¿Y si mejor te vas?

• Leandro Sanchez (lsanchez@pickandroll.com.ar)
• 20/05/2004
• (16 comentarios )

La temporada de San Antonio Spurs, mientras otros disputan el cetro que dejó vacante, ya es historia. La irregularidad del equipo texano y sus errores lo privaron de repetir. En ese contexto, contaron con un diamante en bruto y con presente brillante en Emanuel Ginóbili.

Cumplido su contrato, Ginóbili será una de las fichas más codiciadas del mercado. El primer día de julio Manu se convertirá en agente libre con restricciones. A partir de esa fecha, los equipos podrán iniciar las negociaciones. San Antonio, como se estipula en letra no tan chica, podrá igualar la oferta que realizaran otros interesados y, de esa manera, los Spurs retendrían los servicios del jugador de la Selección Argentina.

Para completar el panorama, hay que decir que Manu recibirá en cualquier caso una jugosa suma y un contrato a largo plazo. Podrían pagarle hasta 10 millones por año, una cantidad que sólo cobran los jugadores importantes, por no decir estrellas.

¿Cómo hizo Ginóbili para, en dos años, siendo suplente y a la sombra de Tim Duncan y Tony Parker, ser respetado por todo el ambiente de la Liga e idolatrado por glorias como “Magic” Johnson y “Sir Charles” Barkley? Porque tiene todo. Así de sencillo. Talento -si no, sería imposible-, carisma, entrega, actitud. Encima, es un pibe bueno.

No hay duda alguna: Ginóbili está signado a ser estrella en la NBA. Y ello depende de los caminos que tome entre temporadas. Ya salió campeón, algo que grossos como Malone, el mismo Barkley y Ewing no consiguieron. ¿Qué le queda ahora? Ganar dinero, por supuesto (no vivimos en un mundo de poesía) y jugar al básquet. Lo mejor que pueda.

Y para eso su futuro podría condicionarlo. De a qué equipo irá depende su rendimiento. Para explicar esta frase, mejor es ir a la realidad, a lo concreto. San Antonio lo tuvo dos años. En el primero, fue suplente y campeón. Gracias a su trabajo, se ganó la titularidad en el segundo. Entre los cinco iniciales, bajó su rendimiento y Popovich no tuvo mejor idea que sacarlo, cambiándolo por un inexpresivo e ineficaz Turkoglu. El tiempo no le dio la razón a “Pop”, viendo cómo la serie contra los Lakers se le escapaba de las manos y seguía dejando (por capricho o cábala, otra no cabe) a su mejor hombre en el banco.

Ginóbili fue el destacado de San Antonio en los últimos partidos. Se creció en playoffs y aumentó sus números notablemente. Pero -y es la verdad- si se queda en los Spurs, será siempre tercera opción. Popovich ya eligió al compañero de Duncan. A principios de temporada iba a ser Jason Kidd, pero como no lo contrataron, se quedó con Parker. Y durante el año se notó que Manu quedó relegado al tercer lugar. Aun demostrando que era más que el francés.

La sensación que queda es que a Ginóbili Popovich no lo valora lo suficiente. Por eso no tendría que quedarse. Porque sería más de lo mismo. Si busca campeonatos, que no lo dude, San Antonio es el lugar ideal después de los Lakers. Si busca demostrar todo lo que vale en su máxima expresión, allí no le dan cabida suficiente.

Historia similar a la de Tony Kukoc. El croata llegó siendo el mejor jugador de Europa (como Manu) al campeón del mundo, Chicago Bulls, que en su panorama se veía sin Michael Jordan y con Scottie Pippen como estandarte. El base anduvo muy bien en la temporada y media de adaptación. Se veía que iba a despuntar. Pero volvió “Air”. Y se tuvo que contentar con ser tercera y hasta cuarta opción. Se opacó tanto que terminó deambulando por la Liga. Y hoy es un jugador, bueno, no hay duda, pero de los que hay a montones.

Este final es el que puede obviar Manu si cambia a tiempo. Como se dijo, no depende pura y exclusivamente de él. Las franquicias disponen y, en este caso, su poder de decisión es prácticamente nulo. Se sabe que en San Antonio está cómodo, instalado, la gente lo quiere y el club también. No es una persona conflictiva y seguramente no tendría problemas en quedarse. Pero, ¿en qué condiciones? ¿A precio de qué?

Como competidor nato, ha sido un ganador descarnado. En el mundo FIBA, las cosas funcionan con los triunfos de equipo. En la NBA, en cambio, ser una estrella se valora tanto como tener anillos en la mano. Anillo ya tiene. Condiciones para destacarse, también le sobran. Ojalá el destino le juegue una buena pasada.

Hablando de posibilidades

En la NBA, los planteles se arman con calculadora en mano debido al tope salarial. Las cifras millonarias se guardan para los grandes de verdad y los demás reciben las dádivas estadounidenses (en Argentina, una millonada). La entrada la temporada próxima del trigésimo equipo (Charlotte Bobcats), planteará un draft de expansión, con jugadores que el resto liberará o pondrá en condiciones de irse.

Ginóbili no está en esa lista, aunque igual podría ir tranquilamente allí. Aunque es difícil que una franquicia novata, como pasó con Toronto y el desaparecido Vancouver (ahora en Memphis), gaste mucho en un jugador. Más bien, han optado por armar planteles numerosos apostando a algún talento en el draft.

En condiciones de superar una oferta de San Antonio están Denver Nuggets y Utah Jazz. En el primero juega Carmelo Anthony y, como escolta, Voshon Lenard. En los Jazz no hay nombres importantes en su posición. También Los Angeles Clippers, Phoenix Suns, Orlando Magic y Atlanta Hawks mostraron interés.

Hay que hacer una aclaración importante a la hora de jugar con las posibilidades. Emanuel es escolta. Ni base -como sólo a Popovich se le puede ocurrir- porque le falta manejo y armado, ni alero, ya que el físico no le da para fajarse de esa manera. Por ejemplo, Kevin Garnett juega de alero.

Dicho esto, Orlando sería un destino de banco seguro (en su posición está McGrady). Atlanta y Clippers aseguran muchos minutos y pocos triunfos. Phoenix es la plaza más interesante, pero suena con mucha fuerza que Kobe Bryant se alejaría de los Lakers para irse con los Suns. ¿Manu podría recaer en la mitad ambiciosa de Los Angeles? Por ahora, silencio.

Si de fantasear se trata, en este párrafo analizaremos los equipos que le caerían como anillo al dedo al bahiense. Por su juego, meterse en la estructura de Miami, conjunto con ansias de rápida transición hacia el aro y estrellas en ciernes, sería espectacular. Indiana, un poderoso con talento joven y necesidad para reemplazar a Reggie Miller, estaría muy bien. Además, su técnico, Rick Carlisle, utiliza ofensivas tomadas de la Selección Argentina. Por último, un sueño: lugarteniente de Allen Iverson en Philadelphia. Lindo ¿no? Para tener en cuenta.

www.pickandroll.com.ar