• 23-11-2024
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Festeja "Su Majestad"

El año pasado se había quedado con el grito atragantado. Michael Jordan había asistido a la gran final, en la que “su” Universidad de North Carolina se medía ante Villanova, quien terminó llevándose el título con un triple en el último segundo. Esta vez, la moneda cayó para el lado de los Tar Heels.

North Carolina se consagró campeón de la NCAA (el básquetbol universitario de los Estados Unidos) por sexta vez en su historia tras vencer a la universidad de Gonzaga por 71 a 65. Fue el tercer título en la historia para Roy Williams, el entrenador de los Tar Heels, equipo que ahora es el tercero más ganador en la historia de la competencia, detrás de UCLA y Kentucky. Por su parte, los Bulldogs se quedaron con las ganas de alzar el trofeo por primera vez en la historia.

La figura de la noche fue el base Joel Berry II, quien se llevó el previo al MVPf de la velada tras anotar 22 puntos (3/6 en dobles, 4/13 en triples y 4/8 en libres), repartir 6 asistencias y capturar 3 rebotes. Por su parte Justin Jackson, candidato a ser drafteado para la próxima temporada de la NBA, fue autor de 16 tantos, 4 tableros y 3 pases gol. Asimismo, Isaiah Hicks acompañó con 13 y 9.

Por el lado de Gonzaga, quienes llegaron a la final con récord de 37-1, Nigel Williams-Goss fue el máximo anotador con 15 puntos, producto de 4/14 en dobles, 1/3 en triples y 4/8 desde la línea. El mejor jugador de la conferencia oeste de la NCAA cerró su planilla con 9 rebotes y 6 asistencias.

El partido fue totalmente parejo, y recién en el final North Carolina logró torcer el trámite a su favor con menos de dos minutos en el reloj, cerrando el juego con un parcial de 8-0. Williams-Goss falló dos tiros en ofensivas consecutivas, a lo que los Tar heles no tuvieron piedad y contestaron con sendas anotaciones. Primero con Hicks con una arremetida bajo el aro, y luego con una corrida de Justin Jackson, quien volcó el balón desatado el delirio de la parcialidad “celeste”.

A la salida de dicha anotación el pivot polaco Przemek Karnowski cedió la bola, que fue robada por Kennedy Meeks. Luego, Berry desde la línea anotó uno y le puso cifras definitivas a la noche, para la inmensa alegría de Su Majestad, Michael Jordan.

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