El comienzo del juego fue favorable para Venezuela anotó con más comodidad con respecto a Uruguay que se sostuvo con un Reque Newsome agresivo en la pintura. La situación insólita se dio en los primeros tres minutos de juego donde Martín Osimani debió abandonar el campo de juego por dos faltas técnicas cobrada por el árbitro Sasa Pukl que interpretó que el ex base de Peñarol simuló falta, algo que no se logró observar. Esto obligó a Capelli a mandar a Luciano Parodi temprano al rectángulo de juego. En un golpe por golpe siempre con Venezuela arriba, el primer cuarto finalizó 24 a 20 para los de Nestor García con ocho de Graterol y Vargas, mientras que la celeste dividió puntos en Newsome (12) y Fitipaldo (8).
El trámite del segundo cuarto siguió siendo el mismo, a pesar de las rotaciones de ambos conjuntos. Uruguay siempre corriendo de atrás a una Venezuela un poco más enchufada y golpeando a la lentitud del balance defensivo de los uruguayos, que en ataque tomaron buenas decisiones y fueron fieles a la idea de juego con la que dieron dolor de cabeza a más de una selección. Es por eso que después de un minuto de Adrián Capelli lograron ajustar esas debilidades en defensa y faltando 2:18 para el final del segundo tiempo con un doble de Nicolás Borsellino pasaron por primera vez en el tanteador (35 - 37) y después de una repartija en el líderazgo un triple de Mathías Calfani sobre el cierre del segundo periodo terminó de quebrar la balanza para el lado de Uruguay que se fue ganando (41 - 42).
Luego del descanso largo, Uurugay controló a Venezuela con una defensa llena de ajustes con respecto a los primeros 20 minutos y esto le trajo sus problemas a los caribeños que en cinco minutos solamente pudo anotar tres puntos. Pérdidas, tiros malos tomados, falta de efectividad de tres puntos y mala toma de decisiones fueron los factores principales de una Venezuela desconocida. El tema fue que los charrúas no fueron tan letales en ofensiva para aprovechar ese bache de su rival, aunque lograron la máxima de 10 puntos al final del tercer cuarto (49 - 59). Para Venezuela fue el peor de sus cuartos en todo el torneo anotando solamente ocho puntos en 10 minutos.
El amanecer del último periodo encontró a un Uruguay que agrandó la herida a 13 puntos, pero el orgullo vinotinto apareció en la humanidad de Néstor Colmenares que anotó siete puntos consecutivos para acercar a su equipo y obligar al entrenador Adrián Capelli para volver a ordenar a los suyos. En el regreso, Santiago Vidal que se tuvo que hacer cargo de minutos que no venía trayendo ya que Martín Osimani fue expulsado apareció con un triple para dar tranquilidad a su equipo a cinco minutos por jugarse y 11 puntos de ventaja.
Un parcial de 16 a 8 en los últimos cuatro minutos le dio toda la vida a una Venezuela que venía cabizbaja y dominada por los de Capelli. Con 35 segundos por jugar un triple de Vargas puso las cosas 74 a 77, la ofensiva siguiente Uruguay movió bien la pelota pero no pudo anotar y se le acabaron los 24 segundos y le dejaron 11 segundos para la vinotinto que probó con un triple de David Cubillan pero el disparo quedó corto. El rebote fue para Nicolás Borsellino que fue envíado a la linea, donde falló los dos tiros libres. En el rebote Cubillan fue cortado con falta y en la linea metió el primero (75 - 77) y el segundo como lo pedía el juego fue errado a dos segundos y en el recobre ofensivo Heissler Guillent tuvo el tiro del empate y no convirtió, para que Uruguay festeje finalmente con los brazos bien en alto con el resultado final de 77 a 75. Una victoria que la celeste no lograba hace 18 años y con Adrián Capelli en el banco todo se puede.
Además de los goleadores Reque Newsome con 20 puntos, seguido por 14 de Mauricio Aguiar y 13 de Mathías Calfani, clave fue la participación de Santiago Vidal que es el cuarto base del equipo y apareció con todas las luces para jugar y hacer jugar a su equipo. En Venezuela no alcanzaron los 17 de José Vargas.
Foto: FIBA AMERICAS
Flavio Ariel Ibarra
En Twitter @Flaviorocambole
-Los coaches que se enfrentaron tienen en común solo una cosa, que ambos dirigieron a ARGENTINO. Uno, es una laucha vende humo, que vivió y vive de la historia, soberbio, mercenario como pocos en este ambiente, que fracasó como técnico y como persona. El otro, es un SEÑOR!!!, que ya tiene un lugar en la historia como un honesto trabajador, humilde, respetuoso del club y comprometido con el equipo y la gente. Siempre tendrá un sitio en LAS MOROCHAS!!! Por suerte, ganó el SEÑOR!!!.
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El turco de junin 08/09/2015
Que grande que sos Adrian. Cuanto te mereces este triunfo. Un saludo grande desde el Barrio Las Morochas.
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