• 24-11-2024
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Contra viento, Covid y marea

Argentina inició el trámite con el pie derecho. Planteando una media cancha compuesta por Suárez, García y Mungo, la rotación no tardó en llegar, buscando siempre tener como premisa que la intensidad no decaiga.

Si bien los primeros puntos nacionales llegaron a través de contra ataques (Camila Suárez como punta de lanza), poco a poco el juego estacionado también le dio rédito a las nuestras, las cuales siendo firmes en defensa encontraron tranquilidad.

De esa manera, de verse abajo 4-5 en los primeros tres minutos, establecieron un parcial de 7-0 que las catapultó al frente 11-5; alargando la sequía de la República Dominicana por cinco minutos (recién volvió a anotar a falta de tres).

La escuadra caribeña se vio obligada a apostar por el lanzamiento exterior sin mucha puntería, y manteniéndolas a raya, nuestras chicas cerraron ese primer cuarto en ventaja de siete, 16-9.

Para el segundo capítulo las variantes tácticas, sobre todo en la escuadra dominicana, se hicieron sentir. Aún con la pólvora mojada, el equipo isleño optó por plantarse en zona y ver si de esa manera conseguía obstaculizar la ofensiva nacional.

El ritmo del match decayó, y si bien Argentina siempre tuvo a raya a su rival, por algunos minutos no consiguió estirar el margen. Sin embargo, un buen pasaje de Macarena Rosset (terminó con 9 puntos el primer tiempo) fue suficiente para romper líneas, y de esa forma, llevar a la celeste y blanca a sacar la máxima brecha hasta allí: 27-16 a dos minutos del final.

Los rebotes defensivos siguieron siendo importantes, el pase extra se volvió norma y en consecuencia nuestra Selección, de buen juego, se fue al descanso largo en ventaja de 10, 31-21.

Con el regreso de zona de vestuarios el trámite no cambió demasiado. Dominicana siguió plantado en zona, y Argentina, pese al desgaste, no flaqueó en defensa, por lo que el juego se tornó un tanto deslucido y monótono.

En ese ir y venir de bajo goleo, las centroamericanas llegaron a recortar la brecha a cinco (40-35), y fue allí donde Julieta Mungo tomó un protagonismo de relevancia, con puntos clave que devolvieron la diferencia y la tranquilidad.

Principalmente desde sus manos anotadoras, la celeste y blanca volvió a despegarse en la recta final, y con libres de Macarena Rosset se completó la escena, para dejar a nuestra Selección en ventaja de ocho, 47-39, de cara a los diez minutos finales.

Ese último acto inició con las caribeñas mejor plantadas. Si bien en un par de ocasiones insinuaron que podrían poner en apuros a nuestras chicas, finalmente todo quedó en un amague, principalmente debido a que la celeste y blanca se tranquilizó, recuperó su norte y volviendo a recostarse en su canasto, no paró de crecer.

Los nubarrones se despejaron, las chicas recuperaron el margen de 10 (52-42) y en los últimos cinco minutos fue todo a pedir de Argentina.

Buena rotación de balón, selección de tiro, paciencia y la guardia alta en el aro propio fue el combo perfecto para establecer la máxima de 19 (64-45) a falta de 23 segundos. Sin embargo, en el último ataque dominicano, un inoportuno codo golpeó el rostro de Julieta Mungo, la cual debió ser asistida.

La bocina final desató el festejo argentino, que se anotó un triunfo pese a todo. Mañana, a partir de las 22 (hora argentina) el rival será Puerto Rico.

Estadísticas del juego haciendo click acá.

Emanuel Niel
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