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La recta final

Con menos de treinta partidos por delante en el calendario, los equipos de la NBA están terminando de doblar en la última curva para encarar la recta final del camino que supone la fase regular; este primer tramo que sirve como antesala al momento más emocionante y caliente de la temporada: los playoff. El podio, a lo lejos, todavía tiene forma de utopía.

Pero como alentaba el inolvidable Eduardo Galeano, las utopías sirven para caminar. Y así nadie detiene su marcha para continuar en la búsqueda de su mejor forma – basquetbolística y física – con el fin de poder plantarse firmes durante la postemporada.

Emanuel Ginóbili, Luis Scola y Pablo Prigioni están en este lote de aspirantes, a los playoff (un hecho) y al título. Los tres argentinos, en sus respectivos equipos y con determinado rol en cada uno de ellos supieron ser protagonistas de una 2015/2016 que si bien posee un puñado de “monstruos” a vencer, se plantea como una lucha muy pareja de ahora en adelante.

San Antonio, en busca de ser más grande

La vigencia y la capacidad de reinventarse de los Spurs no tienen límites. Año tras año, Popovich propuso diferentes ángulos por los cuales acrecentar virtudes y disminuir debilidades que lograron hacer de los texanos un grupo inolvidable, siempre con el “Big Three” como eje central.

Y si algo le faltaba a este equipo-dinastía es alcanzar el mejor récord de su historia justo cuando el trío parece estar dando sus últimas funciones como tal. San Antonio ostenta un récord de 51-9 (85%), por lo que proyecta una temporada sin igual. Su año más fructífero en fase regular fue en la 2005/2006, cuando alcanzó el 76.8% de los triunfos (63-19).

De la mano de Kawhi Leonard los Spurs están sosteniendo la sexta mejor ofensiva de la NBA, con un promedio de 105 puntos por juego, aunque también la mejor defensiva de toda la liga al permitir solo 92.5 tantos. El alero fue quien tomó la posta en el traspaso de poderes dentro del equipo, siendo hoy no solo la cara visible del futuro, sino también el presente de la franquicia.

Viene de una exitosa gira del rodeo (7-1) y ahora se preparan para lo que vendrá, a lo que cada año “Pop” aspira a llegar lo más sanos posible sin pensar tanto en la posición que ocupen. Tras once partidos ausente el regreso de Manu está por concretarse; según sus propia palabras será la semana que viene. El Dt había adelantado que la recuperación del argentino fue más rápida de lo previsto.

La próxima semana, los Spurs comenzarán una racha de cinco partidos como local que será clave, sobre todo por lo nombres de los rivales: Chicago, Oklahoma City, Clippers, Portland y Golden State Warriors; en ese orden, y sin tregua. Será una semana vital para San Antonio, quien todavía no conoce la derrota en el AT&T Cener (28-0).

Raptors a la caza de los Cavs

La temporada 2015/2016 está siendo reveladora para los Toronto Raptors de Luis Scola, un equipo que en las últimas campañas se mostró siempre entre los mejores de la costa Este pero que no supo pegar el zarpazo en los playoff. Hoy, a poco de terminar la fase regular, los canadiense no solo revalidaron las credenciales sino que también lograron sostenerse a lo largo de todo el año, yendo siempre en alza.

Hay dos grandes motivos para explicar el momento que viven los Raptors. Uno es Kyle Lowry, el otro DeMar DeRozan. Este dúo dinámico está en un nivel excepcional, llegaron a participar del juego de las estrellas, y cuando están inspirados hacen de Toronto un equipo capaz de vencer a cualquiera en esta liga. Ellos sumado a una muy buena defensa (97.9), la quinta mejor de la NBA.

En este último tramo de fase regular, en el que le restan disputar 23 partidos, Toronto irá en busca de alcanzar a los Cavaliers, a quien le dieron un buen mazazo ganándoles la última vez en condición de local. Como segundo objetivo (para nada menor) tendrá sostener y aferrarse a ese segundo puesto que ocupa y que le aseguraría jugar todos los cruces con ventaja de cancha, hasta una hipotética final de conferencia ante Cleveland.

