Rápido y furioso
Boca apabulló a Gimnasia (LP) en el segundo tiempo y lo venció por 100-77. El equipo xeneize convirtió 22 puntos de ataque rápido. Paolo Quinteros fue el goleador con 35 unidades. La garra de los juveniles fue lo mejor del lobo.
El vigente campeón de la Liga Nacional se mostró como un equipo irregular. Firme y compacto en el primer parcial y desconcentrado en el segundo cuarto.
Durante los primeros diez minutos jugó con mucha concentración defensiva, gran capacidad para correr el contragolpe (10 puntos) y contó con buen reparto del goleo entre los cinco titulares. Gimnasia perdió muchas pelotas (5) y solamente se apoyó en la potencia de Rahein Brown, que marcó los primeros ocho puntos del equipo.
Boca manejó los tiempos. Controló el rebote, sacó provecho de sus recuperos y mató por la vía rápida. Byron Wilson y Matías Sandes lastimaron con cortes hacia el aro, Paolo Quinteros destrozó la defensa zonal con dos bombazos y Martín Leiva se adueñó de la pintura. Dentro de estos parámetros el local sacó una luz de 13 (21-8) pero el lobo mejoró cuando Juan Manuel Rivero y Santiago Ramati ingresaron al campo.
El desarrollo del juego se modificó en el segundo cuarto. Boca se confió, perdió efectividad, comenzó a perder pelotas y dejó de correr el contragolpe, algo que el local sintió y mucho.
Eduardo Cadillac apostó por los juveniles y se sacó un pleno en la primera bola. Con la baja de Gustavo Oroná (contractura en el gemelo) y la no inclusión en el equipo de Gabriel Moravansky (problema en el tendón de aquiles), el lobo se bancó el segundo capítulo con una formación inusual compuesta por cuatro juveniles y un extranjero.
La visita con Cristian Cadillac, Rivero, Facundo Venturini, Ramati y Brown se hizo grande en La Boca y complicó el campeón. Quinteros no gravitó en ataque y los mens sana lentamente se fueron acercando. Brown continuó anotando en la llave; mientras que Ramati, en su mejor partido desde se llegó a Gimnasia, se cargó el equipo al hombro junto a Venturini.
Aquella ventaja de catorce unidades (35-21) se consumió y el lobo cerró abajo por cinco (48-43).
La remontada no quedó ahí. En los primeros dos minutos del tercer capítulo el lobo metió un parcial de 5-0 y con un triple de Rivero igualó en 48.
Hernández calmó a su equipo y a partir de ese momento Boca demostró porque ganó tantos títulos en los últimos meses. Un parcial de 23-4, en siete minutos, liquidó al lobo que de empatar en 48 se vio abajo por 71-52.
Con Quinteros como abandero de la remontada (12 puntos en el capítulo) y con Leiva anotando todo en la pintura, el local sacó toda su furia y aplastó por completo a su rival. Cadillac trató de calmar el temporal con algunos de sus jugadores mayores, pero Boca no dio a lugar y liquidó el asunto.
El último capítulo estuvo de más. Gimnasia intentó una reacción con los pibes, pero Boca, con Quinteros y Wilson encestando todo lo que tiraban, sacó una máxima de 27 y manejó la ventaja para sumar su tercer triunfo al hilo como local y llegar a la cima de la Zona Sur.
Boca Juniors (100): Juan Sartorelli 6, Paolo Quinteros 35, Byron Wilson 21, Matías Sandes 8, Martín Leiva 10 (FI), Dwigth McCray 7, Fernando Malara 4, Sebastián Festa 3, Alejandro Burgos 6, Juan Pablo Rotta 0, Leonardo Peralta 0. Entrenador: Sergio Hernández.
Gimnasia y Esgrima La Plata (77): Lucas Saúl 4, Gustavo Oroná 0, Jorge Sánchez 2, Christian Balcells 8, Rahein Brown 25 (FI), Juan Manuel Rivero 10 (x), Santiago Ramati 18 (x), Cristian Cadillac 2, Facundo Venturini 8. Entrenador: Eduardo Cadillac.
Parciales: 31-19, 48-43 y 76-59.
Jueces: Daniel Rodrigo y Juan Quesada.
Estadio: La Bombonerita.
Fuente: Pick and Roll 18/10/2004.
Ruben 10/11/2016
Que épocas aquellas, que DT, que plantel, que equipo por favor, Que contraste con lo que tenemos ahora una verdadera vergüenza. En lo que quedamos, a estar a un paso del tna y cumplir el objetivo de angelici.y lo triste es que el que estaba al frente del basket por esa época de oro es el mismo que esta ahora, Hay salvestrini como se puede ser tan mal tipo de por acatar una orden estas destrozando lo que vos mismo armaste en el pasado, no se entiende. Pobre Boca, Pobre Basket.
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