Se podría resolver toda la nota en cuatro palabras: es una opinión personal. Pero voy a argumentar todo lo que vi, lo que se, lo que estudié, lo que analicé de este deporte en los últimos 30 años.
No se puede determinar lo mejor del básquet en un jugador, en un club, en una generación, en un ciclo, todo va avanzando, transformándose y serán en todo caso representativos de una era. Pero sabemos que de alguna manera debemos mensurar los hechos. Las herramientas para medir son tan intangibles como los argumentos, pero en el mundo de lo abstracto tenemos que tener algún parámetro de dónde agarrarnos.
¿Sirve decir todo lo que ganó? ¿Sirve decir los récords que son de su propiedad y lo serán por muchísimo tiempo? ¿Sirve, en esta idea de cualificar logros, decir que lo hizo en equipos distintos, en algunos casos armándolos desde cero?
¿Podemos utilizar para medir la influencia que ejerció en sus compañeros? O resta puntos en la valoración celestial que agarró del cuello a Campazzo, puteó a algunos árbitros, los persiguió por la cancha como a Pablo Estévez y Juan Fernández, se peleó con cuánto rival lo desafió y hasta con hinchas.
Todo eso viene en el combo de Leo Gutiérrez, el más maradoniano de todos los jugadores de la Liga Nacional, contradictorio, pasional, talentoso y muchas veces por fuera del protocolo que se exige para quedar bien con todo el mundo.
En lo personal, lo pongo desde hace rato en el top de los tres mejores de la historia de la Liga, pero todo se potenció cuando decidió ir a Mar del Plata. Llegó como reciente campeón con Atenas, todavía paladeando las mieles de una final inolvidable, y tomó la opción por un club difícil de contener, que desborda pasión. No existe la tranquilidad en Peñarol, no al menos si hay derrotas. Se respira compromiso por la vereda de ese club.
Todo aquel que haya leído el formidable libro de Hermann Hesse “El Lobo Estepario” recordará donde “El cartel ponía: Entrada sólo para locos, cuesta la razón.” Así tomó Leo Gutiérrez lo que nunca supuso que sería su última parada. En dicho libro, también se destacan algunas frases antológicas, de interpretaciones varias, pero que encajan como piezas perfectas del rompecabezas de la vida de un jugador.
Si el destino es tomar riesgos, Leo fue por todo, abandonó la comodidad del sillón conocido y se fue a armar su nueva casa, su nuevo mundo, con toda la posibilidad de fracasar, pero decía Hesse del Lobo estepario: “Lo que más odiaba era todo lo mediocre, normal y corriente.”
Se puso en sus hombros las mochilas llenas del peso de la presión. No tuvo a los mejores jugadores del momento, pero moldeó a sus nuevos compañeros a su imagen y semejanza. Con el lugarteniente de su vida moderna: Martín Leiva, con un entrenador de lujo, como Sergio Hernández, tuvo el amparo necesario para seguir construyendo la parte final del mito. Salir campeón de nuevo, con otro club. Y no solo lo logró, lo llevó al paroxismo de lo deseable: cuando todos gritaban “dale campeón” agarró el micrófono, miró a sus compañeros y dijo: “vamos por el bicampeonato”. Luego de conseguirlo repitió el ritual. El ADN de Leo Gutiérrez está hecho de un material extraño, que hoy no se consigue fácilmente: es 100% ganador.
Llegan en el recuerdo 200 anécdotas que se filtraron desde la intimidad de cada uno de los grupos que integró. Quizás sea lo más pertinente que las cuente Leo en su libro de memorias, pero solo resumiré que enfrentó dirigentes por sueldos adeudados al plantel, si había poco dinero hizo que cobren los juveniles y los casados con hijos primeros antes que él y los solteros. Fue el padrino deportivo de los juveniles, el hermano mayor de Campazzo a quien llevo todo el año a su habitación para moldearle la cabeza, cuando el corazón de Tato Rodríguez dijo “no va más el deporte profesional”.
