La localidad bonaerense de Pigüé queda a poco más de 550 kilómetros de Capital Federal. Inexorablemente la medición debe hacerse hacia donde atiende Dios, más allá de que esté en todos lados, incluso dentro del Instituto Niño Jesús que funciona en esa ciudad.
Allí se dan todos los niveles de enseñanza, aunque producto de la pandemia del coronavirus, la cotidianeidad se vio alterada, y lo presencial le dio paso a lo virtual, incluso en una asignatura de tanta carga práctica como lo es la Educación Física.
La profesora Magdalena Simoncini le encontró la vuelta. O al menos, lo enganchadas que están sus alumnas eso lleva a pensar. A través de trabajos prácticos les acerca a las chicas otra visión del deporte, y fue así que nació esta más reciente idea: unir el Día de la Bandera con un equipo nacional femenino. Pero no cualquier representativo; el de básquet femenino.
En diálogo con Pick and Roll, la nacida en Bella Vista, provincia de Buenos Aires, repasó esta tarea, la cual reconoce le sorprendió la trascendencia que tuvo.
“La idea surgió a partir de la celebración del 20 de junio. Para que las chicas vieran que la bandera está en un montón de lugares. Cómo el celeste y blanco nos representa en todos los deportes. Y que para un deportista representar a nuestro país es un orgullo” comenzó diciendo.
Sobre la elección puntual, la profe recibida en el INEF de San Fernando en el año 2000, aseguró que “elegí la Selección femenina de básquet, porque es uno de los deportes que vemos en el cole. Justo este año no pudimos arrancar. Me pareció piola como disparador como para que el día que volvamos a clase tomen este deporte de manera diferente”.
En esa línea, resaltó que “es un instituto mixto, pero les doy solo a las chicas. Las clases son más prácticas, pero con esto de la pandemia y que las clases son virtuales, vamos por el lado de los trabajos prácticos”.
Otro de los puntos que Magdalena tomó como disparador fue que “mucha difusión del básquet femenino no hay. Uno sigue las máximas expresiones que se dan con el seleccionado masculino. Me parecía una temática muy interesante para aportarles a las chicas”.
“Los trabajos me los tienen que entregar la semana que viene” aclaró, aunque acto seguido, y con mirada de profe buena sostuvo que “siempre le damos un plazo más porque como todos los profesores les enviamos, si nos piden, les extendemos un poco más el tiempo de entrega”.
Sobre las expectativas que tiene sobre este trabajo práctico en particular, la profe es muy sincera. “Yo apuesto a decir; llegamos a lo que es la Selección femenina hoy, todo el esfuerzo que hacen para jugar, y a partir de ahí; el básquet femenino está bueno. Es un deporte que es re completo. Y poder contagiar el deporte. Que las chicas hagan deporte. Más que nada eso. En cuanto a los contenidos, mi foco no es tanto en la cantidad que puedan encontrar, sino a que vean que hay una Selección femenina, que existe el básquet femenino, y que podrían jugar o verlo”.
Por último y sobre la realidad del básquet en esa ciudad, Magdalena Simoncini comentó que “en Pigüé no está muy difundido. Hay un club que compite más que nada en masculino, pero les cuesta mucho. El femenino tuvo varios intentos de iniciarse, pero no llegan a hacer formativas, o las chicas que van no tienen continuidad. Es difícil el básquet acá”.
Sin dudas Magdalena no solo abre la puerta a la ilusión de una semilla que puede germinar, sino que además, casi sin buscarlo, planta bandera en terreno virgen. ¿Será el camino para que el femenino llegue de otra manera y se masifique? Al menos, y como arranque, la opción no es mala.
Emanuel Niel
En Twitter @ManuNiel
En Instagram @EmanuNiel
DEJA UN COMENTARIO