El nerviosismo fue el principal protagonista del arranque. Entre ambos seleccionados contabilizaron seis pérdidas en los primeros tres minutos; buscando con intensidad defensiva, hacerse de las riendas del cotejo.
Si bien el trámite prosiguió parejo, el dueño de casa se quedó con un plus que lo hizo valer a lo largo de todo el primer tiempo: sin dominar, llevó a la Argentina al terreno que quería.
Con simpleza, pero sin perder eficacia por ello, el cuadro azteca pregonó un atrape en mitad de cancha, que, cuando no resultó, derivó en malas entregas de balón, o en su defecto, en pobres selecciones de tiro. De allí que, sin ser más, las dirigidas por Castillo disimularon su falta de recursos.
El tanteador igualado en nueve por bando abrió el segundo capítulo. México siguió apegado a su libreto, y un tanto más sereno en ataque, se despegó por cuatro de movida (9-13). La celeste y blanca no rompió el hechizo, pero pese a ello igualó el marcador en 15, para después verse nuevamente abajo, aunque en esta oportunidad por ocho, 15 a 23.
Pese al tiempo muerto solicitado por Hernán Amaya, y su explícita resolución al problema que aquejaba a nuestro equipo, el cuadro nacional no levantó vuelo. Las segundas oportunidades en ataque, un par de recuperos en primera línea, e incluso, la mejor rotación de balón en ese pasaje sólo contribuyeron para acortar la brecha.
Afectadas por el cansancio, ambas escuadras bajaron su nivel, generando más espacios en los ataques ajenos, pero este detalle no fue lo suficientemente determinante como para que México pierda el liderazgo del partido. Por tal motivo las locales se fueron al descanso largo arriba por tres, 24 a 27.
El inicio del segundo tiempo mostró lo peor de la celeste y blanca y, en contra partida, lo mejor de su rival de turno. Mientras México hizo una mejor selección de tiro, no mermó su rendimiento en defensa, e incluso encontró segundas oportunidades en ataque, nuestras chicas no lograron hacer pie.
Si bien los atrapes de mitad de cancha fueron sorteados (en su mayoría), el problema se bifurcó en otros dos caminos: por un lado, qué hacer luego de sortear esa primera barrera defensiva. Por el otro, el agrietamiento defensivo.
Argentina no sólo permitió situaciones de uno contra uno cerca del cilindro, sino que además dejó de ser punzante en su primera línea de resguardo, dándole muchas ventajas a su adversario. En el aro ajeno, para completar el cuadro de terror, abusó de las posesiones cortas, olvidándose del pase extra y la buena selección de tiros.
Ese panorama negro no hizo más que ayudar a las anfitrionas para que vayan estirando su máxima diferencia, al punto de alejarse por 19 unidades (33-52), a falta de un minuto para cerrar el cuarto.
Con presión, nuestro equipo trató de sacar de eje a las aztecas sin conseguirlo, aunque al menos, esa estrategia en los instantes finales contribuyó para recortar la brecha y quedar a 14 (38-52), de cara al capítulo final.
Manteniendo esta postura, Argentina comenzó el cuarto periodo. De movida el anfitrión no acusó recibo (volvió a sacar 19), pero con el correr de las posesiones, la marca pegajosa desde la salida fue incomodando el traslado, y con ello, desestabilizó un andamiaje que parecía sólido, al punto tal de recortarse la distancia a diez (49-59), al arribar al promedio del epílogo.
México recuperó la memoria, al menos en ataque, en los siguientes dos minutos, con lo cual eligió mejor sus tiros, se sacó de encima el nubarrón y recuperó los 14 de luz (49-63), ante una celeste y blanca que reincidió sin suerte en sus intentos de valoración triple (0/10 hasta allí).
Con el reloj apremiando, y un rival que flaqueó en ataque, las ofensivas nacionales se volvieron más caóticas, y con el sólo objetivo de correr para ganarle al tiempo, algo que resultó infructuoso. El trámite se tornó deslucido, y en ese mar revuelto quien sacó provecho fue el anfitrión.
Pese a continuar buscando la presión, la distancia obtenida por México ya se había vuelto indescontable. Argentina, como último recurso, trató de cortar con faltas para parar el cronómetro, pero ni así logró torcer la historia.
Este viernes, a partir de las 16 (hora de nuestro país), aunque ya sin chances de clasificarse al mundial, nuestras chicas se medirán con Honduras en el cierre de la fase de grupos. Tanto sábado como domingo disputarán la ronda consuelo.
Sin dudas que no cumplir con el objetivo primario significa un duro revés para esta camada, que luego de un convulsionado Sudamericano U15 el año pasado, había mostrado, tanto en la preparación como en su encuentro con los Estados Unidos, una mejora notable en su rendimiento.
Síntesis
Argentina (57): Siciliano 8, Chagas 2, Silva 7 (X), Foresto 12 y Pinto 6 (inicial); Torruella 5, Fugellie 9, Velasco 8, Giovanoli 0, Fux 0 y López 0. DT: Hernán Amaya.
México (68): Ayala 8, Cano 21, Navarrete 14, Barberio 9 y Ruiz 0 (inicial); Rangel 3, Canseco 0, Landin 5, Payan 6, Armendariz 1, Peña 3 y Gastelum 0. DT: Olivia Carrillo.
Parciales: 9-9 / 24-27 / 38-52.
Árbitros: Almonte – Paez – Morales.
Estadio: Puebla.
Emanuel Niel
En twitter @ManuNiel
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