Los partidos más complicados que deberán afrontar será la visita de los Bulls, antes quienes perdieron tres veces este año, dos partidos contra Indiana (visitante y local), recibir al Thunder y viajar a San Antonio. La dirigencia optó por cortar a Anthony Bennett y en su lugar contratar al pivot Jason Thompson para reforzar la pintura.

Scola está atravesando una meseta en su nivel. Luego del juego de estrellas sus promedios bajaron con respecto a los de la primera parte del año, sobre todo en el aspecto ofensivo, en el que registra una media de 3.7 puntos con un escaso 29.7% en tiros de cancha tras el clásico de mitad de temporada. De toda formas, nadie puede negar que su aporte en estos Raptors está siendo más que satisfactorio, habiéndose ganado un lugar dentro del quinteto titular (que nunca abandonó) y, por momentos, siendo eje del ataque cuando lo necesitaron.

Con la final del Oeste en la cabeza

Hay algo que mantiene en vilo a una parte de la ciudad de Los Angeles, la que apoya a los eternamente opacados Clippers. Las finales de conferencia son el anhelo más grande que tiene hoy el equipo de Pablo Prigioni, un terreno sobre el cual jamás lograron poner un pie en 46 años, desde que estaban en Buffalo y se llamaban Braves.

Desde que la franquicia sentó sus bases en Los Angles, allá por 1984, los Clippers ficharon solo siete veces en los playoff, las últimas cuatro llegaron en forma consecutiva a partir de 2011. Sin embargo, tras el resurgimiento del equipo - con el arribo de Chris Paul - nunca pudieron instalarse como un equipo de elite, siempre fueron carentes de ese salto de calidad que los transformara en un verdadero contendiente al título.

Por eso Doc Rivers y los suyos no querrán dejar pasar otra oportunidad. La duda se sembró en “Lob City” en los comienzos de este curso, sin embargo sobre finales de 2015 el equipo dio un vuelco positivo y hoy se presenta como uno de los mejores de Oeste.

Paradójicamente los Clippers empezaron a escalar cuando Blake Griffin se vio marginado de las canchas. Allí, entre navidad y el 13 de enero, los Clippers metieron un racha de diez victorias sin revés alguno, lo que cambió definitivamente el panorama y la imagen que se tenía de ellos. De hecho, hasta llegó a filtrarse una fuerte discusión de vestuario cuando las cosas no salían del todo bien.

Hoy, tras la lesión en la mano de Griffin a raíz de la agresión en la que se vio involucrado con un integrante del staff de utilería que acompaña al equipo, hace 29 partidos que Rivers no puede contar con él, sin embargo esto lejos estuvo de traducirse en problemas: los Clippers obtuvieron una marca de 22-7 en ese lapso.

La temporada de Prigioni fue de menor a mayor, como la de todo el equipo, pero sobre todo por las oportunidades que fue recibiendo. El cordobés casi no vio acción durante los primeros meses de competencia, sin embargo hoy está metido en la rotación con un promedio de 13.3 minutos por juego, con 2.1 puntos (39% TdC), 2 asistencias y 1.9 rebotes.

Sin Griffin, el alma del equipo es Paul, quien está teniendo una gran temporada y es clave en este presente angelino. Luego del All-Star sus números hablan por él: 24.1 puntos, 11.4 asistencias, 5.4 rebotes y 1.9 recupero en 35.1 minutos.

Además, la dirigencia también juega su rol. Se deshizo de Lance Stephenson y contrató a Jeff Green, un alero versátil y muy útil, capaz de darle a los Clippers varias soluciones en la posición de alero o, eventualmente, ala pivot.

En el horizonte le quedarán varias paradas bravas hasta el final de la fase regular, entre las que se destaca las visitas a San Antonio y los Golden State Warriors, el choque ante Cleveland y, sobre todo, el viaje del próximo miércoles a Oklahoma City para enfrentarse al Thunder, a quien intentarán arrebatarle el tercer lugar del Oeste.

Sebastián Ciano Twitter: @Seba_Ciano www.pickandroll.com.ar

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