Hace poco más de cinco años se sumó al básquet femenino y desde ese momento su camino no se alejó más del básquet. No es en la única disciplina que vuelca su conocimiento, pero en más de una entrevista aclaró que el vínculo es especial en comparación con los demás deportes.
Luciano Spena es de palabras sencillas y gestos humildes, pero su capacidad excede ampliamente la media y es reconocido a nivel mundial. Agradecido de cada paso, siempre encuentra la ocasión para recordar a los entrenadores que le han permitido brindar “su granito de arena”.
“Estoy agradecido al espacio que en estos años me dieron Cristian, Leo y ahora Gregorio junto a todos sus cuerpos técnicos, Karina Rodríguez y los tres preparadores físicos del ciclo: Rafa (Luquez), Fede (Bernal) y Pablo (Rótolo). Realmente sin ellos era imposible avanzar”.
En un alto en sus tareas, Luciano se prendió a un mano a mano con Pick and Roll, y a continuación lo más saliente de la charla:
-¿Qué evolución has visto en estos años que llevas con el equipo femenino?
“Son ya cinco años y medio que estoy trabajando con las chicas en el femenino. La evolución en cuanto al biotipo fue muy grande. Han transitado un cambio entendiendo que tienen que convertirse en atletas para mejorarse en un deporte que cada vez es más físico”.
“Generalmente este es un deporte en donde en el masculino suelen faltar kilos de músculos y cuando yo arribé al seleccionado con el mayor problema que me encontré no era precisamente ese, sino más bien que a las chicas les sobraban kilos de grasa”.
“El gran cambio de las chicas fue que cada una, dependiendo el puesto que ocupan, ajustó su biotipo en función de todo el excedente de tejido adiposo que tenía. Y paralelo a ese primer ajuste, la intervención de todos los profes del proceso; Pablo Rótolo, Rafael Luquez y Federico Bernal. Han laburado brillantemente con una carga adicional del trabajo físico al trabajo que venían haciendo en los clubes. Se ha hecho mucho hincapié en el trabajo de la fuerza, y las chicas de forma paralela a ese primer cambio de acomodar el tejido adiposo incrementaron muchísimo su masa muscular”.
“Se observaron dos grandes cambios. Un primer gran cambio agudo, de muchas chicas que han bajado muchísimo de peso. Casos de chicas que han bajado hasta 20 kilos de peso. Y después la ganancia de masa muscular que es algo que se fue dando de forma más lenta. Muchas chicas han ganado en promedio 1 kilo de músculo por año, y en el proceso de cuatro, cinco años, el cambio se ha hecho bastante notorio”.
-Siempre destacas eso de dar las herramientas, pero que depende de la jugadora…
“En los últimos tiempos, con el desarrollo de todas estas cuestiones complementarias al jugador, los profesionales muchas veces se quieren poner por delante de él, queriendo resaltar la importancia del área”.
“Si bien es cierto que se ha crecido mucho en estos últimos tiempos en lo que respecta al entrenamiento invisible, la mejora siempre es 100% del jugador. Nosotros solo somos una pequeña herramienta de contribución, un pequeño granito de arena. El compromiso asumido es el de las chicas. Fueron ellas las que se encargaron de darle visibilidad a mi tarea. Mi tarea fue la misma de siempre solamente que ellas hicieron que se pondere mi trabajo por todo lo que han hecho y han crecido”.
-Al trabajar en otros deportes ¿Qué puntos de similitud encontras en todas las disciplinas?
“Estoy como nutricionista de la Federación Argentina de Vóley, de la Confederación Argentina de Hockey, de la Confederación Argentina de Básquetbol y formando parte del área de ciencias del deporte de la Asociación Argentina de Tenis. El punto en coincidencia más grande es que en los últimos cinco, seis años, el deportista ha mejorado muchísimo en el plano nutricional, entonces hoy no hay diferencias tan marcadas como ocurría hace unos cuantos años”.
