Finalizó el TBFU16 en Turquía, donde Argentina volvió a jugar, competir y dejar su huella. Año tras año el elenco U16 albiceleste impone su mejor versión, y con seras mejoras en su andar, defensa y desde el costado físico. Sin dudas que la presentación realizada este año fue de las mejores, y no por la posición conseguida, sino por el resultado de juego y presencia. Sin dudas que poco importa en este tipo de torneos terminar tercero o cuarto, cuanto más alto mejor, pero hay otros objetivos.
Competir con los elencos europeos, probar cual es nuestro techo, y cuales son las prioridades a la hora de volver y ajustar para potenciar la materia prima. Argentina pasó varias barreras, y lo hizo en resultados y su calidad para jugar cada encuentro. Tuvo que enfrentarse con selecciones de todo tipo. Elenco U17, U15 y los U16 europeos de mucho peso. ¿El saldo? Totalmente positivo. Un repaso las virtudes y lo presentó Argentina para irse con los bolsos llenos de aprendizaje y con peldaños escalados en pocos días.
El elenco de Farabello fue con enormes expectativas a Turquía. Un elenco conformado por una base que venía, trabajando y otros jugadores que aparecieron (algunos por sorpresa) en el roster de 12 jugadores. Hubo cantidad de entrenamientos para un clase 2002 sumamente talentosa, con buena talla, que si bien no es como la de camadas anteriores, era muy competitiva. Argentina se apoyó para ir en jugadores de buenos centímetros, con experiencia algunos en LDD, casi todos jugando Argentinos para su provincia también. Sorprendieron las presencias de dos jugadores en realidad.
La elección del talentoso Mateo Perez de enorme Argentino de Clubes con Náutico de Rosario, y del interno U15, Augusto Roveres. En este último caso, buscando proyección y experiencia para una de las joyas en dicha posición. Argentina no contó con internos tan altos como en camadas anteriores, pero sí mejorados en otros apartados. Eso se valoró pensando en la idea de juego y lo que presentaría luego nuestra selección en Europa.
Argentina disputó su zona con China U17, Turquía U15 y Bosnia, En principio buenos retos pensando en las siguientes ruedas donde chocaría con gigantes europeos. Cada rival presentó diferentes fisonomías en su juego y en su calidad. Argentina tuvo que ir adaptando a lo que enfrentaba, aunque tuvo una idea de juego que la llevó a cabo en todo momento. Mantuvo siempre su formación (Diaz - Rossi - Gauto - Ott - Fernandez) y se las arregló para competir siempre, mostrar sus recursos y con una banca muy sustentable.
El comienzo no fue nada fácil. China, con un año más de experiencia y ventaja mostró fundamentos, talla y buen nivel en general. Argentina siempre mostró una concentración enorme, y sumamente focalizado en lo que quería hacer dentro de la cancha. Nada sencillo para chicos de entre 15 y 16 años. Sacó de la galera un duro encuentro, para luego imponerse ante el U15 local y más tarde ante Bosnia. Tal vez ante éste último, tuvo mayores grietas de juego y concentración, pero con ráfagas de velocidad, y una intensidad defensiva que fue uno de los caballitos de batalla del equipo.
El punto fuerte estuvo en el encuentro de cuartos de final. Argentina fue de punto ante el local Turquía U16, aunque realizó un trabajo fantástico en ambos costados. Recursos para jugar, mostrarse como alternativa en ataque estacionado con sistemas y creatividad, y corriendo para desbordar al rival. Se deslomó para no tener problemas en la pintura, y su intensidad y fiereza fueron claves para dar el batacazo del torneo. A eso, agregarle que pudo haber desplomado a Lituania, aunque hubo claras diferencias en detalles de juego y definición.
Argentina le costó estar fino con el aro, sus tiradores alternaron buenas y malas, y a pesar del esfuerzo, y de las muestras colectivas, no pudo quedarse con la victoria. Si bien cerró con derrota ante China, la competición que mostró el equipo fue formidable en el mano a mano contra todos sin titubear. A diferencia de años anteriores, Argentina no estuvo tan lejos de sus rivales europeos. Pudo progresar desde lo físico, no perder seguido en el poste ni en los uno contra uno. Tiene necesidad de mejorar en la técnica individual, en su juego y velocidad de piernas, pero dejó una huella de calidad pensando en seguir disputando el TBFU16.
Desde el juego, Argentina tuvo las cosas claras de como atacar y defender. Como dice la frase "sin intentos no hay aciertos", y eso hizo Argentina siempre. Intentó hacer cosas distintas, crear en ofensiva y poner en problemas a cualquier rival que tuviese enfrente. Con dos internos muy rendidores como Fernandez con sus 2,05 y Ott con sus 2,01 saliendo constantemente de la pintura. Argentina jugó el tan nombrado basquet moderno. Sin internos centrados en el poste, que sean alternativas comenzando del eje, asistiendo a los perimetrales, y cuando fuese necesario entrar a la llave e intentar hacer la diferencia. Ambos buscaron mucho la puerta de atrás, y con paciencia que los aleros lleguen al aro. Bednarek también hizo ese trabajo pero más cerca del aro al igual que Roveres. El albiceleste contó con perimetrales muy largos que hicieron de todo. Rossi siendo un todo terreno, con menos gol pero importante en diferentes funciones. Gauto y Copes como ejes de ejecución, bien coordinados y con el aro entre ceja y ceja. Conte Grand siendo más desequilibrante en el uno contra uno, y cumpliendo bien en defensa (no es poco para un anotador puro).
Los bases enmarcaron el juego con su calidad. Tanto Diaz como Landi con excelentes piernas y desde su dribbling haciendo algo diferente. Encarando el aro, descargando y generando juego y gol en velocidad desde el ataque estacionado. Lo propio Mateo Perez con su calidad de gol y elegancia para distribuir y atacar. Fueron de los pocos jugadores que pudieron ganar en el mano a mano, lo cual habla de donde tenemos que trabajar. A Argentina le costó generar esa situación de escoltas y aleros que tomen las riendas y lleguen al aro con creatividad y fuerza de piernas para anotar. Asimismo, de encarar al aro con fiereza pero con ingenio sin chocar y sin el resultado esperado. Sí es necesario mejorar la calidad de pases, paciencia, que los tiradores se convierten en todo terreno. Todo a su tiempo lógicamente.
Dentro de ese marco, el juego asociado, la intensidad en defensa, correr en velocidad, tener internos protagonistas con buenos recursos, son datos más que alentadores. Diferencias respecto de torneos anteriores para las camadas U16. El nivel y la materia prima es buena y de calidad. Argentina afrontó con categoría el torneo, y va acercando su basquet a lo que se impone hoy por hoy. En ese apartado, los chicos aprobaron con creces. Por ende... Bienvenidos al tren...
José Fiebig
@Josefiebig
José Fiebig
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