Los dos apostaron de arranque a lo conocido y a los jugadores que más tiempo sumaron en la pretemporada. Peñarol salió con los cinco nacionales mayores, mientras que Quilmes lo hizo con cuatro argentinos y Boozer. Y el arranque fue lo más prolijo del partido. Ambos quisieron jugar con criterio, utilizaron juegos por conceptos y algunos sistemas ofensivos. Pero igual se veía poco. Es lógico que el jugador se encuentra más duro físicamente que suelto con el aro, pero si la cosa venía pobre, después se puso peor. Porque a falta de tres minutos para el final del primer parcial, entraron en juego los extranjeros. Peñarol puso a Pittman y Prickett y Quilmes mandó a Keys y Ebong. Y el partido perdió el poco orden que tenía. En el ida y vuelta el equipo de Carlos Romano sacó cinco puntos al morir el primer segmento.
Y a falta de criterios, ingresó en el arranque del segundo cuarto Tim Moore, entonces el partido se volvió definitivamente desprolijo, mal jugado. Mientras Quilmes penaba para hilvanar una jugada ofensiva, Peñarol le daba la bola a Moore que tiró todo lo que tuvo en mano e hizo 11 de los 17 puntos del equipo en el cuarto. En ese lapso, el milrayitas sacó la máxima del partido (36-23 y 40-27). El cervecero sólo convirtió dos doble en todo el cuarto (2/12), pero dos triples de Pablo Gil en la postrimerías de la primera mitad, achicó la brecha. También hubo lugar para una perla, como los hermanos Rodríguez no andaban, Romano mandó a la cancha a Lisandro León Liguori, un juvenil de 17 años, que en 3 minutos brindó el mejor pasaje ofensivo de Peñarol y le colocó una tapa a Pablo Gil. El desarrollo, a todo esto, era malo y el parcial para Peñarol 17 a 14.
El tercer cuarto fue una largo bostezo de 10 minutos. Ni los hinchas pudieron contagiar a los jugadores. Quilmes perdió siete pelotas y Peñarol lo ayudó con un 0/5 en triples que de los dos, era el menos malo. El suplicio terminó 14 a 11 favorable a Peñarol.
Lo mejor se vio al final. Quilmes ensayó una defensa zonal para proteger su canasto y tener la opción de correr. Se acercó a siete puntos a falta de 8:00 pero un parcial de 7-2 con Fernando Rodríguez de abanderado dejó otra vez la diferencia a 12. Matías Ibarra se acordó muy tarde de atacar el aro (convirtió sus 14 puntos en el último cuarto) y su equipo sufrió la falta de alguien capaz de hacerlo jugar. Aunque en defensa del juvenil quilmeño hay que destacar que Boozer, Ebong y Keys quisieron jugar entre ellos y desacomodaron cualquier idea de equipo. Y con el partido servido, Peñarol no se desconcentró. El “Negro” Romano mandó a Moore y Pittman para el golpe de Knock Out y le salió bien. Quilmes salió a tirar triples y los porcentajes fueron malos (2/7) y a falta de un minuto y medio Juan Manuel Locatelli clavó uno decisivo para dejar el partido en manos de quien menos errores cometió.
Peñarol, repite el 70% del equipo del año pasado. Y su técnico quiere adosarle algunos nuevos conceptos tácticos, meter a Moore en el juego y repetir lo hecho la temporada anterior. Se nota que le costará menos que a Oscar Sánchez, que entre las dolencia de Ben Ebong en su tobillo (jugó condicionado) y el poco tiempo para el ensayo táctico debe estar más preocupado.
Síntesis
Peñarol 75: S. Rodríguez (4), F. Rodríguez (14), J.M. Locatelli (8), M. Hedman (6) y A. Olivares (9) (Formación Incial). J. Pricket (5), J. Pittman (12), P. Ortega (0), T. Moore (15), L. León Liguori (2) y D. Ferrero (0). DT Carlos Romano
Quilmes 68: M. Ibarra (14), P. Gil (13), D. Cavaco (15), O. Arce (3) Y L. Boozer (12) (Formación Inicial). B. Ebong (3), L. Keys (6) Y F. Horvath (2). DT Oscar Sánchez
Progresión: 26-21, 43-35, 57-46 y 75-68.
Arbitros: Pablo Estevez y Jorge Fabi.
Pablo Tosal
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