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Una goleada clásica

Lo ganó con falta envido

La diferencia más grande en la historia de un superclásico quedó en manos de Peñarol: fueron 32 puntos (95-63). Fue baile, fue canto, fue fiesta milrayitas en el Polideportivo. Un juego que quedará grabado por siempre ante más de 5300 personas. Tato Rodríguez, Juan Manuel Locatelli y Emeka Okenwa las aristas de la victoria.

¿Hasta que hora durará la noche de Peñarol? ¿Hasta cuándo se celebrará la victoria más grande en la historia de los clásicos?. Fiesta y festejo para los milrayitas.

¿Hasta que hora durará la noche de Quilmes? ¿Cuánto durará la angustia por la derrota más abultada en la historia de los clásicos?. Silencio y dolor en el tricolor.

A Peñarol la noche le ríe y canta y hoy sabe que de vez en cuando la vida te besa en la boca. Después de dos años de penurias, de equipos diezmados, de campañas pobres, de aguantar la malaria, la vida le regala una fiesta: azul y blanca.

El clásico siempre se entiende desde afuera hacia adentro, por eso es inevitable hablar de las sensaciones que dejan 40 minutos de básquetbol más que del juego mismo.

El partido fue muy táctico, atrapado por el esquema de los entrenadores, un duelo de ajedrez con un claro ganador: Guillermo Narvarte. Como juego de básquetbol dejó que la estrategia le gane a la magia, como espectáculo pobre, pero como pasión de clásico fue de un nivel emotivo pocas veces visto.

Tanto se sumergió el partido en lo táctico que algunos protagonistas estaban extrañamente atados, y quien primero se desanudó de los nervios fue Peñarol. El primer gran punto a favor que tuvo el ganador fue la supremacía que generó Sebastián Rodríguez sobre Luis Cequeira.

Okenwa abierto por el eje, Locatelli del lado débil, Ford y Farabello abiertos y “Tato” jugando de espaldas el uno contra uno con Cequeira. El base de Peñarol le ponía la cola, lo arriaba contra el aro y provocaba un gol, o una falta, o la ayuda desesperada de un compañero y una rotación defensiva que no estaba preparada para ese sistema.

Rodríguez dominó el duelo de bases desde el minuto uno. Después de mucho tiempo, “Junior” perdía claramente un duelo. Locatelli se asoció a su compadre y fue el pasador del equipo. Con Farabello cumpliendo su rol de tirador, la media cancha de Peñarol hizo un partido perfecto.

Los primeros 20 minutos terminaron con Peñarol ganancioso solo por tres pero siendo superior a Quilmes en el desarrollo del juego. Porque quizás algún distraído piense que la victoria de Peñarol fue de 20 minutos, cuando en realidad en el 2do tiempo consumó lo que en el primero no pudo.

Javier Bianchelli y Alejandro Mangone se fueron a sus casas con una mochila pesada: la derrota más dolorosa y abultada de sus cortas carreras como técnicos de elite. Nunca antes un equipo quilmeño dirigido por ellos se vio tan frustrado como anoche. Es que nada salió, ni en el aspecto mental, ni en el anímico.

El “Lobito” Fernández que vio el clásico sentado en la tribuna, más frío y analítico que sus compañeros le dijo a la transmisión de Pick ad Roll, luego del partido: “Nosotros siempre suplimos algunas carencias ofensivas con una gran defensa. Hoy no hubo nada, ni una cosa ni la otra”.

El segundo tiempo Peñarol lo ganó 51-22. Quilmes apenas tiró 3 libres en 20 minutos, no provocó faltas, no obligó al juego interior rival a cargarse de faltas. Peñarol tiró 9 libres en todo el segundo tiempo. Es decir, a pesar del baile que le dio, Quilmes ni siquiera metió la mano para mandar a la línea a los jugadores milrayitas. El “Lobito” tenía razón: En Quilmes no hubo nada, ni atrás ni adelante.

