Pecó de soberbia

• Juan Manuel Rodríguez (jmrodriguez@pickandroll.com.ar)
• 27/08/2003
• (9 comentarios )

Aunque usted no lo crea Venezuela superó a Argentina y se quedó con un partido para el recuerdo, por el significado de la victoria y por la forma en que consiguió los dos puntos. El conjunto albiceleste, que sobró el encuentro, jugó a media máquina de sus posibilidades y en un final para el infarto sumó infantiles pérdidas, cayó y complicó sus chances.

Parece que la experiencia de la derrota ante México por la primera fecha del Preolímpico todavía no cerró del todo en el conjunto nacional, que al igual que aquella tarde, pecó de soberbio y dejó agrandar a su rival. Ayer Argentina volvió a jugar a media máquina de sus posibilidades y su rival, con pocas ideas de juego y mucho amor propio, le descontó una importante ventaja y en el último minuto pasó al frente de la mano de Oscar Torres.

Los dirigidos por Rubén Magnano salieron decididos a jugar con Fabricio Oberto en la pintura que se adueñó de los tableros. Rápidamente estableció una importante ventaja mediante contragolpes y juego en la llave que hizo que el partido tuviese como único dominador a Argentina.

Debido a la gran ventaja establecida Magnano comenzó con la rotación del equipo donde salvo Leonardo Gutiérrez después todos vieron acción. Con los cambios el último subcampeón del mundo no pasó peligros pero su nivel de juego dejó mucho que desear ya que regulando energías fue imparable para un desconocido Venezuela que se apoyó en la producción de Víctor Díaz y Oscar Torres.

Así fue durante todo el desarrollo y Venezuela nunca pudo acortar a menos de cinco puntos y jamás preocupó a su rival. Luis Scola se mostró recuperado con su juego, Andrés Nocioni potente como siempre y Rubén Wolkowyski, además de rasparse en la pintura, tuvo otra aceptable tarea desde el perímetro con 2/3 en triples. El pivot vio su mejor momento basquetbolístico en el tercer parcial cuando anotó 14 puntos.

Argentina no cambió nunca su filosofía y trató siempre de hacer llegar la pelota a los pivots o definir lo más cerca posible al aro. Fue así que el equipo albiceleste sumó 48 de sus 92 puntos en la pintura.

Pero esa poca y escasa intensidad de juego con que logró sacar amplias ventajas se apagó del todo en el último cuarto. Venezuela con el empuje de sus figuras más juveniles comenzó a recortar en el marcador.

Argentina no se preocupó y continuó como si nada forzando lanzamientos en un último período para el infarto defensivamente donde le marcaron 36 puntos.

Para ponerse en juego Venezuela aprovechó la buena efectividad desde el perímetro de Carlos Morris, y Díaz, hasta que llegó el minuto fatal. Argentina se descontroló y perdió tres balones consecutivos que le permitieron a Torres anotar un doble para pasar al frente por 93-92 con 47segundos por jugar.

Increíblemente el concierto de errores continuó y Torres con dos libres más aumentó la cuenta. El ex Houston y Golden State tuvo la posibilidad de liquidar el pleito pero falló una bandeja. Alejandro Montecchia fue cortado con falta y en la reposición Emanuel Ginóbili marró un intento de tres puntos cuando la pelota quedó pegada entre el tablero y el aro. Las esperanzas albicelestes se esfumaron en dicho ataque porque luego Venezuela sumó dos puntos más desde la línea para desatar su festejo y aplicarle un nuevo toque de atención a los subcampeones del mundo.

Ahora Argentina está obligada a superar a República Dominicana para enfrentarse a Canadá en semifinales. Queda claro que si vuelve a sobrar un encuentro este equipo todavía puede recibir más sorpresas.

Síntesis

Argentina (92): J. I. Sánchez 3, E. Ginóbili 6, A. Nocioni 17, F. Oberto 13, R. Wolkowyski 16 (fi), A. Montecchia 6, L. Victoriano 0, G. Fernández 10, L. Scola 9, F. Kammerichs 8, L. Palladino 4. DT: R. Magnano.

Venezuela (97): D. Guevara 8, V. Díaz 15, T. Aguilera 4, O. Torres 20, L. Julio 9 (fi), Y. Mijares 5, R. Guevara 6, M. Marriaga 14, H. Bayona 0, R. Osorio 2, R. Blanco 0, C. Morris 14. DT: N. Salazar.

Parciales: 24-15, 46-38 y 73-61.
Estadio: Coliseo Roberto Clemente