora antes que el resto. Por lo tanto, ese respeto los va a llevar al técnico de la Liga Nacional".
El tema es el grado de aceptación que pueda tener un entrenador cuando intenta "convencer" a un grupo de jóvenes. El coach profundiza el concepto: "El mío es un trabajo especializado en cuánto a una técnica a mejorar, voy buscando que el pibe tenga condiciones pero también que tenga disciplina. Si a los 17-18 años va a tener que entrenar con jugadores de Liga Nacional, con jugadores como Massarelli o Franco Giorgetti, tiene que haber un respeto mutuo, no solo venir a divertirse. En los años que estuvo Sergio (Hernández) acá, jamás me mandó un jugador para abajo por mala conducta, porque saben que cuando van a entrenar con la Liga tienen que ser muy respetuosos. Te tengo que dar un hándicap de trabajo para que el técnico que los recibe arriba vea que están disciplinados para trabajar y cuando nosotros entregamos un jugador joven a la Liga ese jugador tiene que estar dotado de un trabajo para que no le tenga que enseñar fundamentos".
Es interesante el planteo de Osvaldo que descree que sea un tema de los "chicos de ahora", que se pasan el día con el celular o los videos juegos, según el coach "No sé si es un tema de generación, me parece que es de ciertos chicos. Algunos son inteligentes y aceptan el sacrificio, y otros que piensan que con lo que tienen ya están para jugar y esos son los que menos se sacrifican. El ejemplo es Marcos (Mata) o Facundo (Campazzo), porque saben que es lo que los lleva adelante y se sacrifican. Facundo es extraordinario y a veces decía que estaba cansado, y era lógico porque entrenaba cuatro veces por día. Hay jugadores de mucho temperamento, que tienen un crecimiento rápido y esos son lo que te piden, y otros chicos no les gusta el sacrificio y les parece que entrenar 3 veces por día es mucho, creen que es una barbaridad. Pero no es una regla, todo va de acuerdo a como le enseñás, a como lo llevás. Si tengo que entrenar a un chico que le pone pocas ganas, prefiero no entrenarlo, porque me saca la capacidad de trabajo del resto y los otros chicos van a decir porque a mí me exige y a él no. Vos venís a trabajar, a sacrificarte, a llegar, porque todavía no llegaste".
Es lógico que Osvaldo de algunos ejemplos de referentes que han trabajo con él como Campazzo, Mata, Giorgetti pero ¿qué pasa en el club donde el chico se tiene que sacrificar sin tener un referente de jugador joven internacional cerca?
"Puede ser más complicado entrenar sin un referente, a quien señalar y decirle ´éste hizo lo mismo que vos y mirá donde está jugando´ . Campazzo hacía todo esto y hoy es el tercer base del Real Madrid, por eso en los equipos de Liga Nacional es menos complicado y a lo mejor cuesta un poco más en otro tipo de club que este más lejos y apartado de la Liga nacional. Todo es cuestión de trabajar, de mostrarles y de que vean que pueden llegar".
Sobre este tema Echevarría acepta que debe haber una línea muy firme en el trabajo de un club desde la formación de joven en el paso hacia el profesionalismo: "Es todo un núcleo, un conjunto de cosas. Si un chico tiene como referente a un jugador de Liga, le mostrás cosas en un video y el técnico de arriba sigue con el mismo proceso de apuntar al crecimiento del jugador, para ganar el partido o no, pero con la idea de que el jugador llegue a un buen nivel. Los técnicos tienen que empujarlo en su crecimiento, que sigan trabajando en la misma línea, que si es dos lo pongan de dos. Es lo que pasó con Facundo. Sergio me decía que era un caradura tremendo (en el buen sentido) y afloró rápido, hay otros que quizás son más pasivos y les lleva más tiempo".
Una vez que se puede aceptar el tema motivacional y de conducta de un jugador llega el tema urticante ¿El jugador joven para desarrollar debe jugar o entrenar?. "A mi entender debe jugar. Podés entrenar muy bien pero si no jugás sos un jugador de entrenamiento, no sabés si podés llegar o no porque no sabés si en la alta competencia las cosas te van a salir por más que entrenes 20 horas por día. Yo busco desde lo pasivo a un ritmo fuerte, como le decía hoy a Marcos (Mata), hay que llegar a una situación de último cuarto o un tiempo suplementario, agitado, cansado, a ver cuántas pelotas perdés. Entonces hago un trabajo de menor a mayor buscado rompimientos en explosividad, rompimientos y descargas, hasta que no den más. Una vez que están cansado ahí les decía que tiren, que hagan un pick and roll, que salgan de un rulo, esos puntos son los que vamos buscando para saber si rendirá en la alta competencia o no. Y con los chicos es lo mismo, busco eso, y ahí sabemos si el chico tiene pasta, pero si el chico no juega y hace todo bien acá ¿cómo sabemos lo que puede dar?.
