El draft es el sistema que tiene la NBA para regular la paridad entre los equipos poderosos y débiles de la liga, dándoles a los de peor récord en la última temporada la posibilidad de revertir su suerte eligiendo jugadores (provenientes de la universidad y del resto del mundo) que en el corto o largo plazo puedan cambiar el rumbo de la franquicia.
Casos como el de Michael Jordan, Stephen Curry o Lebron James, son algunos de los ejemplos mediante los cuales franquicias de mercados menores supieron elegir talentos que dieron un giro de 360 grados a sus escuadras, convirtiéndolos en campeones en el largo plazo.
El equipo de scouting, la visión para detectar talentos y una revisión extrema de la vida dentro y fuera de la cancha de los jugadores es clave para la elección de cada uno de ellos. Sin embargo, esto no garantiza el éxito y, muchas veces, jóvenes que pintaban para cracks se quedaron en la esquina del espectáculo. Sam Bowie (dos), Kwame Brown (uno) y Darko Milicic (dos) son algunos de los picks altos que nunca pudieron lograr todo lo que se esperaba de ellos.
Así como hubo fracasos en las elecciones, también se dieron aciertos y camadas que quedarán en la historia. La del draft de 1984 integrada por Michael Jordan, Hakeem Olajuwon, entre otros, la de 1998 compuesta por Allen Iverson, Kobe Bryant o la del 2003 en el que fueron elegidos Lebron James, Carmelo Anthony y Dwayne Wade son muestra fehaciente de que cuando se combinan el éxito con la suerte todo puede pasar y los anillos no tardan en llegar.
La generación del 2017 pareciera ser una de esas tocadas por la varita mágica, en la que muchos de los jugadores elegidos están cambiando el rumbo de sus franquicias. Contando con buena cantidad de minutos y con algunos hasta siendo protagonistas fervientes del éxito inmediato alcanzado por el equipo, los primerizos están demostrando que vinieron listos y que la elección para el novato del año será reñida.
Ben Simmons (Philadephia Sixers). Promedios: 17.3 puntos, 8.9 rebotes y 7.8 asistencias:
A pesar de haber sido elegido en el draft del 2016, el novato de los Sixers entra en la discusión porque no disputó ningún partido de temporada regular el año pasado. Con su polifuncional juego, el australiano tiene las llaves del equipo y emergió como la mamushka del equipo, adaptándose a lo que necesite su equipo de él en cada momento del juego. Con su inteligencia e impecable lectura dentro de la cancha, el número 25 está siempre una jugada por delante de todos y en varios momentos es el encargado de ser el base, subiendo la pelota y tomando la posta en los picks and rolls posteriormente. Por si esto fuera poco, la holgadez con la que resuelve cada acción no concuerdan con la de el novato promedio, siendo casi imparable cuando decide penetrar, especialmente en los contraataques.
En defensa, la velocidad de pies y su físico imponente permiten emparejarlo con cualquier interno y externo de la liga. Además es excelente leyendo las jugadas rivales y bloqueando en los tableros, situación por la que está promediando 0.8 tapas y 2.1 robos por partido. Como asignatura pendiente tiene que mejorar su tiro de mediana y larga distancia, en el que, de hecho, no convirtió ningún triple en la temporada 2017-2018. La cantidad de pérdidas que tiene por juego (cuatro de promedio) será otro de los apartados que deberá mejorar el australiano para que los Sixers puedan dar el gran paso.
Jayson Tatum (Boston Celtics). Promedios: 13.6 puntos, 5.6 rebotes, 1.3 asistencias:
El ex Duke entró en el quinteto titular de Boston luego de la lesión de Gordon Hayward e inmediatamente se transformó en uno de los mimados del entrenador Brad Stevens y en el más querido de la afición celta. A pesar de no tener un alto promedio de gol, el escolta se está destacando por su irreal porcentaje de triples (50%), su movimiento sin pelota y la defensa que, junto a Jaylen Brown, formó una falange defensiva que promedia 2.1 robos y 1.2 tapas por partido.
Callado, ordenado y trabajador son las cualidades de un joven que tiene un talento con el que otros sueñan, capaz de finalizar las ofensivas con un millón de movimientos similares a los de Kobe Bryant, Dirk Nowitzki, entre otros. Además es el novato que más minutos lleva jugados hasta el día de la fecha (941) y el primero en la estadística que mide la cantidad de victorias contribuídas por un jugador (porcentaje de victorias compartidas) con 3.6 de promedio.
Donovan Mitchel (Utah Jazz). Promedios: 17.8 puntos, 3.1 rebotes y 3.5 asistencias:
Con la idea de Gordon Hayward a los Celtics, el escolta proveniente de la Universidad de Louisville sorprendió a todos y está llenando el vacío dejado por el ex número 20. Sin tener respeto por nadie, la araña tomó Utah por asalto y es quien toma la pelota en los minutos decisivos, situación que le permite tener un índice de eficiencia de 15.9.
Es destacable, además de su personalidad, la selección de tiro que tiene el escolta, promediando un 49% de cancha y 36% de triple. Sus penetraciones punzantes, un primer paso mortal y la posibilidad de liquidar con las dos manos contribuyen a que sea alguien muy difícil de defender a pesar de su no tan alta estatura (1,90).
En defensa, su oportunismo y rápidos pies hacen que sea el prototipo ideal de jugador defensivo, pero su lectura para ocupar espacios todavía deja mucho que desear y deberá pulirla para convertirse en un jugador de elite. En los mano a mano sabe mantener la distancia entre el tiro y la penetración de su rival, sabiendo siempre cuando meter la mano para robar balones (1.7 robos).
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