Con Melisa Gretter, Débora González, Andrea Boquete, Ornella Santana y Mara Marchizotti en cancha, Argentina comenzó el segundo cuadrangular de preparación en Xingyi, ante Australia.
A diferencia de lo ocurrido días atrás, el planteo ofensivo de la celeste y blanca dejó como segunda opción el pick central como iniciador de juego, y con más rotación del balón por el perímetro, la constante siguió siendo el hecho de tomar la opción viable de tiro en pocos segundos.
Con un interesante trabajo de Marchizotti en ambos costados del campo, el promedio del capítulo encontró a las nuestras equiparadas en 4, para luego, un par de posesiones más tarde, pasar al frente 7-4.
La respuesta oceánica no tardó en llegar. En los siguientes dos minutos establecieron un parcial de 5-0 (9-7), que las devolvió arriba en el electrónico, a base de un ataque que leyó los cambios defensivos propuestos, y castigó las ayudas.
Con la rotación nacional activada, el rendimiento colectivo no mermó, al punto tal que un triple de Andrea Boquete las volvió a dejar arriba (11-10); sin embargo, en la última acción, una respuesta idéntica hizo que lleguen al segundo cuarto abajo por la mínima (13-14).
Casi en una constante de los cuatro encuentros, ese sería el periodo más flojo de Las Gigantes.
De movida, se hicieron evidentes los problemas al momento de capturar el rebote en el aro propio, y a eso se le agregó desajustes en el cambio de marcas. En consecuencia, Australia aprovechó eso.
Cristian Santander buscó variantes para salir del mal momento. En ataque probó con la doble base (Durso-Gretter) y en defensa, con más comunicación.
Pese a llegar al punto medio apenas uno abajo (17-18), en los siguientes dos minutos las australianas se despegaron con un 7-0 (17-25), que al momento de encarar el descanso largo se convirtió en un 11-0 (17-29).
Argentina apenas consiguió 4 tantos en esos 10 minutos, bajando la mitad de los rebotes que su adversario en el primer tiempo (13-26).
Con el regreso de zona de vestuarios, la celeste y blanca mostró otra cara. Con mayor compromiso al momento de cargar los cristales, y un dinamismo superior en ataque, nuestro equipo volvió a ponerse en partido.
El rédito a su mejor contracción defensiva no fue pleno, debido a que en ofensiva, y pese a generar opciones más viables, el balón no entró. Esa falta de eficacia las hizo ingresar en una meseta de allí al final, y nuevamente el oportunismo australiano se hizo sentir.
Con el bajo porcentaje de campo de ese lapso, el rival ajustó de diferente manera las marcas, y llevó a las nuestras a resolver apremiadas por el reloj, sin llegar a ser punzantes.
Con ese panorama (26-43), Las Gigantes arribaron al último capítulo, en el cual nuevamente se vería un punto alto en su actuación.
Luego de unos primeros minutos donde la brecha siempre se mantuvo alrededor de los 20 puntos, poco a poco, y sin escatimar en esfuerzos, nuestras chicas comenzaron, de atrás hacia adelante, a recortar la diferencia.
De estar 29-48 abajo (al completarse el cuarto minuto), la celeste y blanca se arrimó 34-48 en los siguientes tres (parcial de 5-0), y se puso 38-48 de cara a los 60 segundos cúlmines (a esa altura la racha era de 9-0).
Recién en la última acción las australianas consiguieron convertir, habiendo completado una sequía de seis minutos, atribuida en gran parte, al sacrificio defensivo nacional.
Este viernes, en la continuidad del segundo cuadrangular, Las Gigantes se medirán ante China, nuevamente a partir de las 5:00 (hora de nuestro país).
Emanuel Niel
@ManuNiel
www.pickandroll.com.ar
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