Álvaro Martín es un ícono del deporte sin querer serlo, quizás ahí radique gran parte de su éxito. Pese a ser el relator de habla hispana más reconocido del continente, no pierde nunca el eje y camina con los pies sobre la tierra.
Falta un poco más de dos horas para que inicie la cobertura y todo el equipo de ESPN está reunido, ultimando detalles. Álvaro no se limita a relatar, sino que se involucra en las cuestiones técnicas de la transmisión. Como un director de orquesta, Martín acomoda las piezas para que sus compañeros se luzcan. Mientras tanto, nos acercamos para charlar con él.
Gentilmente, nos acompaña a un sector donde hay menos ruido. Conscientemente o no, Álvaro está pendiente de que todo salga a la perfección, incluso cuando él es el entrevistado. El tiempo para hacer la nota no abunda, pero Martín quiere cumplir con su palabra y con su inconfundible voz nos dice:”Si estás listo vamos para adelante, es el impacto del momento”, y así comienza la charla…
-Álvaro, ¿Cuáles son tus sensaciones de estar en Ciudad de México para narrar dos partidos de temporada regular?
Bueno, no es la primera vez que hago una nota con Pick And Roll, es la segunda o tercera, pero es la primera vez que lo hago fuera de Argentina, y eso habla un poquito del interés que su página y su medio tiene en el baloncesto y eso se aprecia muchísimo. Así que los felicito por tomarse el tiempo y el esfuerzo de venir para acá.
Hay dos cosas que a mí siempre me chocan cuando vengo a México; primero hay un nivel de cotidianeidad muy grande. Hay una estructura que tú ves en un partido NBA en cualquier cancha, y verlo acá, choca. Siempre se piensa que al ser un lugar distinto va a haber diferencias, pero no, hay todo un andamiaje y un procedimiento que se sigue al pie de la letra, al segundo. Lo ves en la práctica de las porristas; en el despliegue de luces; cuando revisan el reloj de los canastos, es algo que verdaderamente impacta.
Y luego, empezar a notar y a entender que entre los jugadores se está empezando a filtrar la idea de venir a jugar a México, como algo que no sólo es novedoso, sino también, interesante. Muchos te dicen “He estado en Cabo San Lucas, o en Cancún, pero nunca había estado en Ciudad de México y la verdad es que me encanta este lugar”, eso es muy importante para que la liga continúe viniendo para acá. Si a los jugadores les gusta venir a México, entonces vendrán a México y luego irán a otras capitales latinoamericanas.
-Te llevo a un terreno más personal. Título de grado en Harvard y maestría en Administración Comercial, tu carrera parecía orientarse hacia el mundo empresarial… ¿Cómo fue ese viraje hacia el relato deportivo?
Muchos se preguntan por qué hice el cambio que hice. Yo estaba haciendo unos estudios de peritaje para el presidente de ESPN en ese entonces, quería que evaluase sus operaciones internacionales. En aquel momento básicamente se tomaba la señal de ESPN de Estados Unidos y se doblaba. Querían saber a dónde había que ir, qué dirección tomar, etc. En la entrevista, (El presidente de ESPN) lee mi Curriculum y nota que fui locutor de radio en la Universidad, me volvió a tocar el tema varias veces. Yo pensé por dentro: “¿Qué tiene que ver?”, me extrañaba muchísimo.
Como parte del proceso me pidió que fuera a una cabina de transmisión y me pusiera los auriculares, cosa que hice. El que estaba al lado mío, persona a la cuál acababa de conocer, me mira en un momento y dice: “Nos acompaña Álvaro Martín, quien vio la primera mitad, tus impresiones de la primera mitad Álvaro…” No fue en cámara, en aquel momento era todo relato.
Salí un poco enfadado, me parecía una falta de respeto al televidente, aunque en aquel momento casi no había televidentes. Cuando salí, me dijo:” Me encanta lo que vas a decir en tu estudio analítico, pero me ayudarías muchísimo más si te quedas como comentarista”. Intenté y me gustó, no hay otra manera de describirlo. En aquel momento, por las condiciones de trabajo; la audiencia y la puesta, era una locura lo que estaba haciendo. Pero me gustaba, y creo que a la larga, uno hace su mejor trabajo cuando está entusiasmado, motivado y a gusto. Así que esa fue la decisión que tomé, muchos piensan que fue una locura…
-¡Muchos pensamos que no! Es un viaje que comenzó en el año 1990 relatando fútbol americano y a partir del 92` en la radio de los Knicks narrando básquet. ¿Qué sentís que cambiaste como profesional desde aquellos comienzos hasta hoy?