La partitura escrita por Narvarte tuvo un tridente que lo interpretó mejor que nadie. Tato Rodríguez, Juan Manuel Locatelli y Emeka Okenwa. Ya se dijo que le media cancha milrayitas le dio el juego, pero Okenwa le dio el corazón. Jugó un partidazo desde lo táctico alternando la marca del pivote rival con la de Gray.

Pero sobre todo jugó un gran partido anímico. Fue una locomotora tirando para adelante, fue las ganas de ganar de un juvenil, la fuerza de buscar el último rebote como el primero. Fue correr 25 metros para recuperar una pelota cuando ganaban por 25 puntos y faltaban 3 minutos. Fueron 13 rebotes, 4 recuperos y 14 puntos y una marca que se comió a los internos rivales.

Para los hinchas de Peñarol quedaran grabadas las imágenes – eternas – de una victoria pensada desde lo táctico y consumada con el alma. Para los hinchas de Quilmes, el consuelo se llama revancha, a sabiendas de un campeonato que todavía los deberá enfrentar tres veces más como mínimo.

“Cuéntale a tu corazón que siempre existe una razón, escondida en cada gesto, del derecho y del revés uno solo es lo que es y anda siempre con lo puesto. Nunca es triste la verdad… lo que no tiene es remedio”, les canta Juan Manuel Serrat al oído de los quilmeños.

Luego el “Nano” cambia de tema y cierra para los victoriosos milrayitas: “De vez en cuando la vida, se nos brinda en cueros y nos regala un sueño, tan escurridizo, que hay que andarlos en puntillas por no romper el hechizo”.

Quilmes (63): Luis Cequeira 6, Pablo Gil 16, Esteban de la Fuente 3, Evric Gray 23 y Claudio Chiappero 7 (FI) Juan Pablo Sánchez 4, Rahssan Smith 4, Selem Safar 0. DT: Bianchelli – Mangone.

Peñarol (95): Sebastián Rodríguez 26, Juan Manuel Locatelli 18, Claudio Farabello 15, Sherrell Ford 18, y Emeka Okenwa 14 (FI), Pablo Barrios 2, Fernando Titarelli 0, Claudio Coronel 0, Marcos Mata 2, Maximiliano Marzili 0. DT: Guillermo Narvarte.

Parciales: 15-21, 41-44, 51-69.

Árbitros: Alejandro Chitti – Diego Rougier.

Estadio: Polideportivo (5300 personas).

Fuente: Pick and Roll 6/10/2004

COMENTARIOS (4)

nicoleni de ley 02/03/2016

jojo mirando las estadisticas, MATA era amargo desde pendejo... nunca evoluciono. Lamentable le hagan buenos contratos, hay un buen agente por ahi

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brillante conclusion 03/03/2016

Te entiendo, de alguna forma hay que remarla. La edad de Mata en el 2004 era ......? Si solo fuera mirar la estadística, un grandísimo jugador como De La Fuente, parece un juvenil debutante o un veterano acabado, no? Aprendé algo de basquet, y bancate los 32 de diferencia hasta que puedan cambiar algo.

EL UNICO TRICAMPEON 02/03/2016

Q32.........POR SIEMPRE LTA

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BOBERA 03/03/2016

Como se nota que ni socio debes ser.... Por suerte soy Quilmeño y tengo amigos de Peñarol con los que podemos recordar y añorar epocas pasadas, siendo SOCIOS, gente como vos le hace mal al basquet, pajerito de la web Aguante el clasico, y la gente que paga su cuota de su club mantiene el basquet y no anda fastanmeando en internet.

PEÑA 03/03/2016

QUE TE LA SAQUE EL DENTISTA, MARMOTA!!! Q32!! JAJAJAJAJAJAJA QUE VOS SEAS UN NABO Y PAGUES POR SER VIRGEN, DEMUESTRA LO ANORMAL QUE SOS. SALUDOS DEL MULTICAMPEÓN!!

Rolo 04/03/2016

Usas PEÑA de nick y nos haces quedar mal, OTARIO, pasa data si sos tan guapo....

PEÑA 02/03/2016

Sos la humillación andante, quilmeño. Das pena.

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Q32 26/06/2021

Ser quilmeño es lo mejor que hay, muerte a los pingüinos

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