• 24-11-2024
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Viernes de resurrección

Hay abrazos de alegría, abrazos de felicidad, abrazos de gol. Abrazos de compañía, de cordialidad e incluso de compromiso. Pero los que sobraron hoy en el Microestadio Ciudad de Vicente López, fueron abrazos de desahogo puro.

Porque la historia marcaba que se Platense que quedó afuera del Final 8 por una caída como local ante Gimnasia de Comodoro, y desde ahí, desconoció por completo la alegría de hacer más puntos que el rival, en siete ocasiones; casi como estar al borde de un precipicio al cual no se le ve la base. Hasta que este sábado, finalmente, Platense se animó a saltar de ese borde, y en vez de caer, voló.

En los últimos dos encuentros, los dos que disputó desde la reanudación de la competencia, el Marrón había perdido por 7 (75-68) en el hogar de Argentino, y por 3 (77-74) en el estadio Héctor Etchart, y esa corta diferencia en el resultado final ya la había tenido en partidos anteriores, pero sólo en dos de las siete derrotas había sido dominado ampliamente, por eso el equipo confiaba en que en algún momento ese desquite iba a llegar.

Sin encontrar todavía la efectividad que puede tener en triples, porque anotó 8/21; se propuso atacar preferentemente la pintura, lastimando una herida de La Unión: dentro de la llave, el local terminó con 34 puntos, contra los 26 de los formoseños, y con 20/34 tiros desde adentro del arco (58%).

Además, ganó el duelo de asistencias por 14-18, y tuvo en Felipe Pais y en Lucas Goldenberg los principales goleadores: 21 y 18, respectivamente para los entrerrianos, que volvieron a disfrutar de una gran victoria del Calamar; sumados, obviamente, a Andrés Lugli, que distribuyó 7 asistencias. ¿Será la primera alegría de muchas?

Fuente: Prensa AdC. Fotografías: Prensa Platense.

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