No sé si existe una palabra que pinte de cuerpo entero esa sensación que a veces uno tiene cuando sabe que algo está por suceder pero, de tanto negarse a creerlo, se convence de que finalmente no ocurrirá. Va más allá de una negación. El problema es cuando, indefectiblemente, el hecho se vuelve realidad.
Ahí caemos en la ¿tristeza?, ¿desazón? Vístanlo con la ropa que más les guste. Emanuel Ginóbili anunció su retiro de básquetbol profesional y las olas del vacío nos tapan por completo mirándolas estupefactos, como quien no estuviera prestando atención y es agarrado por sorpresa.
“Con una gran mezcla de emociones les cuento que decidí retirarme del básquet. ENORME GRATITUD para mi familia, amigos, compañeros, DTs, staff, aficionados y todos los que fueron parte de mi vida en estos 23 años. Fue un viaje fabuloso que superó cualquier tipo de sueño. GRACIAS!”
Así corren las noticias hoy. Solo bastó un tuit para que “todo” el mundo del deporte se enterara de la noticia y reaccionara en consecuencia. Seguramente, más adelante habrá lugar a una conferencia y su correspondiente y merecidísimo homenaje. Pero hoy esas palabras alcanzaron para pegar el sacudón.
No es para menos, ni tampoco es casual lo que ese mensaje via Twitter causó alrededor del planeta. Todos los portales, argentinos y extranjeros, periodistas, deportistas y ex compañeros todavía continúan deshaciéndose en elogios para con Manu, quien no solo se conviritió el en el mejor basquetbolista argentino de todos los tiempos, sino también en un íncono ineludible para la historia de nuestro deporte, embajador fundamental de latinoamérica, la voz de toda la comunidad de habla hispana de los Estados Unidos y, a fuerza de enormes actuaciones, “estrellas entre las estrellas” para los propios estadounidenses.
“Te veo en Springfield, Manu”, sentenció el prestigioso periodista Adrian Wojnarowski haciendo referencia a la futura introducción del bahiense en el Salón de la Fama de la NBA, que tiene sede en aquella ciudad. Si bien no es vital dicha muestra de respeto, sí habla por sí sola a sabiendas de que Ginóbili - junto con la Generación Dorada - significó un hecho contracultural para NBA y la USA Basketball, ni más ni menos. Pero fue Manu el que tomó la lanza e irrumpió a puro talento y liderazgo.
¿Vieron? Nos acostumbramos a leer y escribir la palabra “liderazgo” como su fuese normal que un sudamericano lo aplique en la NBA; Eso es Ginóbili para el básquetbol, argentino y mundial. La idiosincrasia basquetbolística de EE.UU se vio ruborizada tras la medalla de Oro en Atenas, el paso cada vez más firme de Manu en San Antonio y la construcción de la mente brillante de Gregg Popovich, el sol del sistema en el que todo giraba a la perfección.
Emanuel Ginóbili no solo se caracterizó por su gran talento.Uno de sus principales razgos como jugador fue su inteligencia. A lo dicho sobre el liderazgo, hay que agregar su condición de entendedor del juego, dentro y fuera de la cancha. Fue uno de los principales exponentes de la “cultura Spur”, esa que creo Popovich y expandió haciendo del equipo texano una de las principales franquicias del deporte de los Estados Unidos.
De allí radica, en parte, la capacidad de Gino de perpetuarse a través del tiempo. Saber qué darle al equipo en cada momento es mucho más fácil de decir que hacer, sobre todo en un mundo dominado por los grandes egos, lo que explica porqué solo 402 de los 1275 partidos que disputó (tanto en temporada regular como playoff) fueron en condición de titular, cuando seguramente en la gran mayoría de los otros equipos hubiese entrado entre los cinco iniciales.
Si bien el anuncio careció de explicaciones, quizás las razones encuentren cobijo en que ya no crea que le quede algo para dar. Toda su sabiduría, su inteligencia, astucia, voz de mando y magia quizás se hayan plasmado hasta la última gota en los rectángulos de juego de la NBA. El último goteo fue durante la temporada pasada, en la que promedió 20 minutos - la tercera marca más baja de su carrera - y dio pinceladas que provocó la euforia de propios y extraños.
Hoy, con un equipo totalmente direccionado hacia nuevos horizontes ante las salidas de Tony Parker, su ladero inseperable junto a Tim Duncan, y Kawhi Leonard, el jugador por el cual se formaba San Antonio, seguramente Ginóbili no encontró más para generar desde sus posibilidades, y haya entendido que la reconstrucción esta vez deberá pasar por otras manos.
Como siempre, el “gracias” queda chico, y a medida que el tiempo profundice sus huellas más entraremos en razón de la calidad de deportista que acaba de decir adiós, incluso aquellos que han tenido algún enojo con él. Espero que hayan alcanzado a disfrutarlo.
