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Triples de oro

En pleno receso de Liga Nacional recordamos en Pick And Roll una de las grandes noches de Leonardo Gutiérrez en nuestro país luego de quedarse con el récord de triples convertidos en un partido. La pluma de Pablo Tosal de aquel 3 de diciembre de 2010, las fotos de Majo Gil, la palabra del propio jugador y los videos que en ese momento brindaba nuestra competencia nos van a llevar a esa noche inolvidable del 10.

Es el propio Leo Gutiérrez el que los reúne en el centro del campo cuando termina el partido y en la arenga final post victoria grita “Vamos! Que hoy jugamos muy bien como equipo”.

Quince segundos después los micrófonos de los cronistas de campo de juego de las cuatro transmisiones marplatenses, más las cámaras, más los grabadores se agolpan sobre él. Allí Leo Gutiérrez dice la palabra “equipo” al menos seis veces en las primeras tres preguntas, menciona rápido a Leiva que le puso “unas cortinas bárbaras”, “lo mismo que Reinick” para luego decir que “Tato lo buscó toda la noche y le pasó la pelota”.

En tanto, todos (y digo TODOS) no podíamos salir de la adrenalina del partido, de la emoción de sentirnos testigos de un momento histórico que se venia cuidando desde el 7 de febrero de 1997 cuando otro jugador de Peñarol, había logrado un récord de triples convertidos en la liga. La araña Leonardo Zanazzi con 13/20 había sellado la historia ante Racing Club del récord aciertos desde la distancia de tres.

Desde allí pasaron 13 temporadas y muchos partidos para que un hombre pueda romper ese número. Como se recordará la temporada 96/97 pertenecía al ámbito de una liga diferente. Primero y principal se jugaban 48 minutos por partido, la línea de tres estaba 50 cm más cerca y el profesionalismo era otro. “Esta es un liga como jugadores muy orgullosos”, dijo Leo post partido.

El partido que Peñarol le ganó a Boca 120-76 por la 14ta fecha de la primera fase de la Liga Nacional de Basquetbol quedará en la historia por obra y gracia de Leo Gutiérrez que metió 15/22 en triples, pero que el propio jugador se encargó de decir que fue “gracias al equipo que le puso las cortinas y jugó para él”. Así es el mejor, así es Leo Gutiérrez, el mejor jugador de la historia de la Liga Nacional de basquetbol.



Gutiérrez no puede saber todo, es un jugador al fin y al cabo, no un estadista pero quedó a un solo triple del récord mundial en manos de Marcelinho Machado (16-21) que el 7 de marzo de 2010 contra São José por la liga Brasileña le rompe el récord a Oscar Smith. Leo estuvo a un solo triple y tuvo tiempo para seguir tirando.

De todos modos su producción fue consecuencia del acercamiento a la posibilidad del récord. Cuando Boca quiso hacerse fuerte en su canasto salió a probar la noche del tiro de tres puntos del local y Leo los sorprendió con cuatro en el primer cuarto. Fue 4/6 para que Peñarol tome una distancia de 34/17. Peñarol tuvo 6//8.

Por entonces la idea defensiva del equipo que anoche dirigió el asistente Diego Vadell porque el técnico Pablo D´Angelo se tuvo que volver a Capital Federal por un problema familiar, fue tratar de armar un bloque defensivo cercano a su canasto. El uso del pick and roll (el roll hacia fuera de Leo) y el tiro abierto los mató.

Cuando comenzó el segundo cuarto Leo metió de movida dos triples más (ya sumaba 6). El equipo de suplente de Peñarol hacía lo de siempre: sacaba más ventaja sobre el oponente a partir de su defensa.

Boca sufría todo: atacaba sin porcentajes, forzaba los tiros, iba para el aro y chocaba con Leiva, Gutiérrez, Reinick y Mata (Peñarol hizo 6 tapas en el primer tiempo). Además tuvo una defensa del perímetro que fue un flan, sin tener la menor reacción de cambiar el plan cuando se le vino la lluvia de triples en contra. El partido estaba descontextualizado, terminado y aburrido al cierre del primer tiempo (61-32) para el local.

En el tercer cuarto Sergio Hernández dispuso que salgan de movida los suplentes (ya había puesto juveniles como Franco Giorgetti en el primer tiempo) pero fue un mal momento desde el perímetro. Boca siguió regalando el tiro de tres puntos y el local respondió con 0/5. El Oveja mandó a Leo Gutiérrez de nuevo al campo y enseguida metió un triple, luego otro más, y para finalizar el cuarto, tres tiros libres ante la falta de un tiro de tres puntos. Con esa ráfaga más el acompañamiento de Selem Safar Peñarol sacó 41 de distancia (85-44). Boca era una sombra deambulando en el Poli.

