El miércoles dejó como saldo muchas cosas por destacar. Un par son para preocuparse mucho. La restante simplemente quedó para la anécdota. Pero sin dudas pareció una película. Un día en el cual la realidad superó la ficción.
En primer lugar, Stephen Curry sufrió una severa lesión en su mano izquierda que lo alejará de las canchas por varias semanas. El inconveniente físico sucedió en el partido en el que Golden State Warriors perdió ante Phoenix Suns.
El base trató sumar un doble pero en su intento se llevó puesto a Aron Baynes, quien al caerse al suelo cayó encima de la mano del tirador. No se sabe el tiempo de recuperación, pero seguro la vuelta a las canchas no será rápida. Sin dudas será una base más que sensible para el equipo.
En segundo instancia, en el juego entre Philadelphia 76ers y Minnesota Timberwolves, donde quedó invicto el conjunto dirigido por Brett Brown, hubo una situación que desató un escándalo.
Corría el tercer cuarto cuando los pívots Joel Embiid, por parte de los Sixers, y Karl-Anthony Towns, del lado de los T-Wolves, se enfrentaron a golpes y brazadas en la cancha.
Rápidamente algunos jugadores trataron de separarlo y de terminar el problema. Como resultado, ambos jugadores se fueron expulsados del juego. Fue una mancha negra más para la liga norteamericana.
Por último, el último suceso en la NBA del día miércoles lo protagonizó Giannis Antetokounmpo. El griego, además de ser el último MVP de la NBA, tener increíbles jugadas en ataque y en defensa, es parte de los bloopers de la liga.
Luego de ganar una falta, se dirigió a buscar su recompensa por la acción en la línea de lanzamientos de un punto. En el primer intento ni siquiera tocó aro ante la atónita mirada de los simpatizantes en el TD Garden. Luego, cuando todos creían que terminaría anotando su segundo intento, también falló apenas tocando la red.
En síntesis, Giannis comprobó que es humano. El MVP también puede tener un día malo y errar los tiros que muchos creen que son los más fáciles.
Juan Ignacio Alburquerque
@JuaniA10
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