Sebastián Ciano
@Seba_Ciano
Imposible contener las lágrimas en este momento. Aunque ya sabíamos que, por una cuestión de la naturaleza misma, esto iba a llegar. Sé que no va a leer jamás estas palabras pero solo me queda decirle GRACIAS MANU!! Gracias por tanto. Le agradezco a Dios haber sido contemporáneo a toda esta generación de la cual eras el abanderado. El distinto entre distintos. Creo que no tenés idea el legado que dejás. Qué carrera hiciste flaco! GRACIAS
ResponderSoy de gimnasia de comodoro pero me gustaría q juegue en Bahía aunque sea 6 meses y se retire en la liga para verlo eternamente gracias manu por hacernos delirar con vos y es generación q va ser difícil de ver gracias eterna manu crack
ResponderSi juega en bahia. Los demas juegan x el 2do puesto.
Siempre pensé lo mismo, aunque Manu seguramente muera en lo Spurs y quede como asesor o D.T., me hubiera gustado verlo por lo menos una temporada acá, le daría a la Liga un vuelo que no tiene hace rato (y sabemos gracias a quienes)
Con un simple GRACIAS no alcanza para expresar todas las emociones que me hizo sentir en todos estos largos años. El solo hecho de haber visto su pasión por el deporte, la incansable necesidad de no rendirse nunca, y la facilidad con la que demostraba continuamente como se tiene que jugar al basquetball, ya es un recuerdo inborrable de mi memoria y que quedara para las siguientes generaciones. GRACIAS IDOLO!!!!!
ResponderEste tipo me generó tanta alegría adentro de una cancha y tanto orgullo fuera de ella que se me escapan las palabras, quedándome la rara sensación de que cualquier cosa que diga sobre Manu es insuficiente. Simplemente, gracias Manu.
ResponderHay un tiempo para todo. Hasta lo mejor alguna vez se termina... Somos afortunados de haber sido contemporáneos de Manu y la GD, porque nunca nadie había puesto tan alta la vara en el basquet nacional. Lo que Manu deja como enseñanzas y la alegria que nos queda en las retinas y la memoria, será muy difícil de empardar. Nobleza obliga, el GRACIAS sale del corazón, pero, como en las películas donde muere el héroe al final, nadie quiere irse del cine, esperando alguna señal que aliente alguna esperanza de resurrección. Aunque mas no sea un partido despedida en la Argentina. Donde sea que se haga, allí estaré..
ResponderSe relajan los gigantes, se atrincheran las quimeras, vuelve el sueño a sus estantes porque Manu ya no juega. Retoma el reloj su cuenta, no hay quien burle al calendario si el pibe de los cuarenta no acude al milagro diario. No hay caños ni palomitas ni un mago blanco y valiente que convierte en hormiguitas moles morenas ardientes. Duende mágico y guerrero, perro de presa exquisito, zurdo estilete certero, coleccionista de hitos. Nos enseñaste a volar encima del desconsuelo; nos enseñaste a ganar sin sacar los pies del suelo. Señor de los cuatro anillos. Rey del Olimpo y de Europa. El más listo entre los pillos, el más bravo de la tropa. Bahía Blanca en el planeta, Argentina por los cielos, Yankilandia boquiabierta y los récords por los suelos. Del Big Three más majestuoso, de aquellos héroes dorados, de este juego tan hermoso vos sos nuestro abanderado.
ResponderAcaba de anunciar su retiro una leyenda, construida por si mismo a partir de su convencimiento, su tenacidad y un espíritu de competencia indomable. Es tan difícil la tarea de pasar del anonimato a ser una hito en la historia del deporte y ganarse el respeto del mundo, como elegir el momento exacto de decir basta. Desear ser alguien es el génesis de una leyenda, ser capaz de conseguirlo es para valientes y elegir cuando retirarse con la cabeza en alto es sabiduría pura. Emanuel es un espejo solo parecido a si mismo, inigualable, un guerrero de armas limpias, un embajador del deporte argentino, con la impronta de los genios, con el hambre de los elegidos y con la humanidad de los grandes. Hoy deja un espacio difícil de llenar porque mas allá de ser un extraordinario jugador de basquet, deja una huella imperecedera de honestidad, educación, ética de trabajo y humildad. El peso de las medallas ganadas y los anillos conseguidos dimensionan solo una gran porción de su carrera, porque alcanzar la cima de la gloria es el corolario de su lucha y de su esfuerzo…….pero no olvidar sus raíces, sus amigos y su ciudad enaltece su grandeza. Gracias por tanto, Manu!!!!!!!!!!!
ResponderQue estara esperando tinelli para pagarle mas que los spurs en toda su carrera para llevarlo a CASLA y emparejar un poco mas la liga? Borro deberia interceder para q eso suceda... Gracias eternas manu! Te vi jugar en vivo la Liga, cuando ya demostrabas que eras distinto. No creo q exista otro igual, menos como viene la mano para los pibes de nuestras canteras. Ojala algun dia agarren la manija de la ADC junto al resto de los miembros de la GD y haga las cosas mucho mejor del desastre que estan haciendo ahora Gracias infinitas manu!
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Dale Verde Concordia 27/08/2018
Simplemente. Muchas gracias!!!
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