“Yo cuando arranqué en básquet, ya estaba en hockey, y las chicas del hockey eran bastante más profesionales. Hoy por hoy se ha igualado muchísimo y te puedo decir que veo la misma conducta en casi todas las disciplinas, siempre dentro de deportistas elite de selección nacional”.
“Al principio del proceso no tenían herramientas, no estaban educadas como para mejorarse. Después de que recibieron esas herramientas, que para mí es la intervención más valiosa; intervenir el área siempre es lo más valioso, cuando tienen a alguien que las pueda ayudar. Las chicas se fueron haciendo consientes de la importancia de la nutrición, respecto a mejorar el biotipo, la recuperación, a tener combustible adecuado para competir… toda esa gracia que daban por no estar a punto, la fueron supliendo. Fue un gran avance de ellas. Yo solo les ofrecí la herramienta. El cambio fue notorio. Hoy no veo grandes cambios respecto a esas cuestiones”.
-¿Cuál es el hábito que más te ha costado erradicar?
“Mientras nosotros hemos avanzado, el resto de la nutrición ha avanzado también. Tuve que pasar de un proceso donde las chicas estaban acéfalas de conocimiento, a tener que empezar a contar con la herramienta; pero mientras nosotros íbamos avanzando el resto ya tenía intervenida el área y seguía avanzando”.
“Hoy la alimentación es híper individual. En un deporte de equipo eso es difícil. Más en un deporte donde el biotipo es muy diferencial dependiendo la posición en donde jugas. Eso cambia un poco las reglas del juego, porque el entrenamiento de la semana no es para todas las chicas igual, y por ende su alimentación no es igual”.
“Trabajar en un patrón de individualidad es lo más complejo, porque cada chica tiene que comer en función a cómo entrena y ese es el punto más fino dentro de la nutrición deportiva, es el que estamos trabajando ahora y por ahí el que más cuesta. Conceptos generales tienen de sobra y han avanzado muchísimo en el cuidado general y ya lo doy por sentado”.
-¿Qué aspectos básicos han cambiado al día de hoy?
“Ha avanzado como ocurre en todas las profesiones. Una cosa es el avance científico y otra el modismo que ha ido apareciendo e interfiriendo en el proceso educativo. Hay veces que uno se deja llevar por las modas que van apareciendo y eso interfiere. La base siempre ha sido la misma. El eje del rendimiento está sustentado en dos grandes combustibles, que son el hidrato de carbono que da energía para el rendimiento deportivo y después están las proteínas que tienen una función estructural. Desde hace unos cuantos años a esta parte sigue siendo todo igual”.
“Lo que cambia es que respecto a cómo se ha mutado en la forma de alimentarse hubo que trabajar un poco más en la educación de las chicas. En los últimos años se ha puesto un poco más de moda que varios deportistas tienen un estilo de consumo tirado a lo vegetariano, y las proteínas de origen vegetal son muy buenas, al igual que las de origen animal, pero presentan una biodisponibilidad un tanto más baja, entonces en lo que hay que trabajar es que si no van a incorporar proteínas de origen animal tienen que tratar de ver de cómo trabajar el consumo de proteínas vegetales de modo tal que, aumentando su consumo o haciendo una combinación correcta, les pueda servir para lo que necesita el deporte”.
“Después hay mucho avance respecto a lo que ha ocurrido con la suplementación, el tema de la recuperación, que hoy por hoy es para mí de los puntos más importantes de la nutrición deportiva y se ha trabajado mucho. No hay grandes cambios. Estructuralmente la nutrición deportiva siempre se paró en los mismos pilares que se para hoy, solamente que hoy hay muchas más información y alimentos disponibles para hacer el abordaje, además de que el deportista es mucho más abierto a recibir educación para mejorarse en el área”.
-¿Hoy es más fácil trabajar con las menores?