He tenido buenos compañeros, analistas. Hice una grandísima amistad con Ricardo Ortiz, el de Pigüé, vivimos esos primeros años. Pero creo que la llegada de Carlos Morales, a cualquier relator, lo envía a otra dimensión. Te das cuenta que tienes un libro, una enciclopedia de básquet, y tu responsabilidad es sacarle la mayor cantidad de información, retarlo un poquito, sin que se vaya muy delante de la capacidad del televidente, o de la mía de entender lo que está diciendo. Es un privilegio, yo creo que la diferencia está en que antes, si yo decía algún tipo de disparate, nadie se enteraba, ahora, él siempre tiene la salvedad de, cómo yo digo, enviarme a la aldea sin darme un golpe. Tiene esa virtud de decirme: “Bueno Álvaro quizás…” (Entre risas), y lo hace con mucha suavidad, así que es el lujo de cualquiera que se siente al lado de él.
El modelo estadounidense de colocar a un ex jugador, o mejor aún a un ex técnico y enseñarle el tema televisivo-mediático, tiene muchísimo peso. Sería interesante si pudiéramos repetirlo en América Latina, en múltiples deportes, yo abogo por eso. El televidente se beneficia.
Son 17 años con Carlos, él arrancó en Febrero del 2000. La química entre ustedes traspasa la pantalla. ¿Cómo construyeron esa relación?
Él estaba recién descartado como seleccionador de Puerto Rico, estuvo ocho o nueve años, y si observas un poquito la historia, nadie tuvo el éxito sostenido que tuvo él. Carlos estaba un poco golpeado por ese proceso. En ese tiempo me llaman porque tenía que hacer, por radio, un torneo de básquet de Universidades Estadounidenses que iban a jugar en Puerto Rico y me dicen que traer alguien de Estados Unidos sería muy costoso, pero que había un señor que de baloncesto sabía muchísimo, que estaba disponible, ese era Carlos.
Le mandé una serie de materiales por correo, cuando llegue a la cancha hablamos un poco. Yo no esperaba mucho de él, pero se lo había leído todo y sabía todo. Yo dije: “¡Uaaau con este señor yo puedo llegar al cielo!”. Fue una cuestión instantánea, lo que escuchan hoy, lo escucharon esa primera transmisión de radio. Es increíble, no lo puedes explicar… No lo conocía, ni teníamos muchos amigos en común.
Amor a primera vista…
Exacto. En Estados Unidos le llaman el “Bro-Mance”, un romance entre hermanos, una hermandad desde un principio, y así fue, desde el primer día.
-Además de NBA, relatas NFL para ESPN. A lo largo de tu carrera narraste automovilismo, beisbol e incluso un partido de dominó. ¿Cuál es la clave para ser tan polivalente en una profesión que exige conocer tanto?
Hay que mencionar que en la época inicial de ESPN había pocos narradores, por ende me llamaron y me pidieron que fuera relator, y en aquel momento había que ser polivalente. Recuerdo que me tocó una transmisión donde tenía beisbol por la noche, pero tenía una carrera de NASCAR en el día, y en la carrera empezó a llover, y se dilató por lluvia. Había que estar en los pits, en los boxes, traduciendo interminablemente entrevistas. El tema es que empecé a la una, y terminé a las doce de la noche ¡Once horas consecutivas!
Cuando terminó la carrera de NASCAR, se levantó mi colega y entró el de beisbol. En aquella época se hacía eso, lo cual no conduce a una transmisión de calidad.
En algún momento, un colega a quien respeto y quiero muchísimo, ya no está en ESPN, me observó preparándome para mil eventos y mil deportes y me dijo: “Esto no es sostenible, no vas a tener calidad de vida y no vas a poder verdaderamente profundizar en nada. Tenés que escoger y te va a ayudar, ten fe. Apuesta que, por lo que escojas y profundices, vas a tener suficiente trabajo”. Y así fue, fue el mejor consejo que me han dado a nivel profesional.
-¿Por qué elegiste el básquet y el fútbol americano?
