Corazón valiente

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.com.ar)
• 09/05/2004
• (72 comentarios )

Todo Corrientes festeja, con gritos, llantos, euforia en general, carnaval en pleno otoño. Es que un equipo histórico del básquetbol del Norte del país logró el sueño de llegar a la Primera División, para codearse con los grandes.

Con 5000 personas en las tribunas el equipo de Silvio Santander tuvo que dejar 10 minutos en el camino para sacarse los nervios de encima. Desde el segundo cuarto, Regatas mandó en la cancha, fue más equipo y tuvo respuestas de sus individualidades, situación que Conarpesa no gozó.

Fueron dos partidos en uno. Los primeros 10 minutos fueron del equipo de Oscar Sánchez. Conarpesa salió mejor parado en la cancha y luego de soportar dos triples de Romay (6-2) metió un parcial 0-11 para escaparse 6-13.

Apresurado, dubitativo y errático estaba Regatas que a falta de 4:00 había tirado 0/7 en dobles y 2/4 en triples. Conarpesa dominó los rebotes y no dejó chances. Pero Santader pidió minuto, el local se hizo fuerte en defensa y en un breve pasaje puso las cosas iguales en 15. La racha final para cerrar el primer cuarto le favoreció a la visita por tener 3/3 en triples.

Con el inicio del segundo cuarto vendría la máxima diferencia que gozaría Conarpesa en la noche (19-27), pero la tercera falta de Sánchez lo obligó al Huevo a pedir minuto (21-27 a falta de 8:00). El técnico bahiense mandó a su equipo a una zona defensiva 2-3 para proteger de faltas su personal (también Riolfo se puso con 3 foules).

No obstante la táctica salió mal. La defensa fue permeable (sobre todo por el eje) y con rompimientos y buen juego de pases regatas la desarticuló. Martín Melo fue el abanderado, pero Mich Brand que ingresó desde el banco lo borró a Okosa para que Regatas metiera un parcial de 16-0. (35-27).

Cuando Conarpesa abandonó la zona, el partido ya estaba en manos del local que logró sacarse el clima de encima y se metió de cuerpo y alma en el partido. La diferencia se fue ampliando a medida que se acercaba el fin de la primera mitad, merced a los pobres porcentajes de la visita, que forzó mucho las situaciones.

Un doble de Okosa rompió el parcial de Regatas y la sequía de los sureños que estuvieron 6 minutos cuarenta segundos sin convertir.

Al regreso del descanso largo, nada cambió. Regatas quería ganar, quería ascender. El mensaje de la gente, los dirigentes y el cuerpo técnico fue entendido por los jugadores que lucharon una verdadera final. Solo así se logran objetivos importantes.

A los 30 segundos de comenzada la segunda mitad la diferencia se fue a 14: 46-32. Conarpesa luchó con algo de voluntad, pocas ideas y bajos porcentajes. Desde el primer cuarto (que metió 3/3 en triples) hasta el último segmento, Conarpesa erró 11 triples seguidos. La máxima se hizo de 17 (50-33) y la gente deliraba en las tribunas.

Sin embargo el local tuvo que sufrir un poco, ya que los sureños endurecieron la defensa, bloquearon bien a los tiradores y con un parcial (2-8) recortaron a 52-41. De todas maneras la noche no estaba echa para ellos: dos triples errados en plena remontada y la 5ta falta de Sánchez marcaban el innegable rumbo del partido.

El segmento final fue intenso y Conarpesa llegó a ponerse a 8 (59-51) con la pelota en su poder, pero otra vez la mala puntería, más la buena defensa sobre el juego interior (Regatas dobló siempre en el poste bajo), fue suficiente para un equipo que se entregó pronto.

Los gritos del “Huevo” en el banco esta vez no tuvieron eco y Regatas regaló cuatro minutos finales jugando con aplomo y serenidad, digno de un campeón. A falta de 4:40, una volcada en puente aéreo de Micah Brand, fue la postal del encuentro.

Conarpesa bajó los brazos aburrido de su mala puntería y sufriendo por la baja performance de sus individualidades: Riolfo, Sánchez y Villares jugaron por debajo de su nivel.

El trabajo de Corbalán, Maglia y Brand equilibró la lucha por los rebotes y le dio la estabilidad necesaria a Regatas para no sufrir con segundas instancias. El tramo final fue un paseo ante el ooooleeee! de la gente. Que gozó como nunca la victoria que los deposita en la “A”.

Síntesis
Regatas Corrientes (78): Sollberg 5, Romay 12, Melo 21, Maglia 3 (x), Corbalán 11 (FI), Mascaró 6, Bianco 8, Brand 12. Entrenador: S. Santander.

Conarpesa (63): Titarelli 7, Villares 13, Sánchez 8 (x), Riolfo 9, Okosa 13(FI), Nóbile 2, Marani 3, Treise 2. Entrenador: O. Sánchez.

Parciales: 17-22, 43-32 y 59-46.
Estadio: De los Sueños (5000 personas)
Serie: Regatas 3-1. Ganó la serie y ascendió a la Liga Nacional de Básquetbol

Santander de los milagros

“De la nada a la gloria me voy, así me da más”, el indio Solari parece estar cantándole a Silvio Santander por estos tiempos. Si hay revancha que se note porque Santander se lo merecía.

Se fue echado de Peñarol indicado como responsable de la mala campaña del peor equipo de la historia milrayitas. En el medio de la soledad, luchando el cobro de sus haberes y sin rumbo claro nació su segundo hijo. Sin nada en el horizonte tomó a Regatas con sed de revancha personal.

Desde su asunción al equipo correntino y hasta el partido de anoche, Santander dejó un récord de 15 partidos ganados sobre 19 jugados. Ganó 14 de los últimos 16 y estableció una localía que no perdió en sus últimas 9 presentaciones. Increíble.

La dirigencia de Regatas Corrientes sabía que tenia un buen equipo, pero no era favorito al ascenso, pero dieron un golpe de timón y le confiaron a Silvio Santander la misión de dar vuelta la historia. A pesar que su primer paso por la Liga nacional “A” no había sido favorable.

En desventaja deportiva Regatas le ganó al equipo favorito que tiene a una leyenda en el banco de suplentes (a esta altura que dudas cabe) como Oscar Sánchez.

Contra todos, y para si mismo, Santander hizo posible su revancha personal y ayudo a que toda una provincia grite bien fuerte el merecido éxito.

Pablo Tosal
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