Los Pacers disputaron, desde la llegada de Reggie Miller hasta su retirada, cinco finales del Este y una de la NBA, pero se quedaron sin anillo ante los Lakers de Shaq y Kobe.
Rodeando a Miller: los Pacers, candidatos
A los Pacers les costó explotar, aunque lo hicieron en el momento justo. En 1990 cayeron ante los Pistons, futuros campeones, en primera ronda, algo que repitieron ininterrumpidamente cuatro años consecutivos, y sin dar el paso hacia delante con Bob Hill en los banquillos, un hombre que posteriormente lideraría a los Magic a las Finales venciando en finales de Conferencia precisamente a los Pacers. En 1991, los Celtics se impusieron a Indiana por un ajustado 3-2 y venciendo en el último partido por 124-121. En esa serie, Miller destacó con casi 22 puntos por partido y un 42% en triples ante Larry Bird, un hombre que tiempo después sería clave en su carrera deportiva. Boston volvió a eliminarles en 1992, año en el que Detlef Schrempf lograría su segundo premio consecutivo a Mejor Sexto Hombre antes de ascender a la titularidad el curso siguiente, que se saldó con la enésima eliminación en primera ronda, esta vez ante los Knicks, y el despido de Bob Hill.
Al banquillo llegaría Larry Brown, un nómada que nunca había pasado más de cuatro temporadas en el mismo equipo, algo que venía de hacer en los Spurs con David Robinson y que repetiría con los Pacers antes de dar el salto a los Sixers, donde se encontró con Allen Iverson y rompió la tradición, permaneciendo seis años en dicha franquicia. Los equipos de Brown se caracterizaban por ser muy correosos, fuertes en defensa y extremadamente competitivos, algo en lo que se convirtió esa plantilla. El General Manager Donnie Walsh dejó escapar a Schrempf rumbo a los Sonics, donde se unió a Gary Payton, Shawn Kempt y George Karl para llegar a las Finales de 1996. Un cambio inicialmente criticado pero que dio al equipo, que recibió a Derrick McKey, un impulso más que necesitado.
Con Brown, los Pacers cambiaron su estilo de juego. Pasaron a ser la quinta peor defensa del Este a ser la quinta mejor, tuvieron el octavo mejor deffensive rating de la franquicia y disminuyeron su producción ofensiva y, sobre todo, el uso del triple. En 1990, había sido el tercer equipo que más lanzamientos de tres había intentado; en 1991, el octavo; en 1992 de nuevo el tercero y en 1993 cayeron al puesto número 13. Todo se modificó con un nuevo estilo en el que primaba la parte defensiva y buscaba menos riesgos y más seguridad en ataque. Los Pacers pasaron a ser el 26º equipo que más triples intentaba de la competición, el cuarto por la cola. Eso sí, eran el que mejor porcentaje tenía desde la línea: casi un 37%, liderando la NBA en ese apartado estadístico. Es decir, menos riesgos y más beneficios, un lema ligado al estilo Brown, que en su primera temporada lideró a los Pacers a las 47 victorias (récord de la franquicia) pasando de la primera ronda, algo que no hacían desde los tiempos de la ABA. Eliminaron en primera ronda a los Magic de Shaquille O'Neal y Penny Hardaway (3-0) y en semifinales a los mejores Hawks de la historia (hasta la llegada de Mike Budenholzer), esos liderados por Lenny Wilkens que habían quedado primeros del Este (57-25) con 18,5 puntos y un 44% en triples de Miller.
El sueño chocó con los Knicks de Riley, esa versión sucia y desvergonzada de lo que antes habían sido los Bad Boys en Detroit y que venía de ganar en una serie llena de polémica a los Bulls sin Jordan en semifinales. Allí, Miller tuvo tuvo su gran momento de gloria, el primero que hizo a los analistas considerarle parte de la élite de la Liga. En el quinto partido anotó 39 puntos, 25 de ellos en el último cuarto, consiguiendo los Pacers la victoria (93-86) y adelantándose en una eliminatoria que no pudieron rematar, siendo finalmente remontados. Pero el escolta puso su sello y se ganó un puesto para el equipo nacional que ganó el Mundial de Canadá en 1994 y se mantuvo con el combinado estadounidense hasta ese Dream Team 2.0 que se hizo con el oro olímpico en Atlanta en 1996. Entre medias, en 1995, Reggie tuvo el que probablemente sea su instante más famoso en la NBA, cuando se vengó de los Knicks en una serie en la que les endosó 29 puntos en el Madison en el séptimo y definitivo duelo. Antes, en el primero, Brown había pedido tiempo muerto con 18,7 segundos para el final y los neoyorquinos ganando de seis (105-99). Miller anotó entonces 9 puntos en 8 segundos y los Pacers se adelantaron en la serie.
"Nadie, ni yo mismo, pensaba en poder lograr la victoria", reconoció su entrenador poco después. De nuevo, los Pacers se quedaron en las finales del Este, donde perdieron en siete partidos contra los Magic a pesar de los 26 puntos con un 45% en triples de Miller, que había tenido su mayor momento de gloria, ese más visitado que ninguno en la plataforma de Youtube hasta que llegó el Tracy McGrady acompañado de sus 13 puntos en poco más de 30 segundos.
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