Hagamos un asado, tomemos fernet

• Fernando Brovelli (@ferbrovelli)
• 27/10/2015
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Tanto Estudiantes como Instituto se encontraban con realidades que, a priori, no anticipaban. Los de Concordia lograron su primer victoria de visitante recién el sábado -precisamente en Córdoba, contra Atenas-, pero una sólida localía le permitía registrar una racha 5-5. Por otra parte, la Gloria también llegaba con la misma cantidad de triunfos que derrotas (4-4) y con dos golpes en canchas ajenas consecutivos: ante San Martín de Corrientes y contra La Unión de Formosa.

Luego del salto inicial se impondría un ritmo de partido que sería la característica principal de todo el juego. El ida y vuelta constante, sin precisión en los intentos al canasto, acompañaba a la que parecía la regla del encuentro: lanzaba el primero que tomaba la pelota. En esta dinámica, comenzó un duelo de extranjeros. Aubrey Coleman (seis puntos en este tramo) mostraba sus armas ofensivas, mientras que Justin Giddens se hacía cargo de todas las posesiones de los cordobeses (terminó con doce tantos en el cuarto).

Pese a que Ariel Eslava tomaba protagonismo en la pintura (cuatro unidades y cuatro rebotes), Estudiantes lanzaba una y otra vez desde afuera de los 6,75 sin éxito. En el perímetro opuesto, los extranjeros de la Gloria calentaban la mano (entre Giddens y Cowan se combinaron para 17 puntos de los 19 del local en el primer chico) y con dos triples ponían al frente a su equipo, por 19 a 16.

En el segundo cuarto, las posesiones se estiraron pero los espacios no aparecieron. La pelota se concentraba muchos segundos en pocas manos y terminaba lanzada en un suspiro cuando el reloj de 24 ahogaba. Si a esto se le suma un sucio traslado del balón por parte de los dos equipos y un bajísimo porcentaje en tiros de tres (0/9 para Instituto, 0/7 para Estudiantes), se consigue rápidamente el peor pasaje del partido.

El conjunto de Concordia había logrado ponerse arriba, porque Eslava seguía gravitando en el poste bajo y conseguía defender a los extranjeros locales. Sin embargo, Instituto se apoyó en sus nacionales, se reservó la seguridad en el tablero con Alejandro Zilli (cinco rebotes en el pasaje) y pudo sacar réditos de los errores rivales, para poner un parcial 6-0. Seigorman quiso estirar la racha, colocó nuevamente a Giddens a jugar y el resultado fue inmediato: las posesiones cordobesas se volvieron anárquicas y la paciencia ofensiva se agotó. De esta forma, y con dos rompimientos de Coleman, la visita empardó el marcador en 25 al cierre del primer tiempo.

Tras el entretiempo, Instituto recuperó orden y plasmó en el marcador su mayor concentración de arranque, con un score 6-0. El “pájaro” Federico Marín se puso las ofensivas al hombro y vulneró una y otra vez la pintura local, con intensidad y mucha picardía (10 puntos en el cuarto). Pese al buen aporte del alero, Estudiantes estaba desorientado en defensa y dejaba muchos huecos. Mientras que la visita dependía de la inspiración de sus individualidades, la Gloria calibró la muñeca y enchufó tres bombazos consecutivos (dos de Byro, uno de Giddens) para encarar el pasaje final con la máxima hasta el momento: 50-42.

Luego de un capítulo a puro gol, volvió la impaciencia en los dos quintetos: los lanzamientos externos no entraban a pesar de las defensas flotantes. Estudiantes fallaba contraataques sistemáticamente y, si bien se pasaba el balón, no lograba organizar una ofensiva clara. El reloj se convertía en aliado para los de Seigorman, que no eran efectivos en ataque pero cerraban filas en su campo y conservaban una luz de ventaja.

Hernán Laginestra se vio obligado a pedir tiempo muerto y metió un cambio fundamental en el cierre: el regreso de Sebastián Orresta al parquet le dio consistencia y algunos puntos importantes al conjunto de Concordia. La defensa zonal de la visita representó un dolor de cabeza para Instituto, que se mostraba estancado en cada posesión y perdió dos pelotas seguidas. Por el otro lado, Aubrey Coleman salía desde el banco para quemar un triplazo que puso a Estudiantes abajo por la mínima: 57-56, cuando quedaban poco más de 2:40 por jugar.

Fueron dos minutos de impresiciones y sequía. La visita no paraba de perderla, mientras que la Gloria cortó relación con las redes (falló dos triples y dos libres). Luego de una buena rotación de pelota, Mariano García quedó solo desde el eje para encestar sus primeros tres puntos del juego y poner a Estudiantes arriba por dos (57-59), cuando restaban 24 segundos. Después de la reposición de mitad de cancha, Instituto tuvo tres oportunidades para empardar o pasar al frente. Byro falló dos lanzamientos forzados seguidos, mientras que Bruna, y luego de que la posesión sea del local ante un increible error de Orresta (lanzó la naranja hacia el otro campo, con siete segundos por jugar, con tanta mala suerte que tocó el techo), marró la última esperanza cordobesa.

Instituto (57): Pablo Bruna 2, Mariano Byró 10, Justin Giddens 23, Jazwyn Cowan 14 y Alejandro Zilli 6 (fi); Luis Mansilla 2, Emiliano Martina 0, Nicolás Zurschmitten 0, Enzo Rupcic 0. DT: Maximiliano Seigorman.

Estudiantes (59): Sebastián Orresta 6, Aubrey Coleman 14, Federico Marín 20, Mariano García 3 y Ariel Eslava 12 (fi) Jonatan Slider 0, Matías Nocedal 4. DT: Hernán Laginestra.

Parciales: 19-16; 25-25 (6-9); 50-42 (25-17); 57-59 (7-17).
Árbitros: Alejandro Ramallo y Javier Mendoza.
Estadio: Ángel Sandrín (Córdoba).

Foto: Prensa Atenas

Fernando Brovelli
(@ferbrovelli)
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