Vive tomando decisiones, como todo entrenador. Sin embargo, esta vez no se trató de un rectángulo de juego, zona u hombre, correr o parar la pelota.
"Es un hasta luego, no un adiós. Necesito tomarme unos años para disfrutar del crecimiento de mis hijos y estar más en familia. Siempre seguiré colaborando en la Asociación para lo que necesiten, desde mi experiencia y desde estos 18 años que llevo al frente de distintas selecciones. Es el momento. Quizá en tres o cuatro años, si la ABB me necesita, voy a estar como lo hice siempre", le contó a La Nueva. el DT Andrés Iannamico, tetracampeón con la selección mayor de Bahía Blanca en torneos provinciales, tras la conquista en San Nicolás.
El entrenador se hizo cargó allá por 2015 y, junto a Emiliano Roldán, cortó, en Olavarría, cuatro años de títulos juninenses. Luego repitió en Punta Alta, en 2016, junto a Mario Errazu, Martín Luis y Lisandro De Tomasi, y alcanzó el "tri" el año pasado, otra vez en la ciudad del cemento, asistido por Errazu y De Tomasi.
"Desde que agarré, gané en experiencia, en enriquecimiento en cuanto a formar grupos de trabajo y gané en felicidad. Lograr cuatro campeonatos seguidos a uno le genera mucha emoción, más dirigiendo a Bahía Blanca, algo que disfruto y lo vivo muy apasionado. Viví algo hermoso estos cuatro años y lo disfruté al máximo", sostuvo.
Aquella seguidilla de Junín (2011 a 2014) influyó al momento de armar el plantel de cara a 2015. Algo que ahora, con Bahía, acostumbrado a ganar como en las viejas épocas, no cuesta tanto.
"Basta con acomodar algunas piezas del equipo que salió campeón el año anterior. La base del equipo y algunos juveniles han estado en el proceso y eso también ayuda porque es un aprendizaje para ellos. El ganar siempre ayuda, por más que el perder te debería motivar a seguir mejorando. Además, esto de juega por la camiseta. Los jugadores disfrutan el momento y disfrutan jugar al básquet por placer. Eso es muy importante", señaló.
En esta oportunidad, la Selección dominó a pura personalidad el certamen, generando juego, confianza y actitud ganadora desde el primer partido hasta la final, ante Zárate.
"Siempre sentimos que la final no se nos escapaba. Con San Nicolás, en la semifinal, en menor medida, pero tampoco sentí que podíamos perder, porque teníamos jugadores con capacidad de resolver en los momentos críticos. La tranquilidad te la transmitían de adentro hacia afuera", contó Iannamico.
Fuente: La Nueva
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