Se sabía que la propuesta no era de las mejores, al menos en la previa. San Lorenzo ya era el ganador de su grupo, lo cual no solamente le aseguraba la clasificación sino también la localía en la próxima etapa del torneo. Por su parte, el conjunto uruguayo llegaba a Boedo a jugar por el honor. Sin Tucker ni Osimani, lo que se pudo ver en el primer segmento fue paridad y poca defensa con un saldo de 22 iguales como paridad.
La tendencia se acentuó en el segundo cuarto del partido. Un triple de Vildoza adelantó 26-24 a San Lorenzo, pero lo cierto es que al Cuervo le costó mucho poder meterse en el cuarto. Aún con sus limitaciones y pocas motivaciones a cuestas, la visita se sostuvo mano a mano durante más de 18 minutos, pero el Ciclón clavó dos triples seguidos sobre el final y se fue a descansar con una buena luz de 51-44.
Rápidamente San Lorenzo tomó dos dígitos de luz en el arranque del tercero, muestra clara de que la cosa sería distinta en el segundo tiempo. Un triple de Piñero y una volcada de Williams tras linda jugada colectiva adelantaron 56-46 al Ciclón. Mientras que poco después dos triples del Penka estiraron cifras a 62-50, por lo que el entrenador visitante pidió minuto. Una ráfaga uruguaya con los triples como bandera limó cifras a 67-66, mientras que sobre el final Fjellerup le devolvió la tranquilidad al local: 78-68.
Se esperaba que el último segmento estuviera de más y finalmente eso fue lo que sucedió. El conjunto visitante ofreció dignidad hasta el segundo final del partido, pero lo cierto es que a San Lorenzo le alcanzó con un puñado de minutos de jerarquía para encarrilar definitivamente su victorias. Las cifras finales de 104-88 le aseguraron al Cuervo el primer lugar del grupo y también un buen colchón en lo que a la diferencia de gol se refiere pensando en las localías a futuro. Más que nunca, felices fiestas para todo Boedo.
Leonardo Chianese (@leodeflores)
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