Cuando comenzó el último cuarto todo le advirtieron a Leo que iba 8 triples y que estaba a 5 del récord, momento que el cordobés se preguntó “Y porque no?”,. Cuando metió los tres primeros seguidos (ya con todo el equipo jugando para él) sabía que la hazaña estaba al alcance de la mano.

En el banco lo pararon a Kyle Lamonte y le contaron de que se trataba la historia. Le contaron de un récord que Leo estaba llamado a romper. Lamonte, más que nadie, cree en las fábulas, porque él mismo también las inventa.

El 10 de Peñarol erró los siguientes dos pero siguió concentrado en su objetivo (¿debo aclarar que el partido NO EXISTIA?). Leo se acercó a Martina y le dijo “dejame dos más y te juro que no jodo más”. El pivotede Boca le dijo que No. Pero Leo no sabía que su marcador ya estaba desmoralizado. El primer triple del último cuarto fue con falta incluida (luego erró el libre) y eso hace que todos piensen lo mismo “Hoy es imposible pararlo”. No había forma.

Metió su triple número 12 y sumaba 39 puntos. Faltaban 3 minutos. Luego a un metro a la izquierda del eje, de nueve metro y con tablero!, Leo clava su triple número 13 con que entra a la historia. Luego le siguen dos más para no dejar dudas que todo le pertenece a él.

En el Ben Hur de Lamas, en el Atenas de Magnano, en el Peñarol de Hernández, tres equipos, tres técnicos, siempre el mismo récord (13-1 en la primera fase) siempre el mismo jugador: Leonardo Martín Gutiérrez. Hace grande lo que toca y se queda con el título más difícil de igualar.

Pasaron 13 años para que alguien pueda destronar a Zanazzi. Con una liga más corta y aro más lejos. Sólo un privilegiado podía conseguirlo, un hombre que esta predestinado a convertir todo lo que toca en oro. Gloria al Cebador Olímpico!. El título que la propia hinchada de Peñarol le regaló. Gloria al jugador que habla del equipo cuando tiene su momento individual de gloria infinita. Gloria a un nuevo récord en la historia de la Liga que ratifica al mejor de todos.

A Leo Gutiérrez solo le queda ganar el tiro por la Sprinter en el entretiempo. Ojo no lo desafíen! Leo puede todo.



Síntesis
Peñarol (120): Sebastián Rodríguez 13, Kyle Lamonte 15, Marcos Mata 5, Leo Gutiérrez 48 y Martin Leiva 10 (FI); Nicolas Lauría 6, Selem Safar 7, Alejandro Diez 2, Alejandro Reinick 2, Facundo Campazzo 2, Franco Giorgetti 8 y Matías Sesto 2. DT: Sergio Hernández.

Boca (76): Fernando Titarelli 2, Cedric Moodie 13, Sebastián Vega 5, Mariano Fierro 14 y Peter Ezugwu 11 (FI); Fernando Martina 4, John Millsap 12, Nelson Ingles 5, Juan Brussino 10 y Marcos D´Elía 0. DT: Diego Vadell.

Parciales: 34-17, 61-32 y 85-45.
Árbitros: Alejandro Ramallo-Silvio Guzmán.
Estadio: Polideportivo Municipal.

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandrol.net)

Gutiérrez: “Si el equipo no juega bien yo no hago 15 triples”

Dio todas las entrevistas que tenía para dar. Pasada la medianoche, cuando el reloj ya decía que era jueves 4 diciembre Leo Gutiérrez salió del vestuario y se encontró con su familia y el resto de sus compañeros.

