El juego comenzó con un México que supo encontrar los espacios cercanos al canasto que se sumó a las concesiones defensivas por parte de Puerto Rico. Gustavo Ayón pudo lograr que sus compañeros le brinden oportunidades cercanas al aro tanto para definir como para abrir el juego a los tiradores, como fue el caso de uno de los tres triples de Francisco Cruz quien marcó 11 puntos en el período inicial (3-3 en triples). Los visitantes brindaron facilidades constantes en el aro propio que permitieron la rotación de balón mexicana para sus tiros externos (4-4 en triples en el 1C), y generar oportunidades en la pintura y conseguir faltas con conversiones previas. Por la parte ofensiva, Puerto Rico quedó preso de la improvisación de Barea, quien anotó 4 puntos y repartió 3 asistencias. Los boricuas no tuvieron sistemas de juego en el apartado inicial.
El segundo cuarto encontró un México mucho más flexible en defensa y a Puerto Rico mucho más acertado, sobre todo en las acciones de los tiradores saliendo de cortinas. Los locales basaron su ataque en jugadas de aislamiento para sus internos, tanto para Ayón como para Hernández, sin hacer hincapié en el fuerte tiro exterior que tuvieron en el primer cuarto (2-7 en el 2C). Puerto Rico logró su cometido en el segundo apartado: redujo considerablemente el daño del tiro exterior mexicano y pudo, a través de Rivera y la creación de Barea, lograr ventajas de 5 y 7 puntos. Pero fue el mismo N°5 portorriqueño quien con una falta técnica y otra personal, se sentó en el banco con 3 en la cuenta de las infracciones. México resurgió y pudo correr en contraataque y encontrar a Ayón en la pintura, ya con mucha más confianza y el aliento de su gente. Con un triple de Stoll, el único del local en el segundo cuarto, México logró una luz de cinco puntos para irse al descanso: 47-42.
El tercer cuarto presentó a un Puerto Rico más fluido, con la vuelta de Barea y una mejor circulación de balón. Como lo mostró una jugada de tres pases que terminó en un toque extra de Renaldo Balkman para la bandeja de Vasallo. Por el lado del local, Hernández siguió en su buena noche y se hizo fuerte en el tiro de media distancia después de atrapar la pelota. Hernández se transformó poco a poco en la vía más confiable de anotación local, tanto desde el perimetro como de tres puntos.
La definición mostró a un Puerto Rico que jugó sin organización, librado a la voluntad de sus jugadores. México, con poco, pudo quebrar desde el pick and roll la endeble defensa visitante. Y en defensiva, el equipo anfitrión ajustó las marcas para que el lugar para las jugadas individuales sea menor. El marcador se encontró parejo a lo largo del último apartado, a pesar del mayor volumen de juego del equipo local. Lo que muestra una cierta debilidad mexicana para terminar de rematar el encuentro y la falta de acierto en los momentos claves. Puerto Rico comenzó a sacar ventajas de la poca eficacia local y empezó a encontrar el gol a partir de las pantallas ejecutadas por los internos Clemente y Balkman. A 48 segundos del final, los boricuas se encontraban con la ventaja de 86-85. Fue a la salida de ese tiempo muerto que tras varias cortinas fallidas Paul Stoll tomó un triple lejano y encestó desde casi 8 metros para poner a México 88 a 86. Barea tomó la iniciativa a la jugada siguiente, empezando así el camino de México hacia la victoria con sendos libres de Stoll. Una falta ofensiva posterior de Carlos Rivera puso punto final a la quinta victoria en fila del conjunto anfitrión, que empata a Argentina en la cima de la tabla de posiciones. México cerrará la programación de mañana ante Venezuela a partir de las 22:30 en Argentina mientras que Puerto Rico chocará con República Dominicana desde las 16:30 en nuestro territorio.
FOTO: FIBA Américas
Damián Pugliese
Twitter: @damianpugliese
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