Este tipo de torneos cortos no permiten, ni malos días, ni duelos largos. A nuestras chicas les costó un cuarto ponerse en sintonía de lo que estaban viviendo, y dejar atrás, al menos por un momento, el mal trago que significó caer ante México.
Desganada, y algo apática en defensa, la celeste y blanca no fue más que la discreta Honduras a lo largo del primer capítulo. Las centroamericanas optaron por pararse en zona y hacer uso de pocos segundos en sus ofensivas, y con ese escueto libreto, las dirigidas por Ernesto Leva supieron estar arriba en el tanteador el mayor tiempo.
Bajo esa sintonía, las nuestras no mostraron rebeldía en el aro ajeno, haciendo ataques estacionados muy lentos, aunque, a diferencia de anoche, utilizando el poste alto como nexo para armar juego.
En esa somnolencia, que le cayó mejor al rival de turno, nuestro equipo se vio abajo en el marcador (10-12) al momento de arrancar el segundo periodo.
Allí las nuestras despertaron. Con algo más de actitud en la primera línea defensiva, desnudaron todas las falencias del adversario y se catapultaron adelante en el marcador. Los recuperos de balón llegaron uno detrás del otro, y sin oposición para enfrentar el cilindro, rápidamente se distanciaron.
La brecha se estiró hasta tocar los 14 (31-17) restando un minuto y medio, ante un elenco hondureño carente de alternativas, y apegado, a pesar de los claros inconvenientes, a posesiones desarticuladas y con escasa elaboración.
El retorno del descanso largo devolvió mejor al rival, que poco a poco fue limando la distancia, aprovechando otra siesta nacional, que pecó en la reiteración de infracciones (11 en ese periodo), mandando sistemáticamente a la línea a las centroamericanas.
Sin acusar recibo de lo que ocurría, Argentina se encontró apenas tres unidades arriba (44-41) en la recta final del cuarto, en un parcial de 11-0 que recibió en apenas un par de minutos. Una vez más, el despertador llegó desde el enfático reclamo del cuerpo técnico.
La celeste y blanca recordó el recurso que tantos dividendos le había otorgado en el periodo anterior, y en un par de acciones de presión sobre el traslado, obtuvo los balones necesarios para despegarse por cinco unidades (48-43) y llegar al acto final con un tanto más de holgura.
Sin ser avasallante, el andar nacional prevaleció en la primera parte de ese último acto, lo que le permitió recuperar el doble dígito de distancia, y a partir de allí, administrar la luz obtenida, pensando en los minutos cúlmines.
Sabiendo del apremio que le generaba el reloj, el cuadro hondureño apuró aún más la marcha, y buscó a su vez complicar a las nuestras, mutando su defensa zonal por una individual con algunas presiones.
Argentina sorteó este escollo con pases rápidos entre líneas, desarticulando esta propuesta de resguardo y llegando a la anotación siempre en ventaja. De todas formas, un par de aciertos de larga distancia le devolvieron cierta luz de esperanza al adversario, que a falta de 50 segundos se colocó a siete tantos (59-52).
Un triple clave de Foresto recuperó los diez puntos de luz para la celeste y blanca (62-52), que con un nuevo avance errado de Honduras pudo respirar y cerrar su primera victoria en el certamen.
Mañana, con gusto a poco pero con el compromiso que requiere esta competencia, Argentina comenzará a desandar el camino de la ronda consuelo, que el domingo determinará su colocación final. La cita será a las 16:00 (hora de nuestro país), ante Venezuela, última del grupo "B".
Síntesis
Argentina (62): Foresto 13, Silva 21, Siciliano 10, Chagas 2 y Pinto 2 (inicial); Torruella 5, Fugellie 6, Velasco 5, López 0, Giovanoli 0 y Fux 0. DT: Hernán Amaya.
Honduras (52): Reichle 2, Nativi 0, Grenald 17, Leva 25 y Creamer 4 (inicial); Castillo 0, González 4 y Yearwood 0. DT: Ernesto Leva.
Parciales: 10-12 / 35-17 / 48-43.
Árbitros: Gaytan – Cabrera – Bobeth.
Estadio: Puebla.
Foto: FIBA Americas.
Emanuel Niel
En twitter @ManuNiel
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