Se dice que cada maestro tiene su librito, y en el caso de Osvaldo Echevarría hay por su puesto una forma de entrenar y la pregunta tiene que ver con que algunos formadores le ponen un premio a los resultados de la exigencia pero el entrenador dice tajante: "En mí caso no, yo siempre exijo, no soy de los entrenadores que felicitan demasiado, a lo mejor estoy equivocado y es una falla mía, pero no me gusta, no me sale. Yo puedo decir "bien, bien, bien" pero no soy de abrazar o dar premio. Te explico por que vamos bien, si hago un ejercicio te explico para que es y te lo muestro en el juego. Si estás atacando y entra la ayuda tenés que aprender a leer la acción y como resolverla, con un giro invertido, con un paso abierto, lo muestro en el juego. Le pregunto al jugador como resolver y él me dice "acá resuelvo con tiro". Ok, vamos a hacerlo, y lo hago tomar cuarenta tiros de esa forma, y hacer cuarenta ejercicios, explicando para que sirve. Aplaudo, digo bien bien, ese es el incentivo, por ahí es una falla, pero procedí toda la vida así, exijo más de lo que felicito".
Algunos entrenadores formativos trabajan mucho en el aspecto táctico y los chicos empiezan a carecer de lectura de lo que tienen que hacer en el juego, de reaccionar a los componentes del juego. En ese aspecto el Echevarría aclara: "En el caso mío, eso lo entreno, haciendo el movimiento de la situación que voy a buscar, explico a quien le vamos a jugar, no es solo romper y llegar al aro. Les digo, vamos a hacer este ejercicio de romper, en el segundo pique salta la ayuda de un perimetral, ¿donde metemos la bola? rompo, hago dos piques y les digo que descarga quiero. Luego entra el grande ¿cómo lo resolvemos? finta y paso de abajo y los voy haciendo leer para ver como resuelven la situación y en base a eso entreno, siempre con situaciones reales de juego. Hay cosas que son lógicas, le decis al jugador que rompa y no sabe pasar el balón. ¿Entonces que hago? Voy al gimnasio de arriba y los hago entrenar de 50 a 70 pases distintos, buscando pases picados, altura del pasador, como resuelvo después de un giro, siempre haciendo lo mismo. A lo mejor me pongo yo adelante, y le pregunto al jugador ¿cómo lo resolverías? y sacando el pie izquierdo adelante y pasando la bola según si busco un tiro, una descarga o una penetración.
El básquet moderno se ha vuelto tan vertiginoso y atlético que la importancia de poder cambiar de ritmo, de dirección y frenar y tirar hoy es capital en la enseñanza de todos los chicos. Sobre este tema Osvaldo analiza la fundamentación del crossover ejemplificando: "Con Massarelli estábamos entrenando eso. Cuando me lo mandaron le dije que íbamos a hacer todo trabajo de fundamentos, a lo sumo jugaremos un uno contra uno, nada de cinco contra cinco. Yo lo vi un par de partido jugar y le dije que era una locomotora, tiene una potencia tremenda pero le ponen una pared, la escala y la pasa por arriba. Me dijo que no sabía frenar, entonces creamos ejercicios para que aprenda a pararse en un tiempo, dos tiempo, fintas, gesticulación, que juegue otras situaciones y que esté preparado para una segunda o tercera acción luego de una parada agresiva".
Y luego, fuera del ejemplo particular, llega una sentencia importante como definición: "Hay situaciones que si el jugador se pone a pensar no tiene tiempo, tiene que estar convencido que sabe manejar su cuerpo, entonces cuando penetra hay situaciones que las lee y las tiene que crear rápido. Cuando rompés con un dribbling tenés que tener la pelota acoplada a la mano. Y todo eso se entrena".
No hay dudas que se habla de un tema central, en cuánto al básquet moderno y el desarrollo de los jóvenes. Y la idea de brindarles mucho contenido y forma sobre el trabajo y la conducta es esencial. Así lo entiende el coach "Para el jugador moderno todo esto es una obligación, todo ha cambiado mucho porque antiguamente el jugador terminaba de jugar su campeonato y se olvidaba hasta la liga siguiente, tenía cuatro meses de vacaciones. Si el jugador está cuatro meses sin torneo, descansá veinte días y empezá a pulir sobre lo que considerás que va a ser tu juego en el año. Si este año perdiste muchas pelotas, empezá a entrenar eso. Si te costó tirar al aro y tuviste malos porcentajes, empezá a trabajarlo, tenés tres meses. Es todo una cuestión de concepto, de eso tenemos mucho que aprender".
