Recorrer el país siempre genera una enorme satisfacción. Enriquecerse con diferentes culturas, maneras de vivir, de pensar, y encontrarse con gente de diferentes puntos que se mancomunan en un solo sitio. El basquet como gran referente, y el motivo por el cual las provincias se asocian y se enfrentan en un par de días. Todo dentro de diferentes ciudades, y cada uno con su prestigio, vivencias e historia para contar. En este caso, surgieron Cañada de Gomez y Las Totoras, en Santa Fe.
Sin dudas, que hoy Santa Fe es un gran sinónimo del básquet menor. Un trabajo notable, no solo en resultados, sino en la calidad de su trabajo y los jugadores que vienen saliendo de diferentes camadas. Sin dudas que merecía tener su Argentino y mostrarse en casa. No solo eso, sino mostrar lo que tiene como tierra, como su pachamama. En este caso, hicimos una primera escala en la apacible y cálida Las Totoras. Queda a unos casi 70 kilometros de Rosario, y a 30 kilometros de Cañada de Gomez, para tomar como referencias ambas ciudades.
En un principio, Totoras llevaba otro nombre. En 1875 nació como Santa Teresa, y Totoras era en realidad su estación. 100 años después tomó el nombre que lleva ahora, debido a que ya existía otra ciudad con el nombre de Santa Teresa ¿Esto es wikipedia? No, solo basta con pararse en una de las esquinas de la plaza 25 de mayo y leer su linda historia de vida. Su formación, su crecimiento y los cambios que tuvo. Tomo la denominación de ciudad, y se la considera la Capital Nacional de la leche. Contiene su fiesta todos los primeros sábados de diciembre.
Una ciudad con una calidad y formas que no se ven en todas partes. Primero y principal, todas las delegaciones cómodas y bien atendidas dentro del albergue municipal de la ciudad. Enfrente un parque de inmensas dimensiones, ideal para salir a correr, trotar, o bien salir a andar en bicicleta. Tal vez escribí la palabra clave. La movilidad por excelencia de la pequeña ciudad es justamente esa. Es casi increíble cruzar ciertas avenidas que contiene, encerradas dentro de la plaza 25 de mayo, y ver la cantidad de bicicletas que abundan. No solo eso, sino el respeto de parte de los autos para con la querida bici que siempre nos cautiva para hacer un poco de ejercicio.
Una ciudad tranquila, cómoda, y con un aire de pueblo, pero con una infraestructura de ciudad. Parques sumamente grandes, sitios para descansar, tomar aire, trotar, caminar y disfrutar de un interesante y lindo paisaje. La gente sumándose a la causa, y con gran predisposición para hacerse sentir bien a todos lo que llegan. Un silencio sorprendente, de esos que no se encuentra en ciudades que generalmente se recorren. Recomendable para un fin de semana de descanso, y olvidarse de los ruidos, autos, bocinas y todo estruendo que aparece en todo momento en las grandes ciudades del país. ¿Se imaginan entre ocho y diez bicicletas sueltas fuera del club por la noche? Muy difícil. Bueno en Totoras eso sucede. Ojala puedan mantener esa inocencia, y lo alejado que están de todo lo que estamos acostumbrados a vivir y cruzarnos.
Es como todo. Gente que prefiere un ambiente de ruido, acción en todo momento. O bien la que se estimula, y encuentra, como en Las Totoras, lo necesario para descansar, disfrutar y pasear. Lo más importante, y determinante es la presencia del básquet. Un pintorezco Club Unión, con tradición de fútbol, pero con una novedosa cancha de básquet y ambientarla para un torneo de estas dimensiones. Nosotros agradecidos de la atención. Gente que provee lo que tiene, y es cuestión de retribuirle con gracias, y solidaridad. Simplemente eso, y nada más. Fueron días sumamente prósperos, con el básquet como medio de todo, y charlas y más charlas regalando anécdotas de todas las provincias conjuntas. Hasta el domingo seguirá, y las nuevas provincias que lleguen tendrán el agrado de vivir el lindo sitio donde se hospedarán. Totoras simplemente gracias por tu amabilidad y gentileza. De esas cosas que no siempre aparecen tan vivamente y con tanta claridad.
Enviado especial a Santa Fe, José Fiebig
@Josefiebig
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