En algún momento me tentaron a hacer fútbol, pero yo pienso que tenés que vivirlo un poco. Tenés que haber tenido algún tipo de acceso al deporte, haberlo jugado. Nunca jugué fútbol americano a nivel serio, pero tenés que tener algún tipo de sentimiento. Un “pibito” de cinco años que ha jugado fútbol sabe más de fútbol que yo, por más que lo estudie. Por lo tanto ese era el tema, buscar deportes en los cuales yo tuviera algo que aportar.
Mi nicho es Deportes en Castellano, dentro de mi nicho, no escogí el deporte principal. Yo siempre digo que estoy en un nicho, dentro del nicho, y no es una situación cómoda o fácil. Eso es parte de la razón por la cual laburamos de la manera en que laburamos (Álvaro tiene la deferencia de usar términos como “pibitos” o “laburar”, sabiendo que somos un medio Argentino). Recién lo hablaba con Carlos, no tenemos ventajas, tenemos que pelear para traer a un aficionado más. Sobre todo un aficionado acostumbrado al fútbol, que venga, escuche, se entere, se interese, se enamore y lo concretamos.
Es como los romanos, los cristianos en Roma, ¿Entendés? La actitud es esa. Por lo tanto no estamos en posición de ser sobrados ni de asumir nada. Estamos en una lucha contra un deporte que nos domina y que nos quita ventanas de transmisión en horas topes. ¡No es que le tenga odio al fútbol, es la realidad! Por lo tanto, la actitud es muy agresiva en ese sentido, y eso creo que le da el color a la transmisión.
-Pensando un poco en Argentina. ¿Qué visión tenés acerca de la Liga Nacional y del básquet en general en nuestro país?
La fortaleza del básquet argentino sigue siendo sus técnicos. Tienen un grupo y una cantera de técnicos, inclusive los jovencitos, que es verdaderamente admirable. El técnico argentino para mi es el baluarte, es el motor y la razón de lo que está pasando en el básquet en Argentina. Tienen que sentirse muy orgullosos de lo que tienen, y del proceso que produce cada vez más.
Creo que ahora la Confederación, con esta nueva directiva, está entrando con muy buenos bríos, sobre todo tratando de reforzar las bases, eso se nota desde afuera.
Lo que hace falta ahora es el tema de negocios, el tema industrial, apuntar al básquet como una industria.
Desarrollar el producto…
¡Exacto! Sobre todo a nivel comercial. No es que no lo hagan bien, no es fácil hacerlo.
Te voy a dar un ejemplo. Yo quisiera ver año a año, un sondeo nacional de popularidad de deportes en Argentina, anual y extenso, donde puedas dividir edades; localizaciones; género, todo. Cuán importante y cuán popular; cuánto se practica; cuánto gusta y por dónde lo ven. Si ven la liga nacional; si van a la cancha; si ven NBA o Euroliga; o a la Selección Nacional solamente, lo que sea. Es necesario que el estudio se haga anualmente para tú poder seguir las tendencias… ¡Sean buenas o malas, a mi no me importa! Poder seguir tendencias te informa y es lo que necesitas para poder despertar. Si puedo hacer una sugerencia, humildemente desde afuera, noto que en Argentina eso no existe y me pregunto por qué.
Es necesario hacer un sondeo anual, nacional. Y por más bajo que sea el número inicial, es la tendencia lo que importa. La información es muy importante, la métrica, para tú poder construir. ¡Vamos, eso es importante! Para sponsors, para intendentes, para todos.
¿Dónde está parado el básquet exactamente en este país? Saber dónde estás pisando es importantísimo.
Germán Genzel. En Twitter @gergenzel
Excelente entrevista, he seguido a alvaro martin por mas de 10 años y sigo pensando que la dupla que hace con el "coach" carlos morales transmitiendo NBA y la dupla que hace con raul alegre transmitiendo la NFL son por lejos las mejores del deporte, inclusive por encima de las propias en EE.UU.
ResponderEste tipo sabe de lo que habla; sería importante escucharlo. Todo suma. Y respecto a ESPN... Es una medio que no duda en ingresar a una competencia cuando entienden que hay potencial. Sería interesante preguntarles por qué no les interesa la Liga Nacional, o la Liga de las Americas, para saber como mejorar.
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Porte 19/12/2017
Q vaya a medir yardas con cadenas en el fútbol americano
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