El comienzo del partido fue todo pintado de azul, con Carmelo Anthony como estandarte, Estados Unidos se colocó arriba del tanteador por 6 -0 tras dos anotaciones desde 6,75. Australia aplicado y con mucha tranquilidad de a poco fue plasmando su estilo y con Bogut bien hundido en la pintura metió un parcial de 11 – 3 para ponerse al frente, esto solamente en cinco minutos jugados. El resto del primer chico fue a puro gol y con más de ataque que defensa terminaron igualados en 29. La diferencia entre ambos fue que Estados Unidos dependió de un “Melo” anotador ya que terminó con 14, mientras que del otro lado el goleo fue bien repartido.
En el segundo cuarto, Australia tomó y se hizo cargo del protagonismo apelando a su juego de pases y bajando la cantidad de posesiones y limitando a los norteamericanos a poder correr y gozar de esa facilidad que tienen para anotar de contraataque. El 54 -49 final de los primeros 20 minutos no fueron irreales, Australia fue mejor y aprovechó el nerviosismo y la incomodidad de USA de tener que aceptar que los oceánicos decidan que veneno querían beber, no todo fue negativo tampoco porque terminaron con un envidiable 10 – 21 en triples.
Un dato peculiar es que Estados Unidos desde el 27 de agosto de 2004 no perdía una primera mitad, fue ante Argentina y en Atenas. Demostrando lo importante que es y será por siempre nuestra generación dorada.
El tirón de orejas en el vestuario surtió efecto para los dirigidos por Mike Krzyzewsky que con Durant en llamas clavó un nueve – cero que lo puso arriba rápidamente en sólo dos minutos. Sin desesperarse y como sucedió en el primer cuarto, los del sur con un trabajo de hormiga y confiados en su plan de juego no se dejaron pasar por encima e igualaron el tanteador. Otra vez el golpe por golpe fue denominador común y sin sacarse diferencias, respondiéndose con la misma moneda la historia seguía abierta para cualquiera de los dos pero con Estados Unidos arriba 70 -68.
El despertador para los del norte sonó a tiempo y en el cuarto definitivo aparecieron las figuras que tras 30 minutos de lucha y ceder el protagonismo, se hicieron cargo del cinco contra cinco y con ajustes defensivos, sobre todo sobre Bogut y Mills tomaron una distancia de 10 que para el desgaste realizado por los canguros fue mucha. Pese a que siempre insinuó una levantada, ya la pelota no ingresaba como antes e hizo lo que pudo, corrió cuando pudo y ya no lastimó tanto en el poste bajo, mientras que del otro lado la figura de Carmelo Anthony máximo anotador de la historia de la selección de Estados Unidos que empezó a crecer en aquel primer cuarto con 14 anotaciones, se terminó despachando con 31 puntos siendo un factor principal para que su equipo termine de desarmar a Australia, otro que apareció en los últimos 10 fue Kyrie Irving que anotó un triple clave a un minuto del cierre, similar al que le anotó a Golden State en el juego siete de la final. El resultado se selló en 98 – 88 y el más favorito de todos sigue estando invicto en tres cotejos.
Flavio Ariel Ibarra
En Twitter @Flaviorocambole
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