Había sonrisas por todos lados. Cuando me acerco al grupo de jugadores y familiares, Tato Rodríguez me da la mano y me dice “Que tal, Héctor Enrique”. La broma (excelente) hace referencia al jugador que le dio el pase a Maradona en el segundo gol contra los ingleses. Se notaba un festejo grupal por el 13-1 y también por lo que había conseguido Leo. Así vive Peñarol estas horas de bonanza, con el grupo armado, con ganas de seguir sumando y con confianza muy arriba. Luego Leo se arma de paciencia y habla:

Que momento están pasando, porque se agotan los calificativos por todo lo que esta produciendo Peñarol y encima sorprenden batiendo un récord que parecía que no lo iban a batir nunca, porque era en una liga más larga, la línea estaba más cerca, se defendía diferente, había otro profesionalismo…

Si es increíble, realmente cuando recorres las estadísticas y recordás el récord de la “Araña” (Zanazzi) lo veías muy lejos, y se dio, realmente se dio. Como se le dio a él ahora se me dio a mi y son cosas que pasan una vez en muchos partidos y en muchos años y ahora a disfrutarlo. También quiero felicitarlo a él por haber tenido un récord tantos años, por vestir también esta misma camiseta y conseguir ese récord con esta misma camiseta, así que son cosas que nos unen en algo.

Esta claro que nadie sale a buscar un récord de estas características. Nosotros no dimos cuenta de afuera que el equipo se dispuso a ayudarte, pero vos ¿en que momento te diste cuenta que podías llegar?

Yo en el tercer cuarto entro y meto dos triples seguidos y ya sumaba ocho. Ahí todos empezaron a decirme “faltan cinco” y empecé a tirarla…

¿Quiénes todos?

Todos! (risas) Los del banco, la gente, los chicos de acá bajo de la platea, me iban contando los que faltaban, como Palermo con los goles, y yo me puse a tirar a ver si llegaba.

Zanazzi contaba que cuando estaba por hacer el récord le decía a su marcador que lo dejara tirar porque ese partido también Peñarol lo iba ganando por mucho. ¿Vos hablaste con algún adversario hoy?

Le dije a Martina: dejame tirar dos más para ver si las meto. Y me dice No, no, no, pero que se yo, no sé si me han dejado tirar o me defendieron duro, son otros tiempos también los jugadores tienen mucho orgullo y no le gusta que le pase esto que les pasó a ellos. Martín también me dijo que abría el camino y hablaron con Kyle para explicarle lo que estaba pasando.

Pero en el primero tiempo ellos no salieron a contestar tu tiro de tres puntos, los primeros seis triples más bien te lo liberaron.

No, es verdad. Nosotros sacamos muchas ventajas del pick and roll, “Tato” penetró muy bien me dejo solo, después algunos contragolpes, Martín me cortinó muy bien también en el primer tiempo, realmente tiramos tiros, todos, con el pie en el piso, bien parado, después bueno, en el segundo tiempo empezamos a revolearla de cualquier lado para ver si llegábamos a los 13.

Otro récord personal, no ya de liga es que hoy metiste la mayor cantidad de puntos en tu carrera, además estuviste en los tres equipos de esta década que lograron el récord de 13-1 en la primera fase ¿cómo te sentís con esto?

Bueno, metí 45 con Obras y ahora 48 son récord que uno va rompiendo, nunca pensé tampoco a meter alguna vez 45, y ahora menos, y los récord como equipo es algo muy bueno haber formado parte de tres equipos que han jugado muy bien, que han hecho las cosas muy bien, y que han logrado conseguir este récord de 13 victorias en la primera fase y más el agregado nuestro que conseguimos 7 victorias de visitante.

Fuiste la estrella de la noche pero en la arenga final cuando se juntaron dijiste “Vamos que jugamos muy bien como equipo”

Es que sino es imposible. Si el equipo no juega bien yo no hago 15 triples. Estamos jugando bien o muy bien, aunque nos falta mejorar todavía. Pero todo se consigue gracias a como jugamos como equipos, sin las cortinas de Martín, los pases de “Tato” o de Kyle, no hubiese podido tirar los tiros que lancé y meter esos triples.

Lo voy a decir yo, esto corre por mi cuenta. Considero que sos el mejor jugador de la historia de nuestra competencia, ¿Vos como te ves en el contexto histórico?

Yo considero que estoy entre los cuatro mejores, junto a Marcelo Milanesio, Pichi Campana y Diego Osella. Ellos son tres grandes de liga argentina, por lo que han generado, por lo que han ganado, porque fueron ídolos en todos los equipos donde jugaron, respetados en la liga, Diego sigue jugando y rompiendo récords personales es el mayor rebotero de la liga en la historia, tiene muchos títulos también, son cosas que lo hacen grande y yo creo que estoy también en ese cuarteto de jugadores importantes que han hecho historia en esta liga. Me quedan años de carrera y de poder hacer más historia, ojalá que pueda y voy a intentar conseguir más títulos en el equipo donde estoy. Porque en definitiva es lo que queremos, porque somos un grupo y todos queremos lo mismo.

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