Como en el 2018. Si no se sufre, si no hay algo de épica, parece que a la celeste y blanca le falta un condimento para entregar un plato que llena ojos y alma. Lo cierto es que en la noche del viernes las chicas superaron a Colombia y una vez más se verán las caras con Brasil en la final de un Sudamericano.
Lejos de ser una jornada simple, la escuadra cafetera dio dura batalla por más de dos cuartos, y luego, cuando corrió de atrás, tampoco se entregó.
Para llegar a esa instancia debió pasar un primer tiempo en donde con la punzante Manuela Ríos como estratega, el adversario de turno se sintió cómodo, tanto penetrando como acertando de larga distancia.
Sin poder correr y con la mira torcida, a la Selección le fueron escasos los recursos que encontró para mantenerse a tiro, pese a la rotación puesta a la orden una vez más por Gregorio Martínez.
Al descanso largo se fueron distanciadas por dos (14-16 y 16-16) y en el inicio de la segunda mitad el grito de Melisa Gretter encendió las alarmas. Habían transcurrido apenas dos minutos, cuando debió salir, a upa de Agostina Burani, por una lesión de tobillo.
Las criollas, que llegaron a estar siete abajo previo a ese hecho, estaban ante el desafío de salir a flote sin su líder y vaya que respondieron.
Entre Agostina y Luciana Delabarba se cargaron el desafío en los hombros, e imprimiendo mayor vigor a ambos costados del campo, obligaron a que el básquet aparezca, en un andamiaje que se fue aceitando con el correr de las posesiones.
En parte por el cansancio y en parte también por ese redoble de esfuerzos que se encontraron en el resguardo, las colombianas perdieron su norte y las nuestras no lo desaprovecharon, edificando un 27-16 que las catapultó al frente.
Con el reloj y la brecha a favor (57-48) Argentina se presentó de otra manera al capítulo final. A esa altura Gretter se había reinsertado en la rotación, al mismo tiempo que las ideas y la chispa colombiana continuó apagándose. Tan solo la alimentó algún que otro acierto a distancia.
Sin llegar a poder quebrarlo de manera concreta, la escuadra nacional tuvo la madurez para que su contrincante no se acercara más de la cuenta, y con eso, aún con un puñado de segundos por delante, poder respirar aliviada.
La bocina final indicó el 71-60 para Argentina, que la depositó una vez más en la final del evento subcontinental, donde se reencontrará como en el 2018 ante Brasil, que en la primera semifinal se impuso a Venezuela por 105 a 54.
En cuanto a números, Luciana Delabarba fue la máxima artillera nacional con 23 unidades, siendo secundada por Agostina Burani con 14 y Andrea Boquete con 13.
En los otros resultados del día, Paraguay dio cuenta de Uruguay (62-59), mientras que Chile hizo lo propio con Ecuador (61-51). Este sábado, en el cierre del torneo, Uruguay cruzará con Ecuador (por el 7° puesto), Chile con Paraguay (por el 5°), Venezuela irá ante Colombia (por el 3°) y el clásico del a región, por el título, iniciará a las 21.
Foto: FIBA.
Emanuel Niel
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