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Las tres argentinas que con un simple “sí” hubiesen sido las primeras en USA

No había internet. Partamos de esa base. El mundo no estaba ni en miras de tener la globalización que hoy transita, y si actualmente muchas veces cuesta obtener información de básquet femenino, poténcienlo a lo que ocurría 27 años atrás.

Lo cierto es que del 19 al 30 de abril de 1995 se celebró en la localidad de San Roque, próxima a San Pablo, la séptima edición del Campeonato Sudamericano Juvenil, en donde apenas se dieron cita otras tres selecciones: Colombia, Venezuela y Argentina.

Dada la escases de participantes se optó por una primera fase de todos contra todos que serviría para ubicarlos del primero al cuarto. Luego cruce de semifinal, y tras ello, la disputa por los peldaños del podio.

Bajo la dirección de Eduardo Pinto, la celeste y blanca se plantó con Andrea Boeykens, Verónica Soberón, Andrea Espachak, Alejandra Calvo, Yesica Yost, Laura Scodelari, Andrea Bo, Alejandra Fernández, Fernanda García, Paula Santamaría, Georgina Zenatti y Daniela Villagrasa.

En esa primera parte del torneo todo fue festejos: 51-50 a Colombia, 83-67 a Venezuela y 67-56 a Brasil, resultado que no se daba hacía siete años. Lamentablemente en semis el elenco colombiano, que hasta ese entonces no sumaba triunfos, se impuso 67-59.

Cerrando el torneo (en donde Colombia le ganó la final a Brasil 74-65) nuestras chicas superaron a Venezuela 70-59 y fueron terceras.

Este desempeño destacado le entregó a tres de las integrantes del equipo la llave de una puerta que finalmente prefirieron no abrir. A ese torneo viajó un reclutador de talentos de la NCAA y consideró que el tridente nacional encajaría en Oklahoma.

Las apuntadas fueron Laura Scodelari (se la vio junto con Caro Sánchez, Iris Ferazzoli y Horacio Muratore en el último Sudamericano), Daniela Villagrasa y Verónica Soberón.

En cuanto a números, la interna de La Carlota (Córdoba), que por aquel tiempo jugaba en Platense tras haber sido reclutada en 1992, concluyó con una media de 13.2 rebotes y 15.6 puntos.

Soberón en tanto, que también tuvo paso por el seleccionado mayor, entregó 14.6 puntos y 2.1 asistencias. Mientras que Villagrasa cerró con una media de 1.6 asistencias y 5.4 rebotes.

La propuesta de este agente era que vayan a la NCAA con beca por una temporada. Si rendían y el cuerpo técnico quedaba conforme, ese vínculo se extendería por los demás años universitarios.

“Al final ninguna de las tres fue. Habíamos averiguado e incluso nos enviaron documentación, pero terminamos optando por no ir. En ese tiempo no se estilaba tan seguido. Ahora es más fácil que las chicas se vayan a que se queden. Antes era muy raro que pase. Viéndolo hoy fue una lástima no haber aprovechado la oportunidad” comentó Vero Soberón.

E incluso, parándose en aquel 1995, reconoció: “ni se tenía en cuenta. No se pensaba que podías vivir de eso y encima estudiar en una universidad y tener un título en Estados Unidos. Estaba fuera de todo. Hoy las juveniles tienen otra cabeza”.

Lo cierto es que la University of Oklahoma, que en ese 1995 llegó a segunda ronda de las nacionales, recién volvería a pisar el NCAA Tournament en el 2000, avanzando hasta los “Sweet Sixteen”.

La pregunta que permite fantasear y que lamentablemente nunca tendrá respuesta es… ¿Qué hubiese ocurrido si el tridente argentino se ponía los colores carmesí y crema?

Emanuel Niel
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