La temporada 2016-2017 en la mejor liga del mundo tuvo de todo. Hazañas increíbles, consagraciones, reconocimientos, historias de lucha y mucho condimento polémico para formar un coctail que, añejado y con el paso del tiempo, se toma mejor.
El deseado campeonato alcanzado por el anti héroe Kevin Durant y sus Warriors, el promedio de triple doble de su (ex) amigo Russell Westbrook, la lesión de Kawhi Leonard que mermó la temporada de los Spurs, la sorpresa de Houston Rockets, el retiro de Paul Pierce, el año sin Kobe Bryant y la familia Ball son algunos de los momentos más destacados de la septuagésima campaña en la liga norteamericana.
TEMPORADA REGULAR
El año empezó cuando Durant decidió fichar en la franquicia californiana. A partir de allí, ex jugadores como Paul Pierce, ex compañeros y casi todo el mundo, atisbaron contra el número 35. Sin embargo, el alero decidió centrarse en su juego, no escuchar las críticas y responder en la cancha. Al lado de Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green, el ex Oklahoma potenció aún más el equipo de los Warriors, que se mostraron imbatibles a lo largo de toda la temporada.
Detrás de Golden estaban los Spurs de Popovich que, con Manu Ginóbili todavía como su pupilo, silenciosamente fueron venciendo partidos y se quedaron con el segundo puesto del oeste. En conjunto con ellos surgió Houston Rockets, el equipo en el que Mike D´Anthony se atrevió a poner a James Harden de base. La apuesta no le salió mal y el número 13 se encargó de mantener a todos felices, repartiendo a su parecer el balón y castigando cuando debía hacerlo con penetraciones o su excelente tiro. Tan buena fue su campaña que el base-escolta peleó hasta el final con Westbrook por el MVP (jugador más valioso por sus siglas en ingles).
En el este, Boston Celtics y Cleveland Cavaliers estuvieron un escalón por encima del resto y se quedaron con el puesto uno y dos de la conferencia respectivamente. Por detrás de ellos estuvieron los Wizards de John Wall y los Raptors de DeMar DeRozan que poco pudieron hacer estos ante la supremacía del equipo de Stevens en temporada regular y el dominio de los de Tyron Lue en playoffs.
Un escalón por debajo estuvieron los Hawks, Bucks, Pacers y Bulls, quienes tuvieron récords parecidos y no hicieron mucha oposición a los pesos pesados, contribuyendo al mal estigma que se tiene de esta conferencia y trayendo a flote la idea de eliminar las divisiones para que solamente los 16 mejores de toda la liga clasifiquen a playoffs.
LA CONSAGRACION DE WESTBROOK Y LA PELEA POR EL MVP
Russell Westbrook estaba herido y decidido a cargar a los Thunder (y a toda la ciudad) en su hombro. Jugando en modo bestia, promediando 31.6, 10.7 rebotes y 10.4 asistencias, el base se llevó el premio de jugador más valioso tras imponerse a un descomunal James Harden, en una situación que todavía sigue generando debate entre los amantes del baloncesto. Tiros sobre la chicharra, volcadas espectaculares y pases poco antes vistos por parte del número cero fueron su carta de presentación. Acompañado por un discreto Victor Oladipo, Russell encontró en Steven Adams el complice perfecto en la pintura y el pivote no dudó, materializando las asistencias de su compañero con grandes movimientos para resolverlas.
PLAYOFFS
Con excepción de los campeones, San Antonio Spurs, Houston Rockets, Los Angeles Clippers, Memphis Grizzlies, Utah Jazz y Oklahoma City Thunder estuvieron en el mismo nivel de competitividad y la lucha entre todos fue digna de un cuadrilátero romano. La serie a siete juegos entre los de Gordon Hayward y los de Blake Griffin, Popovich y compañía frente a Marc Gasol y luego los primeros contra un James Harden que se encontraba en su mejor versión son ejemplo fehaciente de unos playoffs que nadie quería dar por finalizados.
En el este, la supremacía de Cleveland fue tal que, en las finales de conferencia, barrieron sin oposición a Boston Celtics, el único equipo que estuvo por arriba suyo en temporada regular. A pesar de esto, la lucha física y a puro golpe entre los segundos y Washington Wizards fue un enfrentamiento que quedará en la historia por la aguerrida forma de jugar por parte de ambas franquicias, con odio mutuo y sangre en el ojo, pero con mucho amor propio.
EL RETIRO DE PAUL PIERCE
En medio de la eliminación de los dirigidos por Doc Rivers ocurrió uno de los momentos tristes: Paul Pierce decidió colgar sus zapatillas tras la derrota de Los Angeles Clippers frente a Utah Jazz, en una serie que (seguramente) provocó un par de infartos a los espectadores. Entre lágrimas, Pierce ya sabía que la temporada pasada iba a ser la última. Luego, el número 34 fue homenajeado por Boston Celtics al firmar un contrato simbólico de un día, permitiéndole al jugador retirarse en el equipo que lo drafteó y con el que salió campeón en el 2007.
LA REDENCION
Tras perder las finales ante los Cavaliers de Lebron James en el 2016, Stephen Curry y los suyos estaban más motivados que nunca. Rompieron el mercado al contratar a Kevin Durant, consiguieron jugadores de rol como Zaza Pachulia, Matt Barness y Javale Mcgee y mantuvieron la base de hace varios años. Con la incorporación de Kevin, los californianos agregaron esa pieza que le faltaba al rompecabezas, el asesino perfecto capaz de destronar el legado de Lebron James. Junto a él, un juego de equipo en un conjunto en el que prima lo colectivo sobre lo individual y el grupo por encima de cualquier cosa. Tal es así que, sin importar quien estaba en cancha, la situación y el desenlace eran siempre los mismos.
Los de la bahía de San Francisco fueron un equipo que supo escribir su propia historia de superación, llegando por tercera vez consecutiva a la final de la liga, mejorando cuando todos pensaban que ya no podían hacerlo y lográndolo con antagonismo frente a lo que propone la individualista NBA de hoy.
Un sistema que evitaba que los jugadores se queden quietos en ofensiva, moviéndose constantemente con múltiples cortinas y desequilibrando con la buena eficacia exterior de casi todos los integrantes del plantel. Además, fueron capaces de adaptarse siempre a su rival y mutaron como un camaleón en base a lo que estos le daban, llegando a parecer débiles por momentos, pero sorprendiendo en los últimos cuartos.
Golden State logró lo que todo equipo sueña. Una dinastía que empezó de abajo y consiguió casi todo sus jugadores por medio del draft. Desarrollándolos pacientemente, con cambios en la cadena de mando, con muchos fracasos y siempre aprendiendo. Paso a paso, los Warriors fueron proyectando la realidad en la que estuvieron en el 2017, donde todos jugaron a las damas, mientras ellos ya jugaban al ajedrez.
Nacho Miranda
@nachomiranda14
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