Liga Nacional 2005, Federal Femenino 2014, SuperLiga 2015 y Liga Nacional 2017; esta última ya bajo la órbita de la Asociación de Clubes. Todos campeonatos donde Unión Florida terminó cortando las redes. A excepción del 2014 donde Sebastián Silva fue el DT, en los demás Gregorio Martínez comandó al equipo.
Y no se trata solo de haber ganado una final. Ni tampoco de todas las ocasiones que en el párrafo anterior no están reflejadas y en donde el CUF llegó a esa etapa cúlmine. Va más allá, y es por eso que en Pick and Roll, ante el inminente nombramiento de Martínez como coach de la Selección mayor femenina, buscamos hacer un análisis del estilo de juego que tuvieron esos equipos. De la impronta y filosofía que el actual técnico de Obras en la Liga masculina le imprimió.
Tal vez el primer acercamiento a modo gráfico sería hablar de un perímetro provisto de aviones con feroces mandíbulas, ya que cuando atacaban volaban y cuando defendían mordían. Lo hacían de forma profunda y efectiva.
De a ratos la presión hacia la bola en el uno contra uno era literalmente insoportable. Un moscardón pesado y cargoso que no se alejaba pese a los manotazos. Esa gota en la piedra que termina logrando romper por insistencia.
La intensidad como leitmotiv. Saliendo de su campo, un ataque que tenía la premisa de poner la bola adelante. Ganarle tiempo al reloj. Ganarle espacio a la defensa. Amenazas y lecturas en flujo constante, con la interna que no había tomado el rebote corriendo como una perimetral y la otra grande en más de una ocasión trasladando.
Desde aquella liga del 2005 el conjunto de zona norte del gran Buenos Aires siempre le sacó buen provecho al pick inicial. Pasaron los años y el recurso no encontró fecha de vencimiento, todo lo contrario. Y más allá de los grandes nombres propios que tiene y ha tenido esta institución, los cuales innegablemente potenciaron y le dieron vida a ese sistema de juego; con el diario del lunes y mirando en retrospectiva, esas jugadoras también se nutrieron de la filosofía que se llegó a forjar.
En Pick and Roll en más de una previa de una definición de torneo se describió a Unión Florida como un león dormido. Quizás durante la fase regular no había demostrado ser el mejor, o tal vez llegaba con altibajos, pero no se lo podía descartar nunca. En este deporte donde hay cinco por lado, dos aros y piso de parquet, no siempre pero en la gran mayoría de las veces no gana quien quiere hacerlo sino el que sabe cómo.
El CUF se activaba allí. Explotaba. Aparecía el modo asesino. Era ver a un tiburón oliendo sangre en una pelopincho. Y de nuevo, los nombres propios ya no importaban tanto porque todas crecían como conjunto y en ese todo potenciaban el daño en ambos costados.
El 2021 traerá consigo tres desafíos para el nuevo cuerpo técnico: Sudamericano, AmeriCup y Premundial americano. Mayo, junio y noviembre como bautismo de fuego. De menos a más en exigencia.
Habrá que ver cuánto de todo ese estilo de juego antes contado Gregorio Martínez querrá volcar en la Selección mayor femenina, y cuántos torneos serán necesarios hasta que se plasme en la cancha.
Después de un 2019 malo para la Selección y un 2020 que por la pandemia no le permitió jugar, tal vez una de las buenas noticias para el cuerpo técnico entrante esté en el hecho de que algunas de las jugadoras que integraron los últimos años el primer equipo nacional tienen paso por Unión Florida.
Saben qué se pedirá. Saben de qué se trata.
Emanuel Niel
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