En plena época de recambio en nuestra selección, todavía muchos cierran los ojos y se acuerdan de cada instante de nuestra generación dorada. Esta vez recordamos a siete años de su consagración, la medalla de bronce que obtuvo el equipo nacional ante Lituania. La crónica es de Pablo Tosal, periodista envíado a China para cubrir cada movimiento de la albiceleste.
Las lágrimas en el vestuario de Manu Ginóbili por no salir a jugar con sus compañeros la medalla de bronce fue acaso el mayor disparador que tuvieron sus compañeros en materia de motivación. La diferencia que hubo entre Argentina y Lituania no fue solo táctica, hubo una distancia abrumadora entre el coraje y la personalidad que los nuestros desplegaron en cancha que suplieron las debilidades físicas que el equipo pudo haber presentado.
El primer tiempo fue todo argentino. La única verdad es que los matamos a triples (8/14). Pero no todo fue casualidad o solo el hecho de meros porcentajes.
Luis Scola (12 pts) y Chapu Nocioni (8pts) se cargaron como era de prever la responsabilidad ofensiva. En defensa se vio lo mejor. Por lejos la selección fue creciendo con los partidos e hizo de su defensa un estandarte. Impecable Prigioni sobre Jasikevicius. Al tiempo que Siskauskas, enterado de los problemas físicos de Nocioni, aprovechó para atacarlo mucho hacia el aro, donde Chapu daba ventajas de velocidad.
Acaso la única buena noticia de la lesión de Manu Ginóbili en la previa al torneo haya sido que Paolo Quinteros pudo disfrutar de los sistemas que estaban armados para Manu, respetando los aclarados para el goleador entrerriano.
Se notó muy cómodo a Paolo jugando de tirador con la visión de todo el equipo puesta en él. A su lado, otro protagonista del primer tiempo fue Leo Gutiérrez quien en el primer triple que tomo casi no le pegó al aro. En la siguiente jugada sin preguntar lanzó con mucha confianza y lo convirtió. Luego otro más. Leo es uno de los que iniciaron la generación dorada, tiene el respeto y la autoridad que el grupo le confiere. Así se defendió Argentina en el partido, siendo un equipo donde todos valen lo mismo. Un dato: el jugador que más minutos sumó en el primer tiempo fue Chapu Nocioni, que iba y venía en una pierna por la cancha. Increíble su corazón.
El tercer cuarto fue nuestro de principio a fin con los mejores 10 minutos del torneo para la Argentina al punto de concebir situaciones absolutamente anormales como hacer parecer un “equipito” nada menos que a Lituania. La defensa de la primera línea fue clave. Desdibujo por completo a los lituanos.
Paolo Quinteros volvió a encenderse en ataque pero esta vez Argentina lo hizo con goleo repartido. Argentina anotó un parcial de 11-5 y se fue arriba por 18 (57-39). Sergio Hernández le dio descanso a Scola por Leo Gutiérrez, pero Leo cometió dos faltas seguidas y Lituania descontó a 16 (57-41). De todos modos no había en el oponente una vía que acerque gol.
Cuando restaban 2.14 para que finalice el cuarto llegó una jugada que será una de la más recordada de los juegos: Nocioni le robó el balón a Siskauskas en la mitad de la cancha y con lo que tenía fue dejando girones en el camino para terminar enterrando el balón. Sublime. Argentina tomó entonces 20 de ventaja (64-44).
El entrenador Lituano, Ramunas Batautas pidió minuto y al regreso Argentina metió dos recuperos seguidos en la primera línea y con dos bandejas fáciles sacó 24 (68-44). Un baile poco creíble. Tanto como que Batautas apenas 26 segundos después vuelva a pedir minuto. Lituania estaba desconocida, superada por la entrega y pasión de los argentinos.
La intensidad defensiva no pudo seguir en el último minuto del tercer cuarto. Hasta allí hubo solo diez puntos lituanos, pero cerraron con 5 puntos en fila y descontaron a 19 (68-49) con un parcial (22-15)
El segmento final fue otra historia, Argentina tenía ganas que termine el partido. No jugó como debía pero le puso toda la entrega defensiva posible.
Lituania logra ponerse a 14 (71-57) cuando Nocioni malogra dos libres y debe jugar de ala pivote por la cuarta falta de Luis Scola. Un parcial lituano de 15-3 lo obliga a Hernández a pedir minuto (71-.59). El milagro lituano no tenía mucho sustento. Estaban jugando con arrestos temperamentales traídos por los suplentes. Afuera Jasikevicius y Siskaukas, el partido lo sostenían Lukauskis, Maciulis, Jasaitis y Kaukenas.
Desde allí en adelante Argentina siempre tuvo un recurso a mano para convertir y no dejar que la distancia baje la barrera de los 10 puntos. Además fue infalible en la línea de libres convirtiendo 8 seguidos para sostener la diferencia. Oberto gigante sobre el final metió dos tapones, Delfino ayudo a Prigioni a sortear la presión toda la cancha que tiró Lituania y Paolo Quinteros fue una rueda inagotable de auxilio. Nocioni es Dios.
El final se fue lentamente, como para que se saboree segundo por segundo un triunfo con sabor a hazaña. Argentina le dio una lección al equipo que la había vencido en el comienzo con un triple agónico y se queda con la medalla de bronce. Histórico segundo podio en los Juegos Olímpicos para la Argentina. Como para gritarlo bien fuerte.
Síntesis
Argentina (87): Pablo Prigioni 6, Carlos Delfino 20, Andrés Nocioni 14, Luis Scola 16 (X), Fabricio Oberto 9 (FI); Paolo Quinteros 11, Leonardo Gutiérrez 11, Román González 0, Juan Gutiérrez 0 y Antonio Porta 0. DT: Sergio Hernández.
Lituania (75): Sarunas Jasikevicius 9, Ramunas Siskauskas 15, Rimantas Kaukenas 14, Ksistof Lavrinovic 3, Robertas Javtokas 7 (fi); Mindaugas Lukauskis 8, Jonas Maciulis 6, Simas Jasaitis 5 (x), Linas Kleiza 5 y Marijonas Petravicius 3. DT: Ramunas Butaustas.
Parciales: 24-21, 46-34 y 68-49.
Árbitros: Eddie Rush (EE.UU), José Carrión (Puerto Rico) y Fabio Facchini (Italia).
Estadio: Wukesong Gymnasium
Boxscore Oficial
Desde Beijing - Año 2008 - Pablo Tosal - @pablotosal
DEJA UN COMENTARIO