Testarudo, obsesivo, imprudente, ganador, talentoso y con una personalidad avasallante, se sacó fotos con todos y atendió a todos lo que pudo en su paso por cada cancha. Tiene una medalla de Oro y otra de Bronce colgada del cuello pero no tira arriba de la mesa para discutir con nadie. En lo personal mi relación periodista-jugador con Leo Gutiérrez es delicada, pensamos distintos pero hay respeto. Y en mi caso, admiración.
La historia de la Liga Nacional ha dejado atesorado un puñado de nombres que están escrito a fuego en la memoria colectiva de los hinchas, pero no se trata de compararlos sino de entender el contexto: lo que hizo Leo Gutiérrez es único hasta hoy y deberán pasar 100 años para que sea repetible.
Si bien Manu Ginóbili, Luis Scola y Andrés Nocioni pasaron por Liga Nacional y volaron alto, la historia de nuestro torneo está contada como nadie y en primera persona por Leonardo Martín Gutiérrez, quien se erige como emblema de la competencia. Aunque queden cuatro partidos para disfrutarlo, uno ya debe ir preparando el alma para cuando el jugador le de paso definitivamente a la leyenda.
Pablo Tosal
@Pablo Tosal
Me quedo más tranquilo sabiendo esto.
chau, suerte y hasta luego mas alla que fue tremendo jugador Siempre fue un ser detestable en contra de los arbitros, buscando condicionar los fallos, manejando el cobro de foules de forma insoportable y gritando para que le cobren todo lo que él queria. Siempre manejo el "No" foules que le hacia a los extranjeros. En ataque fue una maquina de meter tiros importantes, eso no se discute, pero eso no quita lo otro fue mal tipo con sus propios compañeros, rivales, extranjeros... Cada foul que le cobraban le hablaba a los arbitros, cada vez que estaba parado en la linea de libres les seguia hablando. Sabia con que la cobraran una tecnica cada 10 partidos no le importaba. Repito como jugador fue un fenomeno, muy bueno Sampietro, Estevez, Rougier... todos los amigos de LEO Sino solo preguntenle a Campazzo, cuando lo agarro del cuello... Chau Leo segui cebando
ResponderEn la nota dice todo eso, veo que no lo leíste.
Muy buena nota pablo! Muy pocos se dan cuenta que solo faltan 4 partidos para q se retire el mas grande,ojala puedan apreciarlo! Crack leo,gracias x tanto!Fuiste la pieza clave para que Peña logre el éxito !! Tu alma y mentalidad ganadora es única! Gracias felo x no saber valorar al grandioso 10 y dejarlo ir! Saludos Hoy y por siempree .... Peñarol es mdp
ResponderLeo no solo sos peña, sos mdp, sos la liga, sos el mas grande y te retiraste en casa
ResponderLeo la realidad es que si te quedas en peña como dt vas a tener que traer a tus amigos, por que por lo que se sabe a vos no te quiere nadie.
Respondercomo dice el titulo ,para traer en el retiro del mas grande, cuando lo agarro del cuello a facundo, cuando ni facundo se enojo, y fue en un momento de calentura del partido, hay que tener mucha bronca acumulada , o envidia, o ser muy bolu. o realmemnte no tener nada, precisamente en que pensar mas importante
ResponderEs un jugador que me cae como el orto, pero un jugadorazo con logros que no se pueden discutir, no existe en la historia un jugador que una vez erigido como figura haya ido a cuatro clubes distintos (Ben Hur, Boca, Atenas y Peñarol), con obligacion de salir campeon y lograra un exito avasallador en todos ellos.- Y cuando se le exigio ser un jugador importante para le seleccion cumplio en los tres toneos grandes desde 2008 a 2012.-
Sin dudas el mas grande de la LIGA, dueño de una mentalidad avasallante y de muy buenas condiciones tecnicas, logro el exito deportivo (les recuerdo a todos que a esto se juega a ganar y mucho mas en el profesionalismo) en cada lugar donde estuvo e hizo mejores a sus compañeros en cada caso. Sin dudas en Peñarol lo vamos a extrañar horrores y creo que es un buen momento para
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pmj45640 25/04/2017
no me cae muy bien Leo Gutierrez, pero soy de Boca y reconozco que la ultima Liga que ganamos fue exclusivamente gracias a el, el empuje que tenia para su equipo no lo tiene nadie
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