Finalmente sobrevolamos un tema que debe ser más extensivo pero que merece al menos una reflexión en esta charla, y es la incapacidad de buscar jugadores altos que tienen los clubes formativos: "Es un problema a nivel nacional. La idiosincracia del jugador argentino no es ser tan alto, en el último Campus me trajeron de Brasil diez jugadores de más de dos metros, jugadores de 15 años y 2,06m. A veces están faltos de técnica porque los veo como vienen, Sergio Hernández me decía que en Brasil le asombraba el físico pero que estaban bajos de técnica y por eso quieren llevarse cosas de acá, yo en cada Campus no bajo de diez o quince brasileros. El otro día lo llamé a Mike Stura para ver si se podían traer jugadores de Brasil, ver si hay alguna cláusula de nacionalización, porque son jugadores grandes, bien dotados y da ganas de traerlos. Me pasó en el último Campus que Domingo (Robles) estaba loco con uno de 2,06 que la volcaba y te gritaba los goles, son jugadores para laburar".
Honestamente la charla puede durar por horas, y no está todo desgrabado en esta nota, porque el trabajo de las formativas es un tema complejo. La forma en que Osvaldo Echevarría trabaja con los jugadores y su desarrollo es para mirar y aprender. Y fuimos a buscar eso: la experiencia de los que saben.
Pablo Tosal
@pablotosal
Soy de La Plata, hincha de Peña, y mi hijo irá por tercera vez a un Campus de Peñarol, ahora en julio. Pero va mas allá de la pasion que adquirimos por ese Club, sino por gente o profesionales como Osvaldo y todos los Entrenadores de Peñarol. Es impresionante como trabajan. Al que nunca fue, lo recomiendo altamente!
ResponderEstas bases son las que hicieron renacer a Peñarol y el agradecimiento a Osvaldo Echeverría será eterno. Debe ser recordado como uno de los grandes del Club !!!!
Responder
Feliz 20/06/2015
Estoy feliz de poder disfrutar el presente de Peñarol como institución modelo en el basquet argentino (y estoy seguro que sudamericano también). Es conocida la frase "de los malos momentos se vuelve más fuerte", o "de las malas siempre se capta algo bueno"... Cualquier hincha verdadero de Peñarol conoce lo que sufrimos en el 2003 cuando estuvimos a punto de descender. Fueron años muy duros y parecía que todo se iba a pique. En ese entonces, a nivel "inferiores", los 4 clubes marplatenses que siempre peleaban arriba en todas sus categorías eran: Peñarol y Quilmes (por razones obvias), Kimberley y Union. Me animo a decir que todas las semifinales y finales de cada categoría eran entre esos 4 clubes. Kimberley siempre se caracterizó por tener una formación excelente, de allí salieron muchos jugadores. Tal vez la gente, por desconocimiento, ignore este dato pero es bueno aclarar que jugadores como Marcos Mata, Selem Safar, Diego Cavaco, entre otros, han sido formados en Kimberley antes de pasar a Quilmes o Peñarol para jugar en la liga. Esto se debe a los técnicos que tenía kimberley: Osvaldo Echeverría, el Ruso Bonfiglio y Leandro Ramella (muy joven en ese entonces, desarrollándose recién). Ramella es el DT actual de Quilmes en la Liga Nacional pero el Ruso Bonfiglio y Osvaldo Echeverría fueron contratados por Peñarol en aquella liga del 2003 para salvarnos del descenso y cumplieron el objetivo. La cosa no quedó ahí, por suerte Osvaldo sigue trabajando en el club en lo que más sabe y le gusta: formación de juveniles. Por eso agradezco esos "malos" momentos que sirvieron para captar a una persona tan grosa como Osvaldo, que sin dudas debe ser de los mejores formadores de menores, tal como indica la nota, con mucha "disciplina" y "técnica". Claro, después llegarían nuestras épocas doradas bajo la bandera de increíbles figuras pero SIEMPRE con un apoyo tremendo desde las divisiones menores que trabajaron y trabajan sin cesar a un nivel excelente. Es, sin dudas, uno de los motivos por los cuales Peñarol hoy es uno de los clubes más grandes del basquet sudamericano, sin importar los resultados de la alta competencia. FELIZ DE VER A PEÑAROL ASI!
Responder