¡Cuántas cosas pasaron en tan poco tiempo para Argentina! Las eliminatorias como objetivo número uno, un comienzo con dudas de segunda ronda, la salida poco prolija y casi desalentadora de Néstor García, otro entrenador, un torneo nuevo días después, otro semblante de juego y una coronación en Brasil ante Brasil. Suena a mucho ¿No? Varias turbulencias que supo calmar el equipo, al menos momentáneamente.
No es normal que en el mundo del básquet a nivel nacional pasen tantas cosas yendo de un extremo al otro, pero pasaron. El seleccionado mayor logró bajar la furia de un momento ciertamente tormentoso dentro y fuera de la cancha hasta un coronación que lleva esperanza y alivio pensando en el siguiente paso. Más allá de eso, el seleccionado deberá redoblar esfuerzos para ganar y verse mejor cada vez.
La presencia de Pablo Prigioni generó un aire nuevo dentro del plantel. Si bien el cordobés tiene nula experiencia como entrenador (de hecho la única fue mala en Baskonia), su tarea de asistente en la NBA y cercanía con los jugadores hizo que la situación cambiara. Un equipo que logró sentirse fresco en ofensiva, con otro ritmo y timing para generar problemas al rival y poder sacar ventajas desde ese área. Se puso duro en defensa cuando fue necesario tapando ciertos huecos (algunos aún imposibles de disimular) y mostrando su carácter para salir a flote.
Argentina se llevó la Americup luego de 11 años venciendo en Brasil a un seleccionado local con muchos de sus jugadores habituales en eliminatorias más su nueva camada, lo cual no fue una mala prueba para saber donde puede estar parado. El cierto, Argentina prácticamente con todo su potencial sin contamos las ausencias de Luca Vildoza y Patricio Garino (quizás también la de Francisco Caffaro como opción cerca del canasto).
Un torneo de flojo nivel en general, donde Venezuela, Canadá y Estados Unidos fueron con elencos de poco calibre, más allá de haber competido muy bien por momentos sobre todo los dos últimos. Interesante lo de México sin sus NBA pero también fuera antes de semis. Brasil como fuerte candidato y Argentina, si lograba calibrar su andar, también lo era. Finalmente se dio la lógica y ambos brindaron una formidable final con un cierre de película, por suerte, feliz para nosotros.
Dentro del juego, Argentina se mostró con mayor recambio, jugadores que colaboraron y otros que subieron su nivel. Campazzo y Deck como estandartes de lujo a la hora de jugar, anotar, brindar espectáculo y darle a Argentina otro aire diferente para verse favorito. Laprovittola en su función de dos anotador funcionando, con confianza, por momentos excesivas decisiones pero lúcido en cancha. Bolmaro y Brussino desde atrás pero con enorme polivalencia en defensa, recupero, tiro externo y aprovechando su envergadura para desequilibrar. Ambos necesarios a nivel internacional.
El resto de atrás para dar una mano y funcionar a tono. Delia en silencio como es habitual, tuvo ciertos altibajos pero en general haciendo lo que sabe hacer. Delfino logró agregarse, aunque quedará la duda si seguirá siendo un fusil útil en un futuro inmediato o la nueva generación ya debería tomar la posta por completo en dicha posición. Interesante el cierre de torneo de Vaulet más Gallizzi con su potencia, lapsos de José Vildoza pensando a futuro y faltó ver un poco más todo el talento y despliegue de Fjellerup con la ACB como próxima parada.
Un torne por demás positivo en diferentes aspectos. El equipo cambió la cara, generó mayores respuestas aunque ahora vendrán los desafíos más importantes como lo son las eliminatorias. Un equipo que padece su falta de talla, aún sin un grande que resuelva en la posición de cuatro (¿Será evaluado como opción Juan Fernández de nuevo?), variantes más claras y la nueva generación volviendo a emerger. Hoy es tiempo para que los capitanes del barco tomen la posta y coloquen a Argentina en el mundial usando de referencia el nivel de la Americup.
Nada fácil indudablemente. Argentina aún lucha contra sus inestabilidades, ausencias de peso en la pintura, y la vuelta de una defensa que sea una garantía absoluta. Lo propio adelante dejando de lado los jugadores mencionados, otras opciones frescas, atléticas y de nivel en las cuales Prigioni pueda apoyarse para dar descanso a sus pilares. Ahí anda Argentina, al menos con otro semblante, pasando a positivo tras el torneo en Brasil y pensando en como medirse a tono de las circunstancias. Ahí vamos... Bailando bajo la lluvia...
José Fiebig
@josefiebig
Muy buen y acertado análisis! Comparto y agregaría que, el recambio de Lamas y Hernández está a la vista, lo mismo de la Generación Dorada con la correctisima actuación de Bolmaro y Vaulet y pq no tbn José Vildoza
Responder
OBSERVADOR 14/09/2022
Muy buen y acertado análisis! Comparto
Responder