Los primeros diez minutos fueron el más claro ejemplo de esa paridad y en ese primer cuarto ninguno de los dos equipos pudo despegarse en los números, pese a momentos bien definidos para cada uno. La visita tuvo en el debutante Ángel Núñez a su mejor expresión en el ataque, con 4/4 en triples en el período inicial y siendo una verdadera pesadilla para la defensa “libertadora”, que nunca pareció encontrarle la vuelta. Pero, ante esto, el local fue certero en lanzamientos de dos puntos (8/13) y manejó con Blanco sus ataques para irse al primer descanso por corto igualados en 24.
En los segundos 20 minutos, Abejas fue levemente superior a su rival, ya no tomando tantas opciones de larga distancia, algo que le dio buenos resultados en el segmento inicial, pero de lo que no necesitó demasiado en el siguiente. En contrapartida, la vista se dedicó a atacar más la zona pintada e intentó llevar la pelota más cerca del cesto anfitrión (13/26 en dos puntos en el primer tiempo) y esto le sirvió para quedarse con la mitad por 45-47.
En el tercer cuarto, el rumbo cambió en función de una mejor actitud defensiva de Libertadores que le hizo las cosas muy difíciles en ataque al conjunto de León, que perdió comodidad en sus ofensivas (bajó a 5/17 de tres puntos) y defensivamente, comenzó a sufrir. Adams pasó a ser el hombre indetenible en el local (8 puntos en ese cuarto), también porque abrió el juego para sus compañeros y los de Querétaro se fueron al último receso del juego arriba 71 a 66.
Y ya en los diez minutos finales, Libertadores fue más inteligente, ya que pudo mantener su juego y seguir siendo agresivo en defensa, aún cuando Abejas insinuó alguna leve reacción. Sobre todo cuando a falta de poco más de tres minutos, la visita estaba abajo en los números sólo por cuatro puntos, pero dos triples consecutivos (uno de Lemon y otro de Hernández) sellaron toda posibilidad y le dieron aire a Libertadores, que manejó el juego hasta el cierre y se quedó con una gran victoria en su estadio por 96 a 86.
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