“Estoy como coordinador del área de nutrición de CABB. Lo que hago es tener una acción más directa para con los mayores y en los procesos formativos trabajamos más en lo educativo. Es un poco más fácil hoy que hace cinco años, primero porque la nutrición está más instaurada en los deportistas y no hay que convencer a nadie sino que el deportista te busca incluso siendo más joven”.
“Y el segundo punto de ganancia es la misma tracción que va generando la selección mayor. Tanto el femenino como el masculino son híper prolijos y cuidadosos en cuanto a la cuestión nutricional, entonces eso empuja a que el que se quiera meter en ese grupo, tenga que responder a un patrón de consumo que tiene que ver con lo que se hace arriba. Se tienen que cuidar más que antes porque hubo un margen de mejora muy grande de los seleccionados mayores y por ende los menores tienen que trabajar para correr por detrás de ese gran avance que tuvieron los primeros equipos”.
-¿Cuánto influye el tema económico? ¿Es mito o realidad que comer bien sale muy caro?
“El tema de la situación económica de nuestro país es compleja. Es un punto importante a tocar sobre todo en el proceso formativo, porque muchas veces los chicos y la chicas quieren comer como los que están arriba, porque los escuchan y los leen, y leen que comen palta, quinoa, frutos secos, y algunos, con menos recursos, tanto económico o del alimento en sí que no lo pueden conseguir en sus lugares de origen, se frustran cuando no pueden comer según lo que leen que comen los otros”.
“Pero la realidad es que dependiendo de cómo puedan utilizar los alimentos, no hay una complejidad mayor en poder sortear esto. Es un poco un mito esto de que es muchísimo más caro cuidarse con la alimentación que comer mal. Entiendo que podría llegar a ser mínimamente más costosos cuidarse por una cuestión de seleccionar determinados alimentos que son un poco más caros pero no estamos hablando del día y la noche”.
“El tema es cuando llega mal el mensaje y las chicas y los chicos están muy direccionados a comer alimentos que han idealizado otros. Ahí está un poco la mano nuestra para mostrarles cuál es el camino. Por ejemplo hidratos de carbono hay más de 15 opciones. No hay que centrarse en los más caros. Se pueden buscar los más económicos y la terea se cumple igual. Lo mismo pasa con las proteínas. La carne magra de pollo es una proteína y el salmón es una proteína y no necesariamente se tiene que comer siempre salmón. Se puede buscar un alimento más barato, incluso entre los pescados, como puede ser el caso de la merluza”.
-Por último, y luego de estos cinco años ¿Cuál es el siguiente paso?
“Hemos dado un gran paso primero interviniendo el área dentro de una Confederación que estaba acéfala de nutrición. Hoy por hoy todos tienen un soporte. Algunos le dan mayor importancia, pero todos tienen un soporte y eso es interesante. El segundo paso fue que se creó un manual de método. Es una guía metodológica que permitió federalizar la información y ahora en todas las regiones del país ya se sabe un poco de lo que buscamos y cuál es nuestra idea al menos en el proceso educativo de forma muy general para responder en cuanto a lo que se busca en la confederación”.
“El tercer punto tuvo que ver con el armado de biotipos según la posición de juego, tanto en el masculino como en el femenino en la selección mayor. Al tener ese perfil, lo que hacemos es tratar de encaminar a los chicos y chicas de abajo a que respondan a ese perfil”.
“El punto que viene es poder armar un área de nutrición en donde haya una coordinación del área real y no por ahí contar con colaboradores como ocurre ahora, donde vienen a dar una mano para una tarea puntual. La idea sería tener cuatro o cinco profesionales porque eso ocurre en cualquier confederación seria de otra parte del mundo, en donde hay un nutricionista con el femenino, otro con el masculino, otro coordinando el formativo masculino y otro con el femenino. La idea sería implementar ese tipo de coordinación. Esa sería la frutilla del postre”.
